Los barones críticos con Pedro Sánchez recelan de sus intenciones sobre Cataluña. Las federaciones afines a Susana Díaz vigilan las negociaciones con el PSC para proponer una salida política al desafío soberanista que se iniciarán este viernes en un encuentro de ambas ejecutivas. En ese encuentro, que tendrá lugar en Barcelona, los dirigentes de ambos partidos respasarán las 46 medidas reclamadas por el presidente Carles Puigdemont a la Moncloa, con el objetivo de incluir algunas en esa propuesta de acuerdo. Entre ellas, Sánchez contempla la reforma de la Constitución y acuerdos económicos con Cataluña.

"Entre esas 46 medidas puede haber alguna interesante", reconoció el lunes en rueda de prensa la presidenta del partido, Cristina Narbona, que rescató la idea de un "federalismo asimétrico" en España que federaciones como el PSOE andaluz siempre han rechazado con contundencia. "El federalismo por definición es asimétrico porque reconoce las singularidades de los territorios. Eso es compatible con la igualdad de los ciudadanos y la soberanía del estado español. Se aproxima a un estado federal en muchas cuestiones", explicó la dirigente socialista.

Esas declaraciones han causado preocupación entre las federaciones críticas con Sánchez, que auguran una contestación interna si el secretario general pone en cuestión "la igualdad de oportunidades" de todos los españoles en función de la comunidad en la que vivan. "Hay que esperar a ver cómo concretan esos anuncios, pero esperamos que a nadie se le ocurra aceptar demandas relacionadas con la Agencia Tributaria o un pacto fiscal porque es material sensible", advierte un dirigente autonómico crítico con Ferraz.

"No nos podemos dejar arastrar. El día 1 de octubre pasará", advierten

Los barones entienden que cualquier negociación económica supone detraer fondos de unos territorios para favorecer a otros, una iniciativa que no consentirán. Recuerdan que en la actualidad es prácticamente imposible plantear un sistema de financiación autonómica diferente y que el modelo no soportaría nuevas cargas económicas si se desequilibra en favor de algún territorio.

En este sentido, estarán alerta hasta conocer la batería concreta de medidas que Sánchez propondrá para frenar la consulta independentista del día 1 de octubre. "No nos podemos dejar arrastrar. El ruido pasará y el problema no será el 1 de octubre, sino el día 2", advierten, para reclamar prudencia al secretario general. "Hay que ser conscientes de qué se arriesga y a costa de quién", añaden.

Este llamamiento a la calma contrasta con las prisas de Ferraz por ofrecer una posible solución al conflicto catalán. Hace una semana, Pedro Sánchez se reunió con Mariano Rajoy como nuevo líder de la oposición. En el encuentro, el dirigente socialista ofreció su apoyo "sin fisuras" al Gobierno frente al desafío independentista, aunque le urgió a iniciar una negociación política con el presidente catalán, Carles Puigdemont, para frenar la consulta del 1 de octubre. En caso de no abrir el diálogo con Cataluña, Sánchez pondrá en marcha esa batería de medidas, con la reforma de la Constitución como eje central.

Después de que el jefe del Ejecutivo haya descartado una reunión con el presidente de la Generalitat, Sánchez celebrará este viernes una reunión conjunta de la Ejecutiva Federal y de la del Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) en Barcelona para concretar su propuesta para Cataluña. "Vamos contrarreloj. Existe mucha preocupación en la sociedad catalana, como se refleja en la división interna de los partidos indendentistas y la respuesta de las instituciones al desafío independentista", explican desde la dirección del partido para justificar la premura del acuerdo.

"Hay un porcentaje de catalanes muy importante que quieren un vínculo diferente con España, un nuevo encaje en el que se sientan reconocidos y que evite a los descontentos caer en el independentismo", aseguran desde Ferraz, que sitúa el acuerdo económico como una de las condiciones de esa nueva relación entre España y Cataluña. "Para que le apruebe los presupuestos, Rajoy le ha dado al PNV el doble de lo que había prometido a Cataluña para el corredor mediterráneo", recuerdan desde la dirección socialista.