Desde pronto por la mañana miles de manifestantes (alrededor de 2.000 poco antes de las 12 horas) se arremolinan alrededor del Parlament de Cataluña. Serán más, ya que riadas de gente enarbolando esteladas surgen del Barrio Gótico y del Born para unirse a la muchedumbre. Como Joan Gasull, que viene de Alella de la comarca barcelonesa del Maresme. "Hace unos años yo no era independentista, pero los acontecimientos me llevaron a ello", dice este hombre, que rondará la cincuentena larga y votaba hasta hace poco al PSC. "Hoy llevo esta bandera -la estelada que le cubre- con orgullo, y eso que me costó. No podía estar votando a un partido cuya matriz está fuera de Cataluña y que se aleja de la senda que tenía con Maragall".

Quien sí lleva toda la vida con el independentismo es Jordi Cortés, camiseta verde con el eslogan Sí y bandera con mástil bien grande. "Lo que esperamos es que el Govern cumpla con lo que votó el pueblo".

La gente quiere ya la DUI

Este viernes 27 de octubre en teoría está llamado a ser histórico, porque se materializará la intervención autonómica por parte del Gobierno central a través del artículo 155 de la Constitución, pero también porque se declarará la república independiente de Cataluña. En teoría: el 10 de octubre también lo iba a ser y la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) se pospuso, para decepción de los manifestantes. La gente está también cansada de titubeos y vacilaciones.

Aquí nadie dice DUI sino DI: declaración de independencia a secas. Las calles (carrers) de Barcelona están controladas por la "sociedad civil", muy bien organizada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Ómnium, cuyos líderes están encarcelados. Y se respira un ambiente mayoritario de izquierdas. "Aunque a mi me gusta más Puigdemont que Artur Mas", reconoce Gasull, que votaba al PSC. "No tiene nada que ver con el pasado -corrupto- de Convergència".

Moteros independentistas

Álex Ferré no milita en ningún partido, vive en Barcelona y solo espera la independencia. "He estado en todas las concentraciones y hoy estoy aquí. Siempre manifestándome pacíficamente, por supuesto". Ferré, como mucha gente, escucha la sesión del Parlament con los cascos y el celular smartphone.

Ramón es de Terrassa (Barcelona) y lleva una camiseta con el eslogan Moteros Independentistas. ¿Qué espera usted del Parlament? "Si soy un motero independentista, usted qué cree que espero?", ironiza, para luego matizar que lo dice de broma.