Marco Antonio Navarro Tacoronte es un superviviente, y como a él le gusta definirse “fui un delincuente que ya pagó su culpa”, estuvo en prisión y entre sus antecedentes encontramos robo con violencia, abandono de familia o falsificación de documentos. No es un ángel, pero jamás imaginó encontrar tantos demonios en el Congreso de los Diputados. De trato amable, locuaz, educado y un poco sobrepasado por los acontecimientos, eligió el camino más difícil con el que muchos amenazan y que solo él ha puesto en práctica: tirar de la manta.

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