No sabemos a estas alturas -la tarde-noche del lunes 10- cómo saldrá Pablo Iglesias de su entrevista con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Pero de lo que sí tenemos constancia es de la formidable imprudencia y de la  disparatada pretensión del líder de Podemos porque, a su reiterada reclamación de que su partido entre a formar parte del futuro gobierno, ha añadido en la mañana del lunes mayores precisiones: él quiere ser el próximo ministro de Trabajo.  Independientemente de su insistencia en que varios de los suyos se empotren en la estructura gubernamental, no alberguen ustedes la menor duda de que, con esa cartera debajo del brazo, el señor Iglesias se daría por mucho más que satisfecho en sus reivindicaciones.

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