Los socialdemócratas europeos confían en la remontada de última hora de Pedro Sánchez en España. Temen que su derrota sea un punto de inflexión para la ultraderecha, si Vox cuenta con ministros en el próximo gobierno por su respaldo a una victoria del Partido Popular. En palabras del ex primer ministro laborista británico Gordon Brown en The Guardian, si Vox es fuerza de gobierno será "un terremoto político que se sentirá en el continente en plena presidencia española del Consejo de la Unión Europea". De ahí su defensa de la "agenda positiva, progresista, y social, abanderada por Sánchez, que necesita seguir adelante con convicción”.  

El presidente del gobierno de España, que lidera la Internacional Socialista desde noviembre de 2022, es uno de los cinco jefes de gobierno que encabezan un gabinete en los Veintisiete. Junto al portugués Antonio Costa lidera hasta ahora una Península Ibérica de izquierdas. A ellos se suma el canciller alemán, Olaf Scholz, en coalición con Verdes y liberales, desde el otoño de 2021; la danesa Mette Frederiksen, que desde su victoria en noviembre de 2022 preside una gran coalición transversal, y el maltés Robert Abela, del Partido Laborista. En Eslovenia, tras las elecciones de la primavera de 2022, el gobierno es el más escorado a la izquierda desde la independencia con un primer ministro, Robert Golob (Movimiento Libertad), liberal progresista y ecologista. 

Estos líderes progresistas en el poder, otros en las bambalinas como Enrico Letta o Jacques Delors, y algunos más del otro lado del Atlántico, como Lula da Silva o Michelle Bachelet, difundieron un manifiesto tres días antes de las elecciones en España en el que destacan "la indudable trascendencia de estas elecciones". Destacan cómo "en estos años convulsos, los gobiernos de Pedro Sánchez han respondido a los desafíos vividos con políticas basadas en la justicia social... Y han demostrado que es posible impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo sin debilitar el estado del bienestar ni sacrificar los derechos de la clase trabajadora o la protección del medio ambiente".

La victoria en las urnas del socialista Pedro Sánchez en 2019 alentó a sus colegas socialdemócratas en la UE, que cogobernaban en Alemania bajo la dirección de la conservadora Angela Merkel, pero habían perdido en Italia en 2018 y se habían hundido en Francia el año anterior. A Sánchez le había precedido el portugués Antonio Costa, en el poder desde 2015.

Cuando se formó la primera coalición de izquierdas de la historia de España, a finales de 2019, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Eslovaquia, y Malta eran gobernadas por socialdemócratas, y en Grecia y Rumania había gobiernos de izquierdas. Posteriormente se sumó Alemania, en otoño de 2021, con una coalición tripartita encabezada por el socialdemócrata Olaf Scholz junto a Verdes y liberales. 

Gobiernos supervivientes a las crisis

Los gobiernos de izquierdas y derechas que han afrontado la crisis de la pandemia y las consecuencias de la guerra en Ucrania están haciendo frente a dificultades para ser reelegidos, aunque hay excepciones sobresalientes en la izquierda y en la derecha. El portugués Costa y el maltés Abela revalidaron en 2022. Costa logró la mayoría absoluta en las elecciones de enero de 2022 después de gobernar con el apoyo del Bloque y el Partido Comunista. Estas fuerzas de izquierdas pagaron muy caro en las urnas su negativa a apoyar los presupuestos de Costa.  

La danesa Frederiksen también lo logró en noviembre de 2022, y los socialdemócratas sumaron dos escaños más (50 de los 179 del Folketing) pero cumplió su promesa de romper los bloques y encabezar un gabinete transversal con los conservadores y liberales. El resultado de los socialdemócratas fue el mejor en dos décadas y podría haber gobernado con la izquierda con los diputados de Groenlandia y las Feroe pero optó por una alianza centrista para afrontar los retos económicos y de seguridad derivados de la guerra de Ucrania. 

Por otro lado, perdieron el poder la socialdemócrata sueca Magdalena Andersson, tras los comicios de otoño de 2022, y la finlandesa Sanna Marin en abril pasado, incluso ganando en las urnas como en el caso de Suecia. Tanto en Suecia como en Finlandia fue crucial el ascenso de la ultraderecha: en Finlandia forma parte del gobierno y en Suecia da apoyo externo.  

En el flanco conservador, el triunfo más destacado y reciente es del líder de Nueva Democracia en Grecia, Kyriakos Mitsotakis, repite al superar el 40%, lo que ahora es excepcional, el doble que su competidor de izquierdas, Syria, en las elecciones de junio pasado. La repetición de elecciones con una nueva ley que compensa al ganador con más escaños le favoreció pero su victoria fue inapelable. En el Parlamento griego han entrado tres partidos de extrema derecha, incluido uno neonazi (Espartanos). Los electores refrendaron su política económica: el PIB ha crecido un 5.9% en 2022, casi el doble que la media de la UE, con un turismo que bate récords. Su firmeza en política migratoria cuenta con el aval de la mayoría de los griegos. 

Los ganadores del nuevo ciclo

"En 2019 [cuando ganó las elecciones el PSOE] la izquierda tuvo un buen ciclo en elecciones nacionales y en las europeas. Ese ciclo parece que se está agotando tras la sucesión de crisis y está provocando la aparición de gobiernos de derechas. Sin embargo, la posición más vulnerable es la del centroderecha. Los socialdemócratas no son la fuerza dominante que eran antes, pero no se enfrentan a la misma OPA a su izquierda que la derecha por el auge de la derecha radical", señala Jorge Tamames, investigador del Real Instituto Elcano

Los ganadores electorales en la mayor parte de los países son los partidos de la derecha radical, que acaparan el voto de los descontentos con los partidos tradicionales. Hasta en España y Portugal, donde la ultraderecha tardó en cobrar fuerza, Chega es la tercera fuerza en los sondeos y Vox ya participa en tres gabinetes autonómicos y aspira a una alianza con el PP en el gobierno nacional.  

El mejor ejemplo de esta fuerza arrolladora de los partidos soberanistas es el triunfo de Fratelli d'Italia, de Giorgia Meloni, que lidera la coalición conservadora al frente de la tercera economía de la UE, desde las elecciones de otoño de 2022. La izquierda del Partido Democráticos se quedó lejos del poder. Fratelli d'Italia fue el único partido que se mantuvo fuera del gobierno de unidad con el que Mario Monti, ex presidente del BCE, hizo frente a la crisis de la pandemia. Meloni supo aprovechar su papel en la oposición para distanciarse de Fuerza Italia, que lideraba Silvio Berlusconi, y la Liga Norte, de Matteo Salvini. 

La jefa del gobierno de Italia es el espejo en el que se mira la derecha más a la derecha en Europa, como los españoles de Vox. Ha logrado el sorpasso en el bloque conservador. Ha moderado sus posiciones en política europea por pragmatismo pero no en política migratoria o sobre derechos LGTBI. 

Estamos en un cambio de ciclo y los ciclos se aceleran con las crisis. La ultraderecha ha irrumpido de forma muy potente. Los conservadores que han sobrevivido se han adaptado a este nuevo escenario"

víctor lapuente, politólogo

Meloni lidera el grupo de Conservadores y Reformistas en el Parlamento Europeo, donde se integran, entre otros, Vox, el Partido de los Finlandeses, Demócratas de Suecia, y el polaco Ley y Justicia, que afronta en otoño nuevas elecciones como favorito. Otros partidos de derecha radical, como Alternativa para Alemania, la Agrupación Nacional de Le Pen y la Liga de Salvini, se integran en Identidad y Democracia. En el Partido Popular Europeo hay voces que abogan por un acercamiento a Meloni y los suyos, que afrontan con buenas perspectivas la convocatoria a las urnas de junio de 2024.   

"Ahora estamos en un cambio de ciclo. Y los ciclos se aceleran con las crisis. En las democracias suele haber cambios de gobierno tras las crisis, aunque la gestión haya sido buena. A ello hay que añadir que la ultraderecha ha irrumpido de forma muy potente. Ha pillado a los conservadores con el pie cambiado en Francia y en Italia. Los conservadores que han sobrevivido se han adaptado a este nuevo escenario. Esta nueva alianza está venciendo a los socialdemócratas", afirma Víctor Lapuente, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Gotemburgo. 

Qué pasa en los países nórdicos

En Suecia, donde vive Lapuente, el partido más votado en las elecciones de otoño pasado fue el socialdemócrata, pero los Demócratas de Suecia, ultranacionalistas, sobrepasaron al Partido Moderado. Suecia por primera vez enterró el cordón sanitario, por el que se dejaba fuera de las negociaciones a la ultraderecha, de modo que el bloque conservador logró sumar más votos que la izquierda por apenas tres escaños. De este modo, el líder del Partido Moderado, Ulf Kristersson, encabeza un gobierno con cristianodemócratas y liberales, con apoyo externo de la ultraderecha. 

Lapuente explica que los socialdemócratas suecos han pasado a la oposición con la idea de buscar avances desde ese plano. “La democracia no se entiende como un régimen presidencialista como pasa en España. Hay una dinámica de pactos y no es juego de todo o nada. Los Demócratas de Suecia se han moderado para ganar votos. Esta moderación no se ve ni en Hungría ni en Polonia”. 

En los países nórdicos, paradigma del estado del bienestar impulsado por políticas socialdemócratas, el ascenso de esta derecha ultranacionalista ha provocado cambios de gobierno, aunque realmente no se hayan hundido los socialdemócratas. La última víctima política ha sido la popular Sanna Marin, que perdió las elecciones del pasado 2 de abril por un estrecho margen frente a los conservadores y ultraderechistas. Cada uno de los tres partidos logró un 20% de los votos. El Partido de los Finlandeses superó a los socialdemócratas por 3.844 votos. Ganó el Partido de la Coalición Nacional, con 27.659 votos más que el partido de Marin.  

El conservador Petteri Orpo sucedió en junio a Sanna Marin, tras llegar a un acuerdo de coalición en el que se integra el Partido de la Coalición Nacional que lidera, junto con el Partido de los Finlandeses, de Riika Perra, que ocupa Finanzas, los cristianodemócratas y el Partido del Pueblo Sueco. Las políticas migratorias restrictivas son lo que tienen en común los partidos ultranacionalistas en toda la UE.

El nuevo nacionalismo

Para Paul Schmidt, secretario general de la Sociedad Austriaca para la Política Europea, "estamos viendo un declive de los partidos liberales y verdes, algo que quedará claro, si no hay cambio de tendencia en las elecciones europeas de junio de 2024. La competición entre los partidos de extrema derecha y la izquierda es intensa. Las crisis han generado la percepción de inseguridad y una pérdida de confianza en el sistema politico, consecuencia de la pandemia. A ello se suma la migración. Son los ingredientes perfectos para un nuevo nacionalismo". 

Por ello, hay mucha expectación sobre las elecciones en España."La situación es parecida a la de Sánchez en 2019. España es el cuarto país europeo y quien gane será determinante en la configuración de equilibrios en la UE. Si llega Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, al poder, puede capitanear el retorno del centroderecha. Será clave ver qué pasa con Vox", añade Tamames.

La experiencia austriaca es que cada vez que la extrema derecha participa en gobiernos pierde apoyos porque no sabe cómo dar respuestas"

Paul schmidt, sg de la sociedad austriaca para la política europea

Austria es el país europeo donde antes tocó poder la ultraderecha, hace 23 años, con el Partido de la Libertad, liderado por Jörg Haider. Quedó en segundo lugar en las elecciones de octubre de 1999 con gran alarma en la Unión Europea. En la actualidad gobiernan los conservadores (OVP) con los Verdes, pero el FPO es favorito en los sondeos con vistas a las elecciones de 2024, cuando también hay europeas. "La experiencia austriaca es que cada vez que la extrema derecha participa en gobiernos pierde apoyos porque no sabe cómo dar respuestas, pero luego el elector se olvida, como pasa ahora. El Partido Socialista en Austria trata de acercarse al ciudadano y ahora habla más de distribución de riqueza y cuestiones sociales", señala Paul Schmidt. 

Los grandes de la UE

En la primera potencia de la Unión Europea ganaron las elecciones del 26 de septiembre de 2021 los socialdemócratas, liderados por Olaf Scholz. Desbancaron a la Unión (CDU y CSU) de Merkel, que ya había anunciado su retirada, pero necesitaron pactar con Verdes y Liberales para gobernar. AfD cuenta con 80 escaños en el Parlamento federal, donde entró por primera vez en 2017, pero nadie pacta con ellos de momento. 

En los últimos sondeos la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), con la que de momento la CDU se niega a pactar, sube como la espuma: llega al 20%, solo por debajo de la CDU y por encima de Verdes y SPD. Especialmente simbólica ha sido su reciente victoria, a finales de junio, por el 53% de los votos en el distrito de Sonneberg, en Turingia.

Los partidos en el gobierno federal están pagando el coste de la gestión de la crisis derivada de los efectos económicos de la guerra. Alemania, que se abastecía del gas ruso, está teniendo que cambiar su forma de suministro a marchas forzadas. Hay planes para amortiguar los efectos de la inflación a los más desfavorecidos pero este clima de incertidumbre es ideal para la ultraderecha, especialmente en el Este.

Hay elecciones en los Länder de Baviera y Hesse en otoño que serán un test para los tres partidos en el gobierno en Berlín. Y en primavera de 2024 votan en Sajonia, Brandeburgo y Turingia.

Scholz, que tiene buena relación con Sánchez, seria uno de los líderes europeos que más se alegraría si logra mantenerse en el poder. Los socialdemócratas alemanes mantienen una excelente relación histórica con sus colegas españoles. Willy Brandt fue el padrino de Felipe González en Europa.

Francia, la segunda potencia europea, revalidó en la Presidencia al liberal Emmanuel Macron en la primavera de 2022, pero la alianza centrista Ensemble (Juntos) logró una mayoría muy ajustada en una Asamblea Nacional en la que ganaron mucha relevancia los extremos, Reagrupación Nacional en la derecha, y NUPES, una coalición que integra desde la Francia Insumisa a los Verdes y al frágil Partido Socialista Francés, que se salva del hundimiento por su implantación regional. Domina alcaldías relevantes como París, pero la socialista Anne Hidalgo apenas logró un 1,7% de los votos en la elección presidencial.  

La inmigración es clave

"El caso francés es peculiar porque es un sistema presidencialista y un  modelo politico muy diferente. La derecha radical de momento no ha logrado la Presidencia ni el gobierno pero suma un tercio del voto. Además, sus prioridades arrastran a gran parte de la opinión pública. Tanto es así que desde la derecha tradicional a Macron terminan legitimando sus inquietudes, lo que se ve en el tema de la inmigración", dice el investigador del Real Instituto Elcano. 

La inmigración es el talón de Aquiles de la izquierda, que está dando respuestas similares a la derecha"

Héctor sánchez margalef, cidob

Las recetas financieras que se han aplicado después de la pandemia y la crisis derivada de la guerra contra Ucrania han sido las defendidas por la izquierda, al contrario de lo que ocurrió en 2008. "El consenso se ha movido de derecha a izquierda en lo económico, pero el debate cultural ha ido al contrario. El wokismo genera división en el campo de la izquierda, ya muy dividido", señala Héctor Sánchez Margalef, investigador del CIDOB. A su juicio, uno de los graves fallos de la socialdemocracia ha sido no dar respuesta al problema de la inmigración. "Es el gran talón de Aquiles de la izquierda, que no ha sabido articular una idea de patria que quiera decir derechos y compromiso cívico. Los partidos de izquierda están dando respuestas similares a la derecha", afirma Sánchez Margalef. 

Hacia dónde vamos: próximas elecciones

En otoño se llevan a cabo dos elecciones significativas en la Unión Europea. Votarán en Polonia en septiembre. Polonia ha ganado mucha fuerza por su protagonismo en el apoyo incondicional a Ucrania. El ultranacionalista Ley y Justicia encabeza los sondeos con el 35% de los votos frente al 30% de la liberal Coalición Cívica. En Hungría también revalidó su mayoría Viktor Orban, del Fidesz, también ultranacionalista, en mayo de 2022. 

A su vez, se han anticipado a noviembre las elecciones en los Países Bajos tras la ruptura de la coalición que lideraba el liberal Mark Rutte, que se retira después de 13 años en primera fila. La política migratoria ha sido el detonante de la crisis: los liberales querían endurecer las condiciones del reagrupamiento familiar a lo que se oponían la unión cristiana y los liberal progresistas (D66).

En Países Bajos ha llegado la hora de crecer juntos, y no por separado"

franz timmermans, comisario europeo y futuro lider del ticket rojiverde

El comisario europeo Franz Timmermans, el gran promotor del Acuerdo Verde, aspira a liderar una coalición de laboristas y verdes. "Ha llegado la hora en Países Bajos de crecer juntos en lugar de crecer por separado. La fragmentación en política nos perjudica. Hacemos frente a grandes desafíos como la crisis climática", dijo Timmermans al anunciar sus aspiraciones. 

En el sondeo de Politico, este tándem rojiverde estaría empatado en intención de voto con el Partido de la Libertad y la Democracia (VVP), y con el emergente Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB) que dio la sorpresa en las elecciones provinciales de la primavera pasada. Están en las antípodas de los rojiverdes por su rechazo a las normas que controlan las emisiones y defienden a ultranza los intereses del mundo rural. Se definen de derecha en migración, y de izquierda en economía. 

Para Sánchez Margalef, "la fórmula que van a probar laboristas y verdes puede servir de modelo, aunque siempre depende de los sistemas electorales de cada país. La coalición Nupes sera un precedente. En la legislatura anterior se ensayó un espacio de diálogo entre socialistas, verdes y la izquierda radical llamado Progressive Caucus. Puede ser una vía". 

La socialdemocracia, según los investigadores, sigue teniendo futuro. Pero, como apunta Víctor Lapuente, "a la socialdemocracia se le ha acabado la gasolina fácil de atizar el miedo a la ultraderecha. Si quiere ganar, no vale con el miedo. Ha de proponer en positivo".