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Juanma Moreno se lanza a las elecciones con la posibilidad de gobernar sin Vox

El candidato y líder del PP-A afronta la carrera electoral para revalidar sus funciones con las encuestas de cara y una media de 45 escaños frente a los 29 que obtuvo en 2018 | Aspira a gobernar en solitario con los de Abascal como socio externo y puntual, siguiendo el modelo de Ayuso en Madrid

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. EP

Después de los comicios de Castilla y León en febrero, el ciclo electoral vuelve a reanudarse en Andalucía. El presidente de la Junta Juanma Moreno ha iniciado la maquinaria electoral este lunes a última hora de la tarde, tras semanas de inconcreciones sobre la fecha. En una comparecencia breve, Moreno finalmente ha convocado las elecciones para el próximo domingo el 19 de junio. Era el segundo de los tres días que el popular venía planteando desde principios de abril, cuando anunció su voluntad de llevarlas a cabo, y la única alternativa ya restante al 26 de junio que le quedaba para que coincidieran en domingo.

Precisamente, que las elecciones se celebrasen un domingo, ha sido la última petición que su vicepresidente, Juan Marín, le habría hecho a Moreno horas previas a dar el paso. A primer hora de la tarde, el dirigente del PP-A llamó su homólogo naranja para que acudiese a la sede gubernamental del Palacio de San Telmo. Allí le trasladó su decisión y, posteriormente, convocó un consejo de Gobierno extraordinario para firmar el decreto que hoy ya aparece publicado en el Boletín Oficial de Andalucía.

Moreno ha decidido poner punto y final a la legislatura por cuestiones económicas. El líder del PP-A anunció su intención de llamar a las urnas a los andaluces a finales de octubre del año pasado, al no poder aprobar unos nuevos presupuestos autonómicos. Sin embargo, decidió esperar. Posteriormente, en diciembre, el presidente de Castilla y León Alfonso Fernández Mañueco hizo lo propio, rompió con Ciudadanos y convocó elecciones. Tras los malos resultados y la resultante alianza con Vox para conservar el gobierno autonómico, la cúpula nacional, aún presidida por Pablo Casado, ordenó a Moreno que paralizase sus planes hasta el final del mandato.

Sin embargo, y aunque agotar la gobernanza era el principal propósito de populares y naranjas, la coyuntura de alta inflación ha decantado la balanza y acelerado los trámites. Todo, pese a la reticencia inicial de Marín, que quería fijarlas en septiembre. Moreno ha puesto en valor que, para Andalucía, es primordial contar con unos nuevos presupuestos a comienzos del próximo año, una acción que no sería posible si se prolongara la espera hasta otoño.

El hecho de designarlas a las puertas del verano, dice, permitirá elaborar las nuevas cuentas con detalle, unos presupuestos fundamentales para luchar con "garantías y esperanzas" frente a la incertidumbre económica "que viene" y la gestión de los fondos europeos.

Una decisión facilitada por las encuestas

Al margen de la cuestión económica y de los plazos para poder contar con presupuesto en 2023, el movimiento de Moreno, independiente de la autoridad del líder nacional Alberto Núñez Feijóo, ha estado motivado por las encuestas electorales. Si la última oleada del barómetro Centro de Estudios Andaluces (CENTRA) situaba al dirigente popular a diez escaños de la mayoría absoluta y por encima de todo el conjunto de los partidos de izquierda, los sondeos del mes de abril han confirmado esa tendencia facilitando a Moreno la toma de la decisión.

La media de las tres encuestas publicadas en los últimos quince días -NC Report, para La Razón, SigmaDos para El Mundo y Sociométrica para El Español- atribuyen al PP y a Moreno 45 escaños y el 33,4% de los votos en Andalucía. Sumaría 19 escaños a su grupo parlamentario y ostentaría tres más que la hipotética unión resultante entre fuerzas como el PSOE, Unidas Podemos, Adelante Andalucía (AA) y Andaluces Levantaos (AL), la plataforma impulsada por Más País e Íñigo Errejón.

Los socialistas conseguirían, de acuerdo a esta media, 32 escaños y el 25,2% de los sufragios, un parlamentario menos de los que poseía en la cámara andaluza hasta este momento. Le seguiría Vox, que ascendería de los doce a los 19 o 20 representantes y el 16,9% de respaldo. Y, a ellos, Unidas Podemos con ocho escaños (8,7%), Adelante Andalucía con dos (4,7%) y Andaluces Levantaos con entre cero y un escaño (2,73%). El socio minoritario de la investidura y de la Junta, vería mermada su presencia política de los 21 a un único escaño y de tercera fuerza al grupo mixto, como ha ocurrido en Castilla y León con los de Francisco Igea.

Las horquillas para Moreno van desde los 44 escaños de mínimo que le adjudica SigmaDos, hasta los 47 de máxima de NC Report. Sociométrica deja fuera del Parlamento de Andalucía a los de Marín, que en las otras dos va de uno a tres diputados. Tanto el PSOE de Juan Espadas como Vox, cuya candidatura previsiblemente estará encabezada por Macarena Olona, apenas sufren variaciones de uno o dos escaños en relación con la media.

Dejar fuera a Vox

Moreno confiaba en que el 'efecto Feijóo', que desde el nombramiento del gallego como presidente nacional a hecho al PP mejorar en las encuestas en detrimento de Vox, le permitiese depender en menor medida de la formación de Santiago Abascal. Sin embargo, tanto el estudio de CENTRA como los posteriores lo posicionan como uno de los grupos que más crecerá.

Moreno quiere emular en Andalucía el modelo de gobierno de Ayuso

Desde el PP andaluz trasladan a El Independiente que el deseo de la formación y del presidente Moreno es el de conformar una candidatura sólida que pueda gobernar en solitario. Todo, aseguran, pese a haber mantenido una relación cordial y de confianza con Ciudadanos y sus consejeros. Pero, de no ser posible, como se prevé, apuntan que jugarán el comodín que Isabel Díaz Ayuso tiene en la Comunidad de Madrid.

Los populares presionarán a Vox para que permita al actual líder regional mantenerse dentro de la Junta en minoría. Lo harán planteando el siguiente dilema: o apoyan un gobierno de centroderecha sin dejar opciones a la izquierda, o votan en contra de mantener al PSOE fuera del Ejecutivo otros cuatro años más. En el PP-A confían en que Vox finalmente ceda a sus pretensiones de ocupar cuota de poder dentro de el gobierno andaluz y respalden la investidura de Moreno.

Con todo, en el seno del PP mantienen cierta prudencia. En Castilla y León a Mañueco también se le atribuyó una mayoría holgada capaz de articular la legislatura junto a los partidos provinciales. Y, finalmente, la región se ha convertido en el primer feudo de Vox.

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