Pablo Iglesias saca a relucir su carácter más posibilista en la nueva etapa de relación con el PSOE de Pedro Sánchez. El secretario general de Podemos ha asumido un nuevo papel en esta ronda de contactos con el PSOE, y acepta las condiciones impuestas por los socialistas. Si hace tres semanas tendía la mano al PSOE con el objetivo de presentar una moción de censura antes de Navidad, Iglesias ha renunciado en las últimas horas tanto a este objetivo inmediato como al plazo fijado inicialmente.

El líder de Podemos ha relajado el tono para el encuentro con Sánchez y se ciñe a las reuniones de trabajo sobre contenidos concretos. Fue el propio Iglesias quien propuso estos encuentros de equipos entre ambas formaciones, pero fijaba para ello un objetivo claro: elaborar una "hoja de ruta" para echar al PP del Gobierno. Una hoja de ruta a la que Iglesias no hizo mención después de la reunión, y que quedó reducida a una "agenda común" y a la intención de "construir mayorías parlamentarias".

El PSOE confirma que su objetivo último es ganar en las urnas, uno de los temores de Podemos

El PSOE rebaja estas expectativas sobre el acuerdo, descarta a priori una moción de censura al Gobierno -"no se dan las condiciones", alegaron- y adelanta que su objetivo último del PSOE es ganar elecciones, confirmando uno de los temores que reinaban en la formación morada. “Aspiramos a ser la fuerza mayoritaria que en otros momentos históricos lo fuimos. Esa es nuestra aspiración, nuestro objetivo político; otra cosa que haya que asumir la situación política donde no hay mayorías", reconoció el secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos, tras la reunión de ambos dirigentes.

Pablo Iglesias relaja las exigencias

La imagen transmitida ayer difiere de la escena de marzo de 2016, cuando Sánchez e Iglesias se reunieron en dos ocasiones tras el 20D. El líder de Podemos acudía a aquellos encuentros con varias condiciones bajo el brazo: la vicepresidencia del Gobierno y la petición para que se rompieran las negociaciones PSOE-Ciudadanos. En esta ocasión, el líder del partido morado afronta el encuentro con más moderación, siguiendo el perfil institucional que inauguró en el debate de la moción de censura contra Mariano Rajoy, cuando tendió la mano a los socialistas.

Esta vez, a diferencia de aquélla, se ha presentado un Pedro Sánchez relajado que cuenta con el respaldo de su partido y sin la impaciencia que marcaban los plazos para su posible investidura, mientras que ha acudido un Iglesias menos exigente en sus contactos. Si bien el líder de Podemos mantiene como "prioridad" echar al gobierno del PP, asume la negativa de los socialistas y continuará el diálogo parlamentario para ir acercando posturas. "En el PSOE tienen una estrategia distinta donde echarles no es lo más inminente, pero vamos a tratar de convencerles", resumió este martes tras el encuentro.

Iglesias rechaza hablar de "ultimátums" o "plazos" para normalizar su relación con el PSOE

Podemos opta por la paciencia en el medio plazo frente al blanco o negro que exigía la coyuntura tras el 20-D, cuando los dos dirigentes disponían de un mes para alcanzar acuerdos con unas encuestas electorales optimistas para los morados; unos datos que les permitían más dureza en la negociación. Si en 2016 existían evidentes líneas rojas para el partido de Iglesias, en esta ocasión tratan de rebajar las pretensiones y suavizar una relación que se presenta como una carrera de fondo: sin una meta fija pero con distintas etapas. "El hecho de que nos sentemos a dialogar desde posturas no conicidentes es bueno", fue el diagnóstico de Iglesias, que trató de relajar los ánimos y rebajar la presión puesta sobre el PSOE.

Sin embargo, Iglesias sí pone sobre la mesa el próximo reto para los socialistas: oponerse al techo de gasto que se aprobará en el Congreso a mediados de julio. Una decisión que tomará la nueva ejecutiva socialista y que, ha advertido el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, no están en condiciones de tomar. "No tenemos información sobre el techo de gasto, cuando la tengamos tendremos ya capacidad para definir una posición", ha zanjado.

Los cinco equipos de trabajo constituidos entre PSOE y Podemos están destinados a encontrar puntos de acuerdo que se concreten en medidas parlamentarias. El plan de Iglesias pasa por establecer en un 7% la subida del Salario Mínimo Interprofesional o fijar una ayuda por hijo a cargo para alcanzar en 4 años los 100 euros mensuales. Aunque la posibilidad de desalojar al Gobierno no es "inminente" para el PSOE, Pablo Iglesias aboga por la vía contraria a la que eligió en 2016, cuando impidió la investidura de Pedro Sánchez y abocó al país a unas terceras elecciones en las que perdió más de un millón de votos.

"Ahora el PSOE está en otras posición pero mucho mejor que habar de ultimátum y de plazos es empezar a trabajar en la mayoría parlamentaria", resolvió el líder de Podemos. "Los meses van a revelar lo que para nosotros es una evidencia: que la situación del gobierno es insostenible". Una situación que, confía Iglesias, "se va a imponer como una percepción generalizada entre los españoles".