El enorme progreso humano, que a pesar de los progresistas, ha conquistado el mundo como ponen de manifiesto un sinfín de estudios empíricos relativamente recientes se puede dividir –simplificando las cosas- en tres fases históricas: una primera caracterizada por la vida tribal y nómada, una segunda sedentaria y socialmente más compleja forjadora de civilizaciones y una tercera que nació con la primera revolución industrial y la democracia liberal que llega hasta nuestros días.

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