Las autoridades marroquíes han vuelto a expulsar a un extranjero de los territorios ocupados del Sáhara Occidental, en una práctica ya habitual denunciada de modo recurrente por las organizaciones de derechos humanos. El fotoperiodista portugués Rafael Lomba fue deportado a la fuerza este martes de la ciudad saharaui de El Aaiún, ocupada por Marruecos.

Según informa Equipe Media, un medio de comunicación saharaui que trata de romper el bloqueo informativo que sufre el territorio, una decena de policías vestidos de paisano irrumpieron en el hotel en el que se hospedaba y le ordenaron que recogiera inmediatamente sus pertenencias.

Los agentes explicaron como motivo una fotografía que Lomba se había tomado con Mohamed Daddach, un ex preso político saharaui que pasó 23 años en cárceles marroquíes por su activismo. Según Lomba, la policía confiscó su teléfono móvil e investigó su contenido y su agenda de contactos. El periodista fue amenazad de enfrentarse "a graves consecuencias" si no abandonaba el territorio de inmediato.

Tampoco se le permitió contactar con la embajada lusa y permaneció detenido durante 12 horas en una celda compartida con cinco migrantes senegaleses, a los que se pidió que no mantuvieran comunicación con él. El periodista relató que en la comisaría faltaban recursos básicos como camas, baños y agua.

"Agujero negro informativo"

El pasado mayo las autoridades del régimen alauí expulsaron del Sáhara a Roberto Cantoni, investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona. "Dos hombres llamaron a la puerta de mi habitación en el hotel en el que estaba alojado. Uno de ellos me dijo que tenía que marcharme de la ciudad enseguida en un taxi que me llevaría a Agadir”, relató entonces Cantoni a El Independiente

Estas expulsiones se suman a una larga lista de investigadores, observadores, activistas y periodistas que han sido deportados de los territorios ocupados tras reunirse con población saharaui. Las restricciones ha ido en aumento en el Sáhara Occidental. En su informe anual, Amnistía Internacional denunció que las organizaciones de derechos humanos continuaban sin poder acceder al Sáhara, considerado por Reporteros Sin Fronteras como “un agujero negro informativo” ante el bloqueo permanente y las violaciones de derechos humanos llevadas a cabo por las autoridades.