Mientras se habla de las especulaciones y polémica levantada por Jaime Peñafiel con su libro Letizia y yo, los Reyes disfrutaron el pasado 1 de diciembre de una cita cultural que nadie se esperaba. No estaba en su agenda, era un plan de su vida personal que demuestra su interés por la cultura y el arte de nuestro país. Don Felipe y doña Letizia aparecieron por sorpresa en el Matadero de Madrid, según desveló ¡Hola!, para ver una obra de teatro.
No era la primera vez que acudían a Las Naves del Español, en el Matadero de Madrid, pero esta vez era especial. Escogieron el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA para disfrutar de Tan solo el fin del mundo en la Sala Fernando Arrabal. Una obra de Jean-Luc Lagarce, que falleció en 1995 por la enfermedad, que dirigía el polifacético actor y dramaturgo español Israel Elejalde. Los protagonistas eran Irene Arcos, Yune Nogueiras, Raúl Prieto, María Pujalte, Eneko Sagardoy y Gilbert Jackson.
¿Por qué fueron al teatro?
Al parecer, nadie de la Casa Real se habría puesto en contacto con la producción para avisar de la llegada de los Reyes, por lo que fue una sorpresa para todos. En el patio de butacas, se apreciaba cierto nerviosismo al conocer la presencia del monarca y su esposa, al igual que ocurre en otras ocasiones.
Don Felipe y doña Letizia ya acudieron en 2019 a ver otra obra de la misma productora, Kamikaze Teatro, que dirigen Miguel del Arco, Israel Elejalde, Aitor Tejada y Jordi Buxó. Por lo tanto se especula que los Reyes fueran invitados por el director, o que tengan una buena relación con alguno de los dueños.
Entonces fue Hermanas, y estuvieron en el camerino con los actores. Según contó Bárbara Lennie a Vanity Fair, fueron "supermajos", pero a su alrededor se notaban los nervios de los presentes, "monárquicos o no". De hecho, la conexión se notó cuatro años después cuando la reina Letizia coincidió con Irene Escolar, compañera de reparto de Bárbara en Hermanas. Se saludaron con cariño, como viejas amigas.
Tan solo el fin del mundo no es una obra sobre el sida
Jean-Luc Lagarce nació el día de los enamorados de 1957 en Héricourt, Francia, en una familia humilde donde ambos padres trabajan en una fábrica de bicicletas. Estudió filosofía mientras se formaba en el Conservatorio de Arte Dramático de Besançon, y en sus años como alumno crea con otros compañeros una compañía teatral, donde empieza hacer sus pinitos como dramaturgo y director.
Aunque comenzó a tener éxito como director, sus textos nunca fueron apreciados en vida como lo fueron después de su muerte. Tan solo el fin del mundo lo escribió en Berlín en 1990, dos años después de descubrir que había contraído el VIH. No había dejado que el miedo a la muerte o el estigma de la enfermedad le frenara y nunca quiso ser encasillado por ello.
"Ni siquiera es una obra sobre la muerte o, desde luego, no solo sobre la muerte. El elemento central es la familia. Ese ámbito que nos vertebra por confirmación o por rechazo", dicen en la ficha de la obra.
La muerte era uno de los temas habituales en sus obras, por lo que no se aprecia un cambio de dirección cuando en 1988 se entera de que es seropositivo. En cambio, Tan solo el fin del mundo habla de Louis, un hombre de 34 años que descubre que se morirá en un año y decide recuperar el contacto con su familia. Después de mucho tiempo lejos de casa vuelve a su pueblo, donde se reencuentra con su madre, sus hermanos y su cuñada. Tiene la intención de anunciar su muerte, pero los recuerdos y las tensiones del pasado van primero.
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