El 25 de setiembre Italia acudirá a las urnas de nuevo. No nos tendría que sorprender, pues la duración de este gobierno está en la media de lo que han durado en general todos los gobiernos después de la caída de Silvio Berlusconi, y subió Mario Monti como figura tecnócrata. Pero sí tenemos que prestar atención a la manera cómo ha sucedido: desde la izquierda el Movimiento 5 Estrellas no quería perder protagonismo, y desde la derecha la Liga Norte y Forza Italia han pactado para generar inestabilidad.

El problema que surge es que, según los sondeos, en la próxima legislatura los neofascistas pueden entrar en el palacio Chigi, con el apoyo de parte del centro y la derecha. Es un neofascismo que proviene del Movimiento Social Italiano, ahora llamado Fratelli d’Italia

En estas elecciones no solo está en juego continuar con una agenda social y política estable sino que se ve implicada la credibilidad del sistema político italiano"

A diferencia de los anteriores comicios, en estos no está solamente en juego continuar con una agenda social y política estable, o cumplir con los dictámenes europeos sobre medidas económicas. En este caso va más allá porque se ve implicada la propia credibilidad del sistema político italiano en todas sus formas. Recordemos que Mario Draghi, de la misma manera que Mario Monti, surgió un poco de la nada en la política italiana, pues procedía de las instituciones europeas. El ex presidente del BCE, de origen romano, no es miembro de ninguna de las dos cámaras legislativas, ni de la Cámara de los Diputados, ni del Senado. Fue propuesto en febrero de 2021 por Sergio Mattarella, presidente de la República, y reunió el apoyo del Partido Democrático, Artículo Uno, Italia Viva, Forza Italia, Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte. Con ministros de todos los partidos, y también independientes. 

Pero el 14 de julio Giuseppe Conte, líder del Movimiento 5 Estrellas revocó el apoyo político a Draghi por considerar insuficientes las medidas de estímulos económicos que promovía el gobierno. A pesar de ello, ganó la moción de confianza pero presentó su dimisión, que Mattarella rechazó. Y el 21 de julio presentó de nuevo una moción de confianza, y fracasó pues no llegó a la mayoría absoluta. M5S, Lega y Forza Italia votaron en contra. Así pues, Draghi presentó de nuevo su renuncia al presidente de la República, y esta vez aceptada, se disolvieron ambas cámaras y se decretó el 25 de setiembre como fecha para las próximas elecciones. 

El gobierno Draghi ha impulsado serias reformas políticas, como también ha devuelto a Italia un papel de potencia económica y geopolítica que no tenía. Lo último, debido al desplante de España con Argelia al romper el statu quo saharaui, el presidente del Consejo fue de visita a Argel, y consiguió que la península itálica fuera ruta gasística imprescindible para la Unión Europea.

Con Draghi se ha reforzado el eje París-Roma y el Roma-Madrid, un hecho importante porque ha recosido el Sur"

Ahora, el gas que sale de los campos del golfo de Guinea, cruza Nigeria, Níger, Argelia, Túnez y llega a Italia. Y de allí sube al norte y se reparte. De la misma manera que las rutas de gaseductos de Kazakstán y el Caspio cruzan Azerbaiyán, Georgia, Turquía, Grecia, Albania y entran también a Italia. Por otro lado, con Draghi se ha reforzado el eje París-Roma, de la misma manera que el Roma-Madrid, un hecho importante porque ha recosido el Sur. 

El papel del ministro Luigi Di Maio al frente de Asuntos Exteriores, o Farnesina, ha destacado las buenas relaciones con los países asiáticos, como también con los de Oriente Medio. A destacar los acuerdos con Arabia Saudí, Pakistán, Turquía y el refuerzo de las relaciones con Angola, Kenia y Etiopía. En el caso de África también las relaciones cordiales con Libia.

La cintura política del ministro Di Maio ha permitido a Italia mantener un alto nivel diplomático con Armenia, como también con Azerbaiyán y Turquía. Reconoce, por un lado, el genocidio armenio, y por otro a las víctimas azeríes del genocidio de 1990. A diferencia de Francia, Italia ha estado siempre al lado de la posición británica en la cuestión de la invasión ucraniana, un hecho que ha reforzado su posición en la OTAN. 

De ahora hasta el 25 de setiembre veremos una campaña continuada. Nuevas siglas que aparecerán de partidos refundados, como también ministros que presentarán su propia candidatura, o que se retirarán, habrá escisiones y fusiones de marcas y plataformas. A pesar de las encuestas, la desafección institucional en Italia es muy alta, y esto genera que muchas de las que se publiquen serán fotografías del momento, pero no para ir más allá, ni que se puedan extrapolar.

El frenesí político italiano parece que no tendrá fin hasta que haya un nuevo presidente del Consejo de Ministros, y puede demorarse, dependiendo del resultado. En Italia hubo gobiernos que han durado menos de medio año, si bien la mayoría de los 67 gobiernos que han tenido desde la proclamación de la República en 1947¡ no han llegado a un año. En total, 30 primeros ministros, con 67 consejos de ministros y apoyos parlamentarios distintos. La estable inestabilidad, que algunos llaman. 


Guillem Pursals es politólogo, máster en Seguridad, especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado.