Ernest Maragall dejará el próximo martes el Gobierno de la Generalitat para asumir la candidatura de Esquerra a la alcaldía de Barcelona. Así lo ha confirmado hoy el propio conseller de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia en declaraciones a TV3. Maragall asiste hoy por tanto a su última reunión del Consell Executiu, antes de viajar a Estados Unidos, donde reabrirá la "embajada" catalana con Victoria Alsina -la primera delegada escogida por concurso público- al frente.

Maragall cerrará así su breve retorno al Govern -ya fue consejero de Educación en el gobierno presidido por su hermano, Pasqual Maragall- en el que ha tenido un papel clave como responsable de recuperar la red de "embajadas" cerradas por el anterior Gobierno en aplicación del artículo 155 y liderar, desde la presidencia de la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, la relación del ejecutivo de Quim Torra con el de Pedro Sánchez. Un doble papel en el que Maragall ha priorizado claramente la confrontación con el Gobierno socialista para recuperar la proyección exterior de la Generalitat frente a la recuperación de la relación bilateral.

En sus seis meses al frente del Departamento Maragall ha reabierto las delegaciones de la Generalitat en Bruselas, Berlín, Londres y Roma, a las que esta semana se suma Washington. Y deja encaminada la recuperación de París y Suiza, pese a la oposición del ministro de Exteriores, Josep Borrell, que no ha ocultado su incomodidad con las delegaciones y ha intentado, infructuosamente, frenar su reapertura. Maragall ha recuperado además, con el apoyo entusiasta del president Quim Torra, el Diplocat, otra de las víctimas del 155 aplicado con especial rigor en este ámbito por Soraya Sáenz de Santamaría.

Fría relación con Batet

La relación no ha sido más plácida con la ministra de Organización Territorial, Meritxell Batet, que preside por parte del Gobierno la Comisión Bilateral. Pese a los esfuerzos de Batet por mostrar avances en la relación entre ambas administraciones desde el primer encuentro entre Sánchez y Torra y la recuperación de las comisiones bilaterales, Maragall no ha dejado de rebajar las esperanzas del Gobierno advirtiendo tras cada encuentro que no se han producido avances significativos porque no se ha puesto sobre la mesa el derecho de autodeterminación.

Una postura mucho más intransigente, aparentemente, que la de los dos pesos pesados del Govern, Pere Aragonés (ERC) y Elsa Artadi (JxCat) en sus respectivas negociaciones con el Gobierno como consejeros de Economía y Presidencia, respectivamente,

Su sustituto todavía no se ha hecho oficial, pero todo apunta a que será el actual líder de Esquerra en el Ayuntamiento, Alfred Bosch. En un auténtico "cambio de cromos" entre Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona -motivado por las encuestas que convencieron a la cúpula de ERC de que Maragall tenía más opciones de imponerse en las elecciones locales que Bosch por el recuerdo de su hermano- Bosch podría convertirse la próxima semana en conseller de Exteriores de la Generalitat.

Sería el tercer cambio de ámbito político de este disciplinado cuadro de Esquerra que siempre ha acatado los designios de Oriol Junqueras. En 2011 se convirtió en sustituto de Joan Ridao -ex secretario general del partido sustituido por Junqueras cuando se hizo con las riendas de ERC- como cabeza de lista de ERC al Congreso, donde se convirtió en portavoz del Grupo Republicano. Fue solo una legislatura, porque en 2014 afrontó nuevo reto: la candidatura de Esquerra al Ayuntamiento de Barcelona, en sustitución de un incombustible del partido, Jordi Portabella.

Si ahora se cumple su tercer salto y se convierte en nuevo miembro del Govern, Junqueras contará en el ejecutivo con una persona de su máxima confianza, aunque no pueda hacer gala del carácter correoso de su sucesor en la candidatura a Barcelona, Ernest Maragall, que se ha convertido durante medio año en el auténtico "hueso" del Govern para el Gobierno socialista, paradójicamente su ex partido.