Investigaba los proyectos de energías renovables en los territorios del Sáhara Occidental ocupados por Marruecos. Un tema sensible, el de los expolio de los recursos naturales de la ex colonia española, por el que las autoridades del país vecino han terminado expulsándole. Roberto Cantoni, investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha tenido que abandonar la zona obligado por el aparato policial marroquí.

“Dos hombres llamaron a la puerta de mi habitación en el hotel en el que estaba alojado. Uno de ellos me dijo que tenía que marcharme de la ciudad enseguida en un taxi que me llevaría a Agadir”, relata Cantoni a El Independiente. Los hechos se precipitaron el pasado domingo. El investigador aterrizó en Barcelona a última hora de este martes, tras dejar el Sáhara Occidental en un taxi con destino a Agadir y finalmente Marrakech.

“Pregunté quién era la persona que había llamado a la puerta y me dijo que era de la seguridad nacional. Pregunté las razones de mi salida y me contestó que no tenía que dar explicaciones. Al insistir, simplemente dijeron: 'Tú sabes por qué'”, agrega Cantoni, doctor en Filosofía con especialización en transición energética. “Fuera del hotel había otro jeep negro sin símbolo ni de la policía ni de otro cuerpo del estado, con dos hombres más esperando. Me han hecho subir a un taxi, que me ha llevado a Agadir, donde llegué después de 9 horas de trayecto, a la una de la madrugada. Suerte que había tenido la idea de reservar un hotel por móvil, si no me hubiera quedado en el medio de la ciudad sin un lugar donde estar”.

"Agujero negro"

El académico se había desplazado a los territorios ocupados para reunirse con la agencia marroquí de electricidad, la misión de la ONU y activistas saharauis. “La investigación que estoy llevando a cabo es sobre el acaparamiento de tierras para proyectos energéticos supuestamente 'verdes', que tengan que ver con la energía renovable”, explica Cantoni. Su estudio está centrado en el Sáhara Occidental, la Guayana Francesa y Namibia. “Marruecos es uno de los países que están desarrollando una política muy fuerte en este sentido desde hace una década. Sin embargo, varios de los proyectos que se están construyendo lo están siendo en el territorio de Sahara Occidental, que para las Naciones Unidas son un territorio no-autónomo que sigue bajo administración española de iure en espera de un referendo”, comenta.

Las iniciativas energéticas en los territorios bajo ocupación de Marruecos se han multiplicado en los últimos años. Recientemente Rabat anunció un proyecto de producción de hidrógeno verde con participación de Emiratos Árabes Unidos. “Empresas españolas, europeas y de otros continentes siguen colaborando con Marruecos en la explotación de recursos naturales de esa zona”, apunta Cantoni, quien recuerda la sentencia de la justicia europea contra los acuerdos de pesca entre la Unión Europa y Marruecos en aguas del Sáhara.

Su expulsión se suma a una larga lista de investigadores, observadores, activistas y periodistas que han sido deportados de los territorios ocupados tras reunirse con población saharaui. Las restricciones ha ido en aumento en el Sáhara Occidental. En su informe anual, Amnistía Internacional denunció que las organizaciones de derechos humanos continuaban sin poder acceder al Sáhara, considerado por Reporteros Sin Fronteras como “un agujero informativo” ante el bloqueo permanente y las violaciones de derechos humanos llevadas a cabo por las autoridades.