Junto al uso de drones de combate a gran escala, la guerra entre Rusia y Ucrania está sirviendo como escaparate para la última tecnología militar. Y los misiles hipersónicos rusos bautizados como Kinzhal -que significa daga en español- son la gran novedad: pueden alcanzar los 12.000 kilómetros por hora (diez veces la velocidad del sonido), tienen un alcance de 2.000 kilómetros y pueden cambiar de trayectoria en mitad del vuelo. Además, su diseño permite incorporar cabezas nucleares.

Rusia presentó este arma en 2018 y se convirtió en el primer país del mundo en disponer de un misil de estas características, por delante de China y Estados Unidos. Y la guerra en Ucrania ha sido la primera vez que se han utilizado en combate. El pasado viernes, Rusia destruyó un almacén subterráneo de armas del Ejército ucraniano en la ciudad de Delyatyn y pocas horas después, en Mykolaiv, acabó con enorme depósito de combustible. En ambos ataques se utilizaron misiles Kinzhal y Rusia no tardó en sacar pecho. Fue el portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov, el encargado de dar la noticia.

Los elogios de Putin: "No hay un misil comparable"

A principios de marzo de 2018, durante su discurso ante la Asamblea Federal, Vladimir Putin anunció que Rusia había terminado ya los ensayos y que los misiles estaban listos. “El misil vuela a una velocidad hipersónica, 10 veces mayor que la velocidad del sonido y pude maniobrar durante toda la trayectoria del vuelo, lo que le permite superar todos los sistemas de defensa antiaérea y antimisiles existentes y, creo, futuros", indicó entonces el presidente. "No hay un misil comparable en todo el mundo (...) Es el arma ideal".

Rusia tiene otros dos misiles hipersónicos, el Zirkon y el Avangrad, que es todavía más potente

El misil, de ocho metros de largo y más de cuatro toneladas, se puede acoplar en el caza MiG-31 y en el bombardero Túpolev Tu-22M y está diseñado para objetivos tanto terrestres como marítimos. De acuerdo a medios internacionales, Rusia ha estado haciendo ejercicios en Siria en febrero de 2022 con cazas MiG-31 y misiles Kinzhal.

¿Cómo se lanza? El caza MiG-31 transporta el misil a una altitud de aproximadamente 18 kilómetros, unos 59.000 pies. Después lo suelta y cae decenas de metros, unos 100 pies, para después expulsar la tapa del cohete y empezar a acelerar hasta alcanzar la velocidad hipersónica.

A 12.000 km/h, se que puede cubrir la distancia entre Madrid y Barcelona en poco más de tres minutos

¿Una nueva era?

"Este arma va a suponer un desafío particular para los planificadores de defensa aérea occidentales", advertían ya en 2018 los especialistas en tecnología aeroespacial militar Joel McGrathy y Douglas Barrie, en un artículo para el Instituto Internacional de Estudios estratégicos. Estos expertos creen que el desarrollo de este misil ha durado más de una década.

No obstante, en la actualidad no hay muchas voces que vean "un punto de inflexión" en el uso de estas armas en la guerra de Ucrania. "No creo que sea un antes y un después. Creo que el motivo por el que están recurriendo a este tipo de armas es porque están intentando recuperar una cierta inercia. ¿Se está quedando sin munición guiada de precisión?", se preguntaba el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, este fin de semana en la CBS.

"Es una señal de teatralidad", analizaba por su parte Dominika Kunertova, del Centro de Estudios para la Seguridad de Zúrich, en la cadena BBC. "Incluso aunque se usen, lo tenemos que ver como un hecho aislado porque Rusia no tiene una gran cantidad de estos misiles".