Escuché en más de una ocasión a la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, pronunciar una sentencia, tanto en público como en privado, que me impresionó vivamente: "Cuando alguien me prohíbe -o me recomienda encarecidamente- no ir a un lugar determinado [para llevar a cabo un acto público], me entran aún más ganas de hacerlo". Eran tiempos en los que, para los candidatos, afiliados o meros simpatizantes de la "marca naranja", que creara e hiciera grande Albert Rivera, resultaba tremendamente complicado hacer llegar su mensaje y su proyecto político a lo largo y ancho de la superficie total de Cataluña. Comarcas y municipios muy alejados de grandes núcleos urbanos y en los que las formaciones nacionalistas o abiertamente separatistas eran dueñas y señoras del paisaje social y político y por supuesto de la voluntad de sus gentes.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 La Promesa: avance del episodio del lunes 28 de abril
- 2 Pardo de Vera escoge a la exabogada del Estado del 'procés' y su mano derecha en Adif para defenderse en el 'caso Koldo'
- 3 El Gobierno aprueba la nueva ayuda de 200 euros para la crianza
- 4 Eugenia vuelve a La Promesa: RTVE adelanta los acontecimientos
- 5 Angelo Becciu, el cardenal que el papa quería vetar del cónclave
- 6 El "malmenorismo" con el que Iglesias quiere aniquilar a Yolanda Díaz
- 7 Susanna Griso da un toque de atención a Antonio Pelayo
- 8 Salomé Pradas denuncia la "inexactitud" de la transcripción de su declaración ante la jueza de la DANA y pide que se anule
- 9 Sánchez es un Trump muerto de hambre