Junts insiste. Nada ha cambiado. Todo sigue igual con el Gobierno. No hay posibilidad de cortejo, no hay negociaciones, no hay conversaciones, los socialistas tienen que cumplir con el 100% de lo acordado. Fin. Las puertas del castillo posconvergente, por tanto, continúan cerradas a cal y canto para el Ejecutivo. Pero no lo ve de forma tan pesimista la otra parte, la Moncloa. El presidente prescribe "paciencia", porque ya se verán los resultados, si los hay, más adelante. Y para que eso ocurra habrá que esperar, cree, hasta la vuelta de Carles Puigdemont, que se espera para los primeros meses de 2026, cuando el Tribunal Constitucional resuelva, previsiblemente, a su favor y dicte que la ley de amnistía debe aplicársele.

PUBLICIDAD

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no da por perdida la batalla. Lo aseguró en conversación informal con los periodistas durante la recepción celebrada en el Congreso por el 47º aniversario de la Constitución. Lo que hay que hacer, apuntaron él y su círculo más estrecho, es esperar un poco.

Insiste en que "no hay contactos" con Junts, pero sí una lista de incumplimientos que pretende corregir, caso de la ley contra la multirreincidencia

"Paciencia", prescribió. Sánchez señaló que "no hay contactos con Junts" —los posconvergentes siempre vigilan mucho que no se diga lo contrario, vienen recordando en el Ejecutivo—, pero lo que sí hay son incumplimientos de algunas cuestiones acordadas con ellos. Hasta el pasado martes, cuando concedió dos entrevistas consecutivas a dos medios audiovisuales en catalán (RAC1 y Cafè d'idees, en La 2 Cat de TVE), él mismo repetía que su Gobierno había cumplido con la formación de Puigdemont en lo que dependía de él mismo, y trabajaba para cumplirlo en lo que dependía de otros. Pero ese día cambió por completo el paso y se dispuso a seducir a Junts aunque le supusiera una enmienda radical a su propio argumentario. Fue cuando admitió que había una larga lista de "incumplimientos" y "retrasos" que pretendía corregir.

El mismo martes el Consejo de Ministros aprobó un nuevo real decreto ley para posibilitar que ayuntamientos y comunidades autónomas puedan utilizar su superávit de 2024 en inversiones financieramente sostenibles y para posponer el sistema de verificación de facturas (Verifactu) para las empresas. El jueves, la proposición de ley de Junts para endurecer el castigo a los delincuentes multirreincidentes superó el trámite de la ponencia con el apoyo de PSOE, PP, Vox, PNV y los propios posconvergentes. Con la derecha de la Cámara, con los votos suficientes para pasar la pantalla de comisión y llegar a pleno en el siguiente periodo de sesiones, a partir de febrero.

Pero, según manifestó Míriam Nogueras, la portavoz de la derecha independentista catalana el pasado miércoles desde Barcelona, nada ablandará por ahora el corazón de su partido. "Estamos donde estábamos", dijo. La decisión de romper con el Gobierno estaba tomada y lo que tiene que hacer este, en todo caso, es cumplir con todo lo pactado. Desde la aplicación de la ley de amnistía hasta el reconocimiento del catalán en Europa o la ley contra las okupaciones. El Ejecutivo ya respondió ese mismo día, a través de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que confiaba en que el cumplimiento de los compromisos contraídos acabaría restaurando la confianza de sus antiguos socios.

El presidente subraya que hay que "perseverar" tras el portazo de Junts. ¿Hay agua en la piscina? "Yo lo que digo es que hay legislatura"

¿Ve el presidente agua en la piscina? "Yo lo que digo es que hay legislatura", respondió, para insistir en que no ha cambiado un ápice su determinación para continuar su mandato y agotarlo en 2027. La actitud ante el rechazo de Junts es "perseverar". Porque los objetivos de legislatura son normalizar la situación en Cataluña, ejecutar los fondos europeos y avanzar en derechos sociales frente al PP y la ultraderecha. "Estamos centrados en estos objetivos y tenemos más motivos para continuar".

Puigdemont, "desesperado" por volver

El líder socialista se mostró convencido de que el Gobierno tiene apoyos para seguir aprobando medidas. ¿Y los Presupuestos Generales del Estado de 2026? Reiteró que los presentará, los llevará a votación en el Congreso. ¿Y si se los tumban? "Veremos los efectos si se pierden, pero hasta entonces vamos a pelear". La frase resultaba enigmática, porque inducía a pensar que deja la puerta abierta a un adelanto electoral, pero tanto el resto de su argumentación ante los informadores como el análisis de su equipo llevan a la conclusión de que ese no es el plan del Ejecutivo. O, al menos, no la hoja de ruta confesable, aunque esa carta siempre esté sobre la mesa y no se pueda descartar. "Los socios quieren legislatura, me da la impresión", apuntó.

La previsión es que el TC dé el visto bueno a la amnistía del 'expresident' a primeros de 2026, y eso podría ser un punto de inflexión en la legislatura

En realidad, la legislatura pende, en lo parlamentario, del mismo actor: Junts. Ellos tienen las llaves. Y en la Moncloa tienen la sensación de que hasta que Puigdemont no regrese a España no se podrá tener un reflejo cabal de cuánto le queda de vida a la legislatura. El expresident, señalan fuentes muy próximas al líder socialista, está "desesperado" tras más de ocho años en el extranjero y haber visto demorarse todos los calendarios de su regreso.

Un escenario distinto podría abrirse, entienden en el Ejecutivo, cuando él retorne. "Hasta que no venga no se va a poder terminar de recomponer la mayoría de investidura. Ahora es todo muy coyuntural", apuntan. La previsión es que el Constitucional dé el visto bueno a la vuelta de Puigdemont en los primeros meses del año. Esa decisión supondría quitar la razón al Supremo, que se negó a aplicarle la amnistía porque el delito de malversación no era perdonable. Si el TC se pronuncia a favor del expresident, como se espera, entonces lo más probable es que los magistrados del TS levanten las medidas cautelares que pesan sobre él y podría regresar a Cataluña. Y ese hito, según la perspectiva de la Moncloa, podría dar la vuelta a la legislatura. Por eso no se dan por perdidos por completo los Presupuestos de 2026, aunque por ahora parezcan inviables.

En el Ejecutivo asumen que hasta que no sea una realidad el retorno del expresident Junts no lanzará ninguna señal de reconciliación y seguirá castigando a Sánchez, así que quedan meses complicados en el Congreso. Esta próxima semana, por ejemplo, volverá a someterse a votación la misma senda de estabilidad que PP, Vox y Junts rechazaron en el último pleno de noviembre, y se llegará al mismo resultado. La ventaja para el Gobierno es que, después de la sesión del 11 de diciembre, no habrá más plenos hasta febrero —salvo quizás uno extraordinario— y la tensión electoral hará que la actividad parlamentaria se ralentice.

No piensa en una remodelación profunda si finalmente hay comicios en Aragón: se limitará al recambio de la ministra portavoz, Pilar Alegría

Para empezar, el 21 de diciembre habrá comicios en Extremadura, que se vislumbran muy complicados para los socialistas y para su candidato, Miguel Ángel Gallardo, procesado por haber presuntamente colocado en la Diputación de Badajoz, que él presidía, al hermano del presidente, David Sánchez, que se sentará con él en el banquillo la próxima primavera. "Nos sientan bien las campañas y vamos a salir a ganar", manifestó Sánchez a los informadores, para reiterarles que el PSOE cuenta con un fuerte arraigo en una comunidad que ha sido uno de sus bastiones históricos más potentes en toda la democracia.

Las siguientes elecciones que se preveían eran las de Castilla y León, en marzo. Pero ahora pueden adelantarse los comicios en Aragón, según señaló este mismo sábado en el Congreso el presidente regional, Jorge Azcón, que apuntó a la prensa que se da una semana para ver si Vox se aviene a negociar los presupuestos regionales, porque de lo contrario llamará a las urnas para febrero de 2026. Sánchez apuntó que, en caso de que finalmente haya elecciones en Aragón, que está por ver, procederá a un ajuste "puntual" de su Gabinete para sacar de él a la portavoz del Ejecutivo, ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes y secretaria general de los socialistas aragoneses, Pilar Alegría. Dicho de otro modo, que no aprovechará la salida de esta para acometer una remodelación más profunda. "Estoy satisfecho con todos mis ministros", insistió.

Su "estabilidad" frente a la "inestabilidad" de PP y Vox

Después vendrían los comicios en Castilla y León y, previsiblemente en junio, en Andalucía, para los que también tendrá que proceder al relevo de una pieza clave en su equipo, María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda. ¿Podría llegar a sumar generales y andaluzas? "Estamos en lo que estamos, en gobernar", replicó.

Cuando la gente vote en España entrará en debates que no tenemos hoy. Pero creo que el PSOE es hoy primera fuerza a nivel estatal", señala

El hipotético adelanto en Aragón dio pie a Sánchez a poner en valor la "estabilidad" de su Ejecutivo, uno de los factores claves, adujo, para el crecimiento económico. "PP y Vox significan involución e inestabilidad", contrapuso. Se preguntó al presidente si un resultado en Extremadura —y en las autonómicas que están por venir— en el que los populares sean muy dependientes de la ultraderecha puede reactivar el voto de la izquierda. "Nosotros estamos hiperpolitizados —indicó a los periodistas—, pero ahora la gente está pensando en las compras de Navidad. Quiero decir, que cuando la gente vote en España entrará en debates que no tenemos hoy. Pero creo que el PSOE es hoy primera fuerza a nivel estatal, son nuestros datos". Esa era una posibilidad que señalaban algunas encuestas privadas antes del encarcelamiento de José Luis Ábalos y la crisis del caso Salazar: que los socialistas volvieran a ser el primer partido del país por la división en el espectro de la derecha entre el PP y un Vox muy pujante que le iría comiendo mucho terreno.

A Sánchez no se le veía angustiado en su conversación con los informadores. Todo lo contrario. Proyectaba tranquilidad. Trasladó que no le estaban haciendo mella la sucesión de malas noticias judiciales, por los casos de presunta corrupción, o de mazazos en su entorno más próximo, como las denuncias por acoso sexual contra el exdirigente Paco Salazar, hasta julio uno de sus hombres de confianza, que han espantado al partido. "Creo que el cuadro es mucho más completo que hablar de una situación judicial. La legislatura está siendo complicada, pero se han ganado las batallas más importantes que han ido surgiendo y cuando han saltado casos se han cortado por lo sano. La política es un reflejo de la vida".

Pide mirada larga, más allá de los casos judiciales que atenazan a su partido y a su entorno: "Se han ganado las batallas más importantes"

Para cuando se celebren las generales, el espacio que no está nada en forma y que necesita revitalizar para reeditar el Gobierno es el que está a su izquierda. Una de las opciones que ha circulado en los mentideros madrileños es que el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, lidere ese nuevo movimiento. Sánchez no se quiso mojar acerca de esa hipótesis. Se limitó a apuntar que el diputado lo hace "muy bien" en su partido y que hay que aprender de su gestión en las redes sociales. Nada más, pero esa batalla es para el PSOE tan relevante como la de su propia supervivencia.

PUBLICIDAD