A principios de abril, el presidente de Vox, Santiago Abascal, encargó a la 'soldado' Macarena Olona la misión de replicar en Andalucía el actual pacto de gobierno regional en Castilla y León con el PP para condicionar la continuidad de Juanma Moreno en la Junta. Todo de manera privada. El partido, que insiste en que el principal atractivo de la marca son las ideas, "las mismas en todo el territorio nacional", marcó a finales de ese mes un paréntesis a la dinámica de elección de candidaturas y puso toda la carne en el asador: Olona, uno de los principales rostros de la formación a nivel nacional, era la mejor baza del partido para seguir avanzando en la conquista de feudos territoriales de cara a las próximas generales.

La expectación a este movimiento estratégico realizado desde la sede nacional de Bambú, en Madrid, el 18 de abril, auguraba unos resultados importantes. Una semana más tarde del anuncio y con el anticipo electoral ya convocado, incluso, en la formación, comentaban la posibilidad de que, este domingo 19 de junio, cuando tendrá lugar la cita de comicios en Andalucía, se produjese un 'terremoto Olona' muy por encima de las encuestas. Por entonces, los principales sondeos de las demoscópicas privadas estimaban a Vox una horquilla de entre 21 y 24 escaños de máximo, un resultado que supone doblar considerablemente la representación lograda en diciembre de 2018 para irrumpir en la cámara regional.

Tras la publicación de los últimos sondeos previos a la jornada de reflexión y la propia votación, las tornas han cambiado para los de Abascal: de media, comparados tanto el último CIS flash como las encuestas de IMOP, GAD3, SigmaDos, NC Report o 40dB, Vox solo lograría sumar cuatro parlamentarios a los doce logrados el 2D; un total de 16 escaños. De ser así, los esfuerzos internos del partido, al 'quemar' a una de sus mejores voces parlamentarias, resultaría una operación rotundamente fallida. Ya lo expresaban en El Independiente expertos consultados para esbozar el panorama político andaluz a mitad de la campaña: "cualquier resultado que no conlleve ejercer la vicepresidencia para Olona o contar con una aritmética ventajosa, será un fracaso para Vox".

Vox teme que los estudios publicados movilicen a los más indecisos que se debaten entre apoyar a Olona o al PP hacia el 'voto útil'. Y, por ello, nada más conocerse los pronósticos finales, la formación divulgó un vídeo bajo la siguiente premisa: "En 2018 ni una sola encuesta vaticinó la entrada de Vox con 12 diputados en Andalucía. Ahora sabemos que fallan, que son falsas y que Vox irá mucho más allá. Pronto seremos el primer partido de España", expresaron a través de sus redes sociales.

Si finalmente Olona no resulta determinante para la conformación ni la integración del futuro gobierno, bien porque el candidato popular Moreno Bonilla obtenga la mayoría absoluta, la logre con Ciudadanos bajo mínimos o consiga una abstención de otro grupo, son tres principales horizontes los que se abren para la candidata de Vox: quedarse con el escaño obtenido y ejercer oposición al PP, retornar al Congreso de los Diputados o abandonar la política y volver a sus funciones como abogado del Estado.

Olona puede quedarse en Andalucía, volver al Congreso o retornar a sus funciones como abogada del Estado

Si Olona desbloquease una hipotética investidura de Moreno Bonilla y siguiera el método madrileño que hoy permite la gobernabilidad a Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, la primera opción, la de conservar el escaño, tendría toda la lógica para, como Rocío Monasterio, ser decisiva e influyente en decisiones como los presupuestos autonómicos del próximo año. Ambas partes defienden sus posiciones de cara al término de la campaña, pero, una vez sentados a negociar, Vox puede ceder. Sobre todo, bajo un resultado más modesto del estimado. Si Moreno Bonilla, por el contrario, encontrase una vía alternativa, quedarse en el Parlamento Andaluz permitiría a Olona acentuar la crítica hacia el viraje moderado del PP en aras del grueso del ciclo electoral en mayo de 2023.

De producirse un pinchazo electoral y de no prosperar el 'efecto Olona', Abascal puede solicitar a la aún diputada por Granada que retorne para seguir ejerciendo como representante nacional. Aunque ya como diputada rasa, tras dar paso a Inés Cañizares en la portavocía adjunta del Grupo en las Cortes y a José María Figaredo como secretario general. Todo dependería de la valoración interna de la cúpula de Vox, de determinar qué sería más beneficioso: si conservar a Olona en la bancada del parlamento regional hasta la próxima convocatoria de generales donde volviese a ser recuperada, o directamente dar paso a Manuel Gavira para que recupere el testigo antes de conformarse el Parlamento -el plazo máximo es el 16 de julio-. Y es que Olona aún mantiene su acta de diputada para evitar tener que regresar a su plaza de funcionaria -actualmente, posee una excedencia-. Y eso, al no estar oficializado frente a la Mesa del Congreso, le permiten desdecirse en cualquier momento previo a su toma de posesión como diputada autonómica.

Si no consigue ser decisiva, podría mantener el escaño y ser repescada para las próximas generales

La última opción para Olona es la menos probable: retornar su labor como abogada del Estado tras una breve etapa en política. La cabeza de lista de Vox por Granada ha dejado claro en multitud de ocasiones que su paso por el servicio público es temporal, pero, difícilmente, se vislumbra este escenario con la formación en pleno momento vital desde su fundación en 2014.

Moreno Bonilla espera no tener que negociar con Vox

Como un mantra, el presidente de la Junta en funciones y candidato del PP a la relección, espera no tener que "negociar absolutamente nada con Vox" si consigue salir victorioso en las elecciones del 19J. Un objetivo, ha afirmado, que es posible "conseguir". Así lo ha expresado este miércoles durante una visita al centro de Granada.

El popular quiere hablar "con todas las fuerzas políticas" para dar salida a su investidura si termina siendo el aspirante más votado. No obstante, su principal ambición es tener una "mayoría suficiente" que le permita tener las "manos libres" para girar en torno a la moderación, el centrismo y la serenidad. "Creo que ese objetivo es alcanzable y estoy convencido de que Vox no va a ser necesario", ha admitido.

Con todo, de necesitarlo, ha marcado cuáles serán sus "líneas rojas": el Estatuto Autonómico, el cambio climático, la violencia contra las mujeres y la televisión autonómica. "Es el reflejo de lo que la sociedad pidió cuando se hizo la reforma y de ahí no me voy a mover nunca, ni un milímetro", ha confirmado.