Estados Unidos ha vuelto a la Luna 52 años después. Lo ha logrado con la misión Odiseo, de la empresa Intuitive Machines, que ha contado con la colaboración de la NASA. Se trata de la primera misión privada de la historia que consigue alunizar. Y, en un momento como este, es un paso de gigante para que los humanos puedan volver a pisarla.

Lo cierto es que la tensión fue máxima. La NASA retransmitió el aterrizaje a través de su canal de Youtube, pero la hora estimada no dejaba de retrasarse una y otra vez. Finalmente, cuando el contador que podía verse en pantalla llegó a cero, se informó de que los científicos habían perdido contacto con la nave. Algo así entraba dentro de lo normal, pero los minutos pasaban y no había noticias. Hasta tal punto de que se comenzó a dudar si se había estrellado.

Por suerte, no fue así. Desde el centro de control se informó que se había detectado una señal muy débil, y minutos después se confirmó que Odiseo había aterrizado en la Luna. "Este es un gran paso para la humanidad, ¡seguid atentos!", afirmó Bill Nelson, administrador de la NASA. No obstante, aunque todos reiteraron una y otra vez que fue un "aterrizaje exitoso", en el momento de escribir esta líneas aún está por ver si la nave ha sufrido algún tipo de daño que le impida o le limite operar a su máxima capacidad.

Odiseo fue lanzado bordo de un cohete Falcon 9 de la compañía SpaceX -que dirige Elon Musk- el pasado 15 de febrero desde Cabo Cañaveral (Florida), ubicado en el Complejo de Lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy de la NASA. Su objetivo principal es transportar a la Luna instrumentos científicos y realizar algunos experimentos. Pero se estima que contará con una semana para realizar todas las operaciones antes de que llegue la noche lunar y las temperaturas lo congelen todo.

La última vez que Estados Unidos alunizó fue con la misión Apolo 17 en 1972, que también fue la última vez que un ser humano pisó la Luna. Pero en esta ocasión lo han hecho, por primera vez, en el polo sur del satélite. Una región casi inexplorada y extrema, pero que la propia NASA admite que es una de las más interesantes porque podría albergar agua.

Odiseo se engloba dentro de los llamados Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar (CLPS, por sus siglas en inglés), una serie de misiones en las que la NASA subcontrata a empresas externas para que éstas puedan enviar pequeños robots y vehículos de exploración a la Luna, que suelen ir acompañadas de tecnologías de la propia agencia.

Cabe recordar que el pasado enero pasado, otra misión casi calcada falló intentando lo mismo. Hablamos del módulo Peregrine, de la empresa Astrobotic Technology, que también transportaba a bordo cargas de la NASA. Sin embargo, un fallo después del despegue provocó que todo se torciera, y nunca pudo aterrizar en la Luna. Acabó estrellándose en alguna región del Pacífico Sur, aunque no se sabe exactamente dónde porque los científicos perdieron el contacto con la nave.

A partir de ahora, cada misión que logre aterrizar en la Luna será clave porque permitirá probar cosas nuevas. Y es que la NASA está preparando la vuelta de los humanos al satélite en 2026 con su misión Artemis III, que se engloba dentro de su programa de exploración Artemis, el más ambicioso del planeta. En cualquier caso, la agencia estadounidense ha dejado más que claro que nuestro satélite es sólo un campo de pruebas. A largo plazo el objetivo es Marte.