RTVE se ha anticipado con un sorprendente acierto a los acontecimientos políticos que se han producido en los últimos tiempos. Cosa que puede explicarse en la especial perspicacia de Rosa María Mateo o en las conexiones palaciegas de ella y de su entorno, tan habituales a lo largo de la historia de la televisión pública. Las que llevan a concluir, una vez más, que algo huele a podrido en Dinamarca.

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