Pedro Sánchez se topa con Pedro Sánchez en su ofensiva contra los barones del PSOE. El estricto régimen de incompatibilidades presentado por su candidatura en las primarias empieza a pasar factura a la Ejecutiva federal, cuyos miembros no pueden optar a cargos provinciales o autonómicos del partido. Este sistema hace que el mismísimo secretario de Organización, José Luis Ábalos, esté inhabilitado para renovar como secretario general de la provincia de Valencia, cargo que tiene que abandonar. Su antecesor, César Luena, sí mantuvo la secretaría general de la Rioja durante su etapa en Ferraz.

En la misma situación se encuentra Manuel González, secretario general de Albacete y encargado de Economía de las Ciudades de la Ejecutiva federal, junto a Javier Izquierdo, líder del PSOE de Valladolid y secretario de Formación. Igualmente, Pilar Cancela, presidenta de la Gestora de Galicia y responsable del área de Emigración de Ferraz, se queda sin opciones de liderar el partido en su comunidad. Todos ellos renunciaron a construir en primera persona una estructura sanchista en sus territorios cuando decidieron entrar en la Ejecutiva federal.

Los candidatos alternativos serán "de segunda fila"

Los principales referentes sanchistas en las comunidades gobernadas por barones críticos también renunciaron a dar la batalla de forma personal en sus regiones para formar parte de la dirección del partido. José Luis Ábalos y Andrés Perelló en Valencia; Susana Sumelzo en Aragón, Adriana Lastra en Asturias o Alfonso Rodríguez Gómez de Celis en Andalucía tendrán que buscar "segundos espadas" para plantar cara a Ximo Puig, Javier Lambán, javier Fernández y Susana Díaz.

Esa limitación de los hombres fuertes de Sánchez "debilita" las opciones del sanchismo frente a los barones. Aunque esos referentes mantienen su ascendencia en sus comunidades, la consolidación de candidatos alternativos se complica en los territorios. "Tenemos que recurrir a perfiles más desconocidos de segunda o tercera fila", admiten en la dirección federal.

Dos claros ejemplos se viven en la Comunidad Valenciana y Andalucía, que convocaron primarias exprés el día siguiente del 39 Congreso Federal con el objetivo de limitar las opciones del sanchismo. En Valencia, la imposibilidad de presentar a Ábalos o Perelló frente a Ximo Puig ha propiciado la candidatura del alcalde de Burjassot, Rafael García, un gran desconocido en la federación. En la primera batalla, la recogida de avales, el secretario general y presidente de la Generalitat ha presentado 7.584 apoyos frente a los 4.441 logrados por el candidato alternativo.

En Ferraz se teme la "ligera ventaja" del barón frente a la alternativa sanchista, aunque se subraya que una opción improvisada haya logrado casi un 40% de los apoyos y que el presidente de la comunidad no haya llegado ni al 50% de los avales como sí ha logrado la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

La perdedora de las primarias también ha convocado un proceso exprés para evitar que se pudiera presentar un candidato alternativo. Por su parte, Ferraz ha desistido de presentar contra ella una alternativa contrarreloj que probablemente perdería el congreso regional y reforzaría a Díaz como baronesa. En vez de mantener el halo de derrota del proceso federal, una victoria interna la reforzaría. En vez de esa confrontación directa, Pedro Sánchez iniciará la oposición interna presentando a sus candidatos en algunas provincias andaluzas.