Política

Guerra en las 'cloacas' policiales: la ruptura traumática del tándem Villarejo-'El Gordo'

Ni el comisario García Castaño, ex responsable de los dispositivos de grabación en la Policía desde su puesto de jefe de la UCAO, se libró de la grabadora con la que el agente encubierto ahora preso registraba de manera oculta sus conversaciones

El comisario ya retirado José Manuel Villarejo, meses antes de su detención en una entrevista concedida a 'El Independiente'.
El comisario ya retirado José Manuel Villarejo, meses antes de su detención en una entrevista concedida a 'El Independiente'. | G. M. PIANTADOSI

Hay una pregunta a la que la instrucción que lleva a cabo la Audiencia Nacional no ha dado aún respuesta: el desencadenante de la ruptura entre José Manuel Villarejo y el comisario principal Enrique García Castaño, conocido en la Policía como El Gordo e imputado también en la causa que mantiene en prisión desde hace 11 meses al agente encubierto ya jubilado. Vinculados a las 'cloacas' policiales, ambos compartieron confidencias y desempeñaron operaciones sensibles para el Estado durante años... hasta que la investigación judicial ha revelado a las claras el divorcio traumático del tándem.

La instrucción que dirige el juez Diego de Egea ha puesto de manifiesto que ni siquiera García Castaño, antiguo responsable de los dispositivos de grabación en la Policía desde su puesto de jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), se libró de la grabadora con la que de forma habitual Villarejo registraba de manera oculta todos sus encuentros. Con políticos, periodistas, mandos policiales, representantes del mundo judicial...

"En la Policía, sobre todo desde la etapa de Eugenio Pino como Director Adjunto Operativo (DAO), sospechábamos que grababa todas las conversaciones, pero -claro- no teníamos la certeza como ahora. Pero si tiene grabado hasta a su abogado y a su mujer...", aseguran fuentes policiales a este diario.

La intervención de las cintas desencadenó el pasado 12 de julio la detención de El Gordo, al que los fiscales sitúan como número dos del "consorcio criminal" liderado por el controvertido comisario recluido en la cárcel de Estremera (Madrid) desde principios de noviembre. El papel de García Castaño, según los fiscales, habría sido el de proporcionar información reservada para los trabajos privados que Villarejo facturaba a través de sus empresas.

En su declaración ante el juez De Egea, el imputado alegó que fueron los DAO los que le ordenaron que facilitara los datos que le pidiera el agente encubierto, quien -según el testimonio de García Castaño- adelantó dinero para que la Policía pagara a confidentes por falta de "capacidad económica" del Cuerpo.

García Castaño no ha ocultado a su círculo de confianza la indignación con Villarejo por haber traicionado su confianza al grabarle sin su conocimiento

Según las fuentes consultadas por este periódico, García Castaño no ha ocultado a su círculo de confianza la indignación con Villarejo por haber traicionado su confianza al grabarle conversaciones sin su conocimiento. El Gordo, según las mismas fuentes, no tiene dudas de que ha sido su antiguo compañero en el Cuerpo quien ha puesto en circulación la cinta que compromete a la hoy ministra Dolores Delgado. La titular de Justicia y García Castaño fueron precisamente dos de los comensales de la comida celebrada el 23 de octubre de 2009 en el restaurante Rianxo de Madrid para celebrar la concesión de una medalla pensionada por parte de la dirección de la Policía a Villarejo -presente en el almuerzo- y a la que también asistió Baltasar Garzón, amigo de Delgado y entonces aún en la carrera judicial.

Villarejo acumula casi un año en prisión, periodo en el que ha intentado sin éxito conseguir la libertad provisional. Con el apoyo del Ministerio Público, el juez ha rechazado esa pretensión una vez tras otra, al seguir apreciando riesgo de que pueda fugarse aprovechando la estructura societaria que todavía mantiene en el extranjero. En este contexto, algunas fuentes relacionan la filtración de la cinta de esa comida a la que asistieron Garzón y Delgado como el envío de un 'recado' a la ministra de Justicia para que influya en la fiscal general del Estado a fin de que los fiscales asignados al caso suavicen su acusación.

"Atacar al Estado"

"Su estrategia procesal es atacar al Estado y sus instituciones. Primero cargó contra la Jefatura del Estado con grabaciones relacionadas con el rey emérito. Ahora ataca al Ejecutivo en la persona de la ministra de Justicia", ha defendido Delgado tras desvelarse este lunes la cinta del citado almuerzo. De momento, tras hablar telefónicamente con ella desde Norteamérica, el presidente del Gobierno mantiene la confianza en su ministra.

No es despreciable el hecho de que el bufete de abogados que defiende a García Castaño y a Carlos Salamanca -antiguo comisario de Barajas detenido también en la Operación Tándem y cuya causa ha sobreseído el juez en contra del criterio de la Fiscalía- sea el de Baltasar Garzón, apartado de la carrera judicial en 2012 tras ser condenado a 11 años de inhabilitación por el Tribunal Supremo. La Audiencia Nacional investiga ahora si el ex juez jiennense ejerció como intermediario en un trabajo encargado a Villarejo.

A la espera de que puedan trascender nuevos detalles hoy desconocidos, los caminos de José Manuel Villarejo y Enrique García Castaño se han separado de forma aparentemente irreversible mientras avanza la instrucción de la causa en la que se les investiga por la posible comisión de delitos de cohecho, revelación de secretos, blanqueo de capitales y organización criminal. El Gordo ha podido evitar por ahora la prisión preventiva; Villarejo tiene un negro horizonte judicial por delante.

En su entorno, El Gordo ha contado que la relación entre ambos es "fría" desde que se filtró la grabación del encuentro secreto que mantuvieron con Ignacio González la mañana del 29 de noviembre de 2011 en la cafetería madrileña La Mallorquina en el marco de las pesquisas sobre el ático que el político del PP tiene en Estepona (Málaga). Esa cinta se difundió en marzo de 2015, semanas antes de las elecciones a la Asamblea de Madrid (24 de mayo) en las que ya concurrió como cabeza de lista por el PP Cristina Cifuentes, retirada de la política a raíz del escándalo de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).

Los rescoldos del 'Informe Veritas'

Ya hubo otro encontronazo serio entre ambos funcionarios policiales a raíz de que Villarejo aportara datos al conocido como 'Informe Veritas', en el que se desprestigiaba a Baltasar Garzón al vincularlo con prostitutas y narcotraficantes. Fue a mediados de los años 90, cuando en el tardofelipismo el magistrado investigaba a los GAL y el desvío de los fondos reservados y el agente encubierto se había reincorporado al Cuerpo Nacional de Policía tras una excedencia.

"Lo que hice fue verificar informaciones que se tenían, facilitadas por colaboradores de la Policía, para ver si era cierto o no que este señor hacía determinadas cosas. Parte de esos datos los aporté yo, pero, una vez que verifiqué que no era cierto, no solamente dejé de hacerlo sino que se lo comuniqué a él", declaró Villarejo al programa Salvados, dirigido por Jordi Évole.

En dicha entrevista, Garzón no afirma con rotundidad si tras aquella maniobra estaban los números uno y dos del entonces súperministerio de Justicia e Interior -Juan Alberto Belloch y Margarita Robles, respectivamente- pero relaciona la emisión de aquel informe con la instrucción de casos en aquellos momentos que afectaban a la "seguridad del Estado".

"Puro estilo mafioso"

"Se hicieron muchas cosas contra mí, contra mi familia, me intervinieron las comunicaciones, entraron en mi casa, intentaron sustraerme el sumario, me mandaron las cintas grabadas con mis conversaciones por teléfono, envenenaron a mi perra y perdió un ojo... En fin, toda una serie de cosas al más puro estilo mafioso. Lo que sí sé es que el informe se emite porque hasta llegaron a instruir un atestado falso con testigos falsos, dos mujeres a las que llevaron a declarar a la Audiencia Nacional ante el juez Central número 1 que en aquella época era el señor Gómez de Liaño...", mantuvo el ex juez.

No hay visos de que José Manuel Villarejo, el ex agente encubierto con número de placa 14.773 y jubilado desde el verano de 2016, pueda abandonar a corto plazo el módulo que ocupa en la prisión madrileña de Estremera. Mientras tanto, El Gordo prepara un escrito para combatir el papel que los fiscales le atribuyen en la trama en virtud del contenido de las cintas que constan en el sumario que le hizo su antiguo amigo. Desde luego, el rastro del antiguo tándem -nombre con que fue bautizada la operación judicial- sólo permanece en las grabaciones.

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