El reconocimiento es un comienzo positivo hacia la justicia. El anuncio conjunto de tres Estados europeos, España, Noruega e Irlanda, es bienvenido pero llega décadas tarde.

En primer lugar, resulta importante señalar que ya la mayoría de los países del mundo, más de 140, reconocen a Palestina como Estado. Sólo es un problema porque no lo hacen los «Estados correctos», es decir, los «Estados occidentales» o del norte global.

Quizá sea una visión realista aunque pesimista, pero resulta evidente que la solución de los dos Estados ya no es viable, principalmente debido a los cerca de 300 asentamientos ilegales israelíes y a los 800.000 colonos que fragmentan Cisjordania ocupada.

Durante décadas, Israel mató la solución de los dos Estados mientras la comunidad internacional se cruzaba de brazos. Pero si echamos un vistazo no muy lejano en la historia, veremos que aproximadamente el mismo número de colonos franceses, los «pieds-noirs» (pies negros), abandonaron Argelia durante la descolonización.

Durante décadas, Israel mató la solución de los dos Estados mientras la comunidad internacional se cruzaba de brazos

En cualquier caso, esto no exime a la comunidad internacional de su responsabilidad hacia un Estado palestino independiente, ya que la solución de los dos Estados está consagrada en el derecho internacional. Todos los asentamientos israelíes son ilegales y son también crímenes de guerra que deben ser desmantelados.

Es encomiable que España lidere el camino en Europa hacia una medida de este tipo, ya que hemos estado instando a los Estados miembros de la Unión Europea a que tomen la iniciativa como Estados individuales o en grupo, en lugar de esperar al consenso de los Veintisiete, que nunca se producirá.

Los Estados occidentales supuestamente respaldan una solución de dos Estados mientras que sólo reconocen a uno de ellos, esto demuestra cómo su enfoque de la cuestión palestina ha sido desigual y es intrínsecamente parcial.

El reconocimiento por sí solo no basta; no puede ser un gesto simbólico

¿Y ahora qué? El reconocimiento por sí solo no basta; no puede ser un gesto simbólico. Para que suponga un cambio real sobre el terreno, se necesitan más medidas. Los Estados europeos deben basarse en la decisión de garantizar que el Estado palestino sea independiente y soberano, lo que significa emplear medidas concretas de rendición de cuentas y sanciones para poner fin a la ocupación, el apartheid y la colonización israelíes y, de forma más inmediata, detener el genocidio en curso en Gaza.

La causa palestina sigue siendo fundamental para la región y el mundo. Sólo podremos alcanzar una paz duradera si se basa en la justicia, y la rendición de cuentas internacional es la base para ello. Ya es hora de que la comunidad internacional pase de la retórica a la acción.


Zaid Amali es director de incidencia internacional de la ONG palestina Miftah