La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha defendido este domingo que su condición religiosa no le impide pronunciarse sobre asuntos de interés público, después de las declaraciones de su presidente, Luis Argüello, en las que planteó distintas vías constitucionales para superar la actual situación de bloqueo político.
En un mensaje difundido en la red social X, la institución se ha referido a la entrevista concedida por Argüello a La Vanguardia, en la que el responsable de los obispos apuntó a la posibilidad de una cuestión de confianza, una moción de censura o la convocatoria de elecciones como mecanismos previstos en la Constitución ante la dificultad del Gobierno para sacar adelante leyes y presupuestos.
La reacción de la Conferencia Episcopal se produce tras las críticas del Ejecutivo, que ha interpretado estas palabras como una toma de posición política. El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha acusado al presidente de los obispos de vulnerar la neutralidad que debe mantener la Iglesia y le reclamó respeto institucional hacia el Gobierno y el sistema democrático.
Choque con el Gobierno
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hecho referencia también a la polémica este domingo durante un acto del PSOE en Cáceres, donde ha ironizado con la posibilidad de que Argüello concurra a unas elecciones "con la ultraderecha", afirmando que la etapa en la que los obispos intervenían en política quedó atrás con la llegada de la democracia.
Por su parte, Bolaños ha remitido una carta al presidente de la Conferencia Episcopal en la que le pidió que evite pronunciamientos que puedan interpretarse como partidistas y en la que sugiere que sus declaraciones apuntan al deseo de un cambio de Gobierno. En el escrito, el ministro señala que la jerarquía eclesiástica podría sentirse más cómoda con un Ejecutivo conservador, al tiempo que le insta a mantener una posición de neutralidad política.
El titular de Presidencia reprocha además a Argüello el uso de la denominación "Valle de los Caídos" en la entrevista, pese a que el complejo pasó a llamarse oficialmente Valle de Cuelgamuros tras la aprobación de la Ley de Memoria Democrática.
En sus declaraciones, el presidente de la Conferencia Episcopal había lamentado que las relaciones con el Ejecutivo se hayan centrado en los últimos meses en cuestiones como el futuro del Valle y la reparación a las víctimas de abusos, en detrimento de otros asuntos que considera prioritarios, como la educación y la necesidad de un pacto de Estado en esta materia.
Argüello, no obstante, ha defendido que sus palabras no suponen una injerencia política, al remitirse —según ha explicado — a los mecanismos constitucionales existentes para hacer frente a una situación de bloqueo institucional.
Desde la Conferencia Episcopal insisten en que responder a preguntas sobre la actualidad no convierte a la Iglesia en un actor partidista y rechazan la idea de que deba quedar al margen del debate público.
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1 Comentarios
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hace 4 segundos
Una cosa es tener derecho y otra cosa es ser inteligentes para hacer semejante torpeza. ¿A quién beneficia esa declaración?