Realidad virtual, inteligencia artificial, cloud computing, vehículos autónomos...En un mundo en el que la tecnología avanza a pasos agigantados, todo apunta a que estas industrias tienen un potencial de desarrollo extraordinario.

Y en todas ellas ocupa una posición muy relevante Nvidia. Su fuerte presencia en estos segmentos de negocio ha generado para las compañía un potencial de desarrollo que ya empieza a apreciarse en sus cuentas de los últimos ejercicios. En 2016, sus ingresos se incrementaron un 35%, a cerca de 7.000 millones de dólares. Y la tendencia de crecimiento se ha acelerado incluso en el primer trimestre de 2018, con un alza de las ventas del 48%.

Todas estas cifras no han pasado desapercibidas para los inversores, que han dado rienda suelta al optimismo en torno a las acciones de Nvidia. El grupo acumula un avance superior al 570% en apenas dos años.

Esta escalada ha supuesto que las valoraciones de la compañía alcancen valoraciones por encima de las 50 veces beneficios, casi el doble que la media de sus competidores. Con esta visión, cada vez son más las firmas que advierten de que el mercado podría haberse excedido con su confianza en las perspectivas de la compañías.

Tras subir un 570% en dos años, la valoración de Nvidia duplica la de sus sector

Especialmente, porque, a día de hoy el negocio de Nvidia sigue dependiendo con mucha diferencia de la evolución de su división de videojuegos. Y este segmento no atraviesa su mejor momento.  "Nuestra opinión sobre Nvidia este año ha sido que el consenso es infravalorando una desaceleración en los juegos de azar y el impacto negativo en la valoración", señalan los analistas de Nomura, que esperan que esta idea gane fuerza a lo largo del ejercicio. Por esa razón, los analistas del banco japonés otorgan al fabricante de chips un precio objetivo de 90 dólares, un 30% por debajo de sus niveles actuales.

Firmas como BMO o Pacific Crest también han lanzado advertencias sobre la situación de la compañía, al detectar cierta saturación en algunos de sus negocios como el de tarjetas gráficas.

Sin embargo, Toshiya Hari, analista de Goldman Sachs, considera que estas muestras de escepticismo resultan muy cortoplacistas e infravaloran el potencial de crecimiento a largo plazo de Nvidia. Hari resalta el fuerte posicionamiento de la compañía en segmentos de elevado potencial de crecimiento y augura que los ingresos de la compañía se elevaran más de un 60% hasta 2019.

Uno de los puntos que más confianza genera en el analista de Goldman es el potencial del negocio de inteligencia artificial vinculado al vehículo autónomo, donde Nvidia ya ha llegado a acuerdos de colaboración con distintos fabricantes como Tesla, Audi, Mercedes, Volvo y, más recientemente, Toyota.

Nvidia tiene acuerdos para el desarrollo del vehículo autónomo con varios fabricantes

Con esta visión, "esperamos que los ingresos y los márgenes brutos se reaceleren hasta 2019, a medida que los vehículos autónomos lleguen a la carretera y el mix de ingresos de la compañía cambie de las tecnologías de información y entretenimiento a las soluciones autónomas de mayor margen", señala.

Precisamente, en Citi también tienen una visión muy favorable del potencial de Nvidia en el campo del vehículo autónomo. A pesar de que la industria automotriz está aún en una etapa inicial en el desarrollo de esta tecnología, "pensamos que Nvidia está bien posicionada para ser una de las principales plataformas de computación, a medida que el análisis de datos se convierte en clave para permitir una conducción autónoma", apuntan.

Así, en Citi dan un potencial a las acciones de la compañía superior al 10%, mientras que en Goldman lo elevan por encima del 25%.

Y es que si el potencia de la inteligencia artificial torna en realidad, Nvidia puede confiar en que sus elevadas actuales estén asentadas en algo más que en un futuro virtual.