Ha sido una sentencia exprés, dictada en la ultima jornada del que es considerado el último juicio de la Justicia frnacesa contra militantes de ETA. El Tribunal Correccional de París ha condenado a David Pla a 5 años de prisión y a Iratxe Sorzabal a 7 años por su pertenencia a la banda terrorista. Una condena inferior a la solicitada por la Fiscalía, de 9 años para Sorzábal y de 6 para Pla, y que podría suponer la práctica puesta en libertad del que fue uno de los portavoces encapuchados que anunció el final de las acciones terroristas de ETA el 20 de octubre de 2011. Pla, junto a Sorzabal, fue detenido en Baigorri (Francia) en septiembre de 2015, con lo que su puesta en libertad podría producirse en apenas dos meses.

Al contrario que a Sorzabal, la otra integrante de ETA que como Pla participó en la escenificación del final de actividad criminal de ETA hace ocho años, Pla sí podrá residir en Francia una vez sea puesto en libertad. La condena dictada hoy sólo impide a su compañera a residir en suelo galo, de modo que una vez cumplida su condena Sorzábal sería entregada a la justicia española para cumplir con las causas pendientes por las que le reclama la Audiencia Nacional.

Tras conocerse la condena, la abogada de ambos, Xantiana Cachenaut, ha asegurado que la reducción de la pena responde en gran medida a que el tribunal ha tenido en cuenta el papel jugado por Pla y Sorzábal para favorecer el final de la acción terrorista de la banda. Ayer, durante la celebración del a vista. los dos ex miembros de ETA subrayaron su papel dentro de la organización como mediadores para hacer efectiva la decisión adoptada por ETA en 2010 de abandonar las acciones armadas. Cachenaut ha señalado que se ha tenido en cuenta el "contexto político2 y la función llevada a cabo por ambos.

"Terroristas, no militantes de paz"

Al final de la vista de esta mañana la Fiscalía ha recordado que en el banquillo de los acusados no se sentaban "militantes de la paz sino terroristas". En el último turno de palabra, Pla ha señalado que es tiempo de tener en cuneta a "todas las personas que han sufrido en este proceso" y ha apelado a no utilizar el dolor generado como un "arma para seguir alimentando situaciones de conflicto". La otra acusada, Sorzabal ha afirmado que el pasado no se puede modificar "pero sí podemos decidir cómo construir el futuro".

Este es el último que se celebra contra miembros de ETA detenidos en Francia. Actualmente existen cerca de medio centenar de presos de ETA en cárcels francesas, reclusos a los que en la práctica totalidad de los casos, a excepción de los que han sido condenados por ser jefes de ETA, han sido acercados a prisiones próximas a la frontera con el País Vasco

Pla y Sorzabal fueron arrestados hace ocho años en una casa rural del País Vasco francés en una operación en la que fueron arrestados cinco miembros de la banda. En un primer momento fueron considerados jefes de ETA, si bien finalmente la Fiscalía no ha logrado presentar pruebas suficientes que lo acreditaran. Pla aseguró ayer su función en ETA fue en todo momento consolidar la decisión de abandonar las armas adoptada por la organización.

Señaló que  desde el año 2010 ETA no llevó a cabo ninguna acción armada ni buscó "información para objetivos de acciones armadas ni ha fabricado explosivos ni ha cobrado el impuestos revolucionarios”. Detalló los pasos dados para intentar cerrar un acuerdo con los gobiernos de España y Francia y que finalmente no fue posible, ni siquiera en el intento de negociación llevado a cabo en Oslo (Noruega) en 2012.

El final de ETA

Pla detalló cómo tras comprobar que ni España ni Francia iban a acceder a una negociación o un acuerdo para el final, fue la propia ETA la que puso en marcha un proceso hacia su final de la mano de la comunidad internacional y la “sociedad civil vasca”, en referencia a los llamados artesanos de la paz.

Cuando Pla y Sorzabal, junto a otros miembros de ETA, fueron detenidos habían transcurrido cinco años desde que la banda había anunciado su intención de abandonar las acciones armadas. Cuestionado al respecto, Pla apuntó que mantenían el compromiso de no emplearlas salvo en situaciones excepcionales en las que hubiera que repeler una agresión o su corriera peligro su vida.

En marzo de 2010 se produjo el último asesinato de ETA, el del gendarme francés Jean-Serge Nerin y un año más tarde otro agente resultó herido en un tiroteo con la gendarmería. plan ha apuntado que el compromiso de ETA de no llevar adelante acciones armadas no llegó hasta octubre de 2011. Recordó que ETA ya pidió disculpas y perdón por estos graves tiroteos uy que se tratan de hecho que "desearíamos que no se hubieran producido”.