El mapa de la España vaciada (expresión acuñada por el escritor Sergio del Molino en el título de su último libro), esto es, las comunidades autónomas que padecen el acuciante fenómeno de la despoblación, ha cambiado de color completamente. La división de la derecha en tres ha catapultado al PSOE y desbancado al PP del primer puesto, muy destacado sobre el resto.

En todas las provincias de Castilla y León (nueve), Castilla-La Mancha (cinco), Aragón (tres) y Extremadura (dos), el PP quedó como primera fuerza en las últimas elecciones generales de junio de 2016. Diecinueve circunscripciones azules: no son ni mucho menos las más pobladas, pero visualmente arrojaba la idea de cuán arraigada en valores conservadores estaba la España interior. La derrota más simbólica ha ocurrido en Castilla y León, la región más grande y donde el dedazo de Pablo Casado ha provocado una grave crisis interna en el hasta ahora partido hegemónico que tardará en supurar.

Debacle en las castillas

Oriundo de Palencia, Casado se deja ocho escaños en la región castellano-leonesa (de 18 a 10), pasa de seis a tres en Aragón, de cinco a dos en Extremadura y de 12 a seis en Castilla-La Mancha. Un hundimiento insólito. Con razón los candidatos han visitado con asiduidad provincias como Valladolid, antes menos inquietantes para el PP: el baile de diputados se ha confirmado, como vaticinaban las encuestas.

El reverso del ascenso del PSOE ha sido la desaparición de Unidas Podemos en tres de estas comunidades: en Aragón conserva uno (tenía dos), mientras que la formación de Pablo Iglesias ve desaparecer sus tres escaños en Castilla y León, dos en Castilla-La Mancha y el único que consiguió en Extremadura en 2016. Unidas Podemos ha rozado o sobrepasado el 10% en todas ellas; en Aragón los morados han llegado al 13,5% con más del 90% escrutado.

Cs, el otro triunfador

Vox en cambio habría conseguido escaños en las cuatro regiones. No demasiados: uno en Castilla y León (donde Podemos le pisa los talones), uno en Aragón (donde han sido quinta fuerza; cuarta en las otras tres), uno en Extremadura y dos en Castilla-La Mancha.

El otro gran triunfador en la España despoblada además de los socialistas ha sido Ciudadanos. La formación de Albert Rivera pasa de uno a ocho escaños en Castilla y León, donde logran un histórico 18,85%; de uno a tres en Aragón, de cero a dos en Extremadura y de cero a cuatro en Castilla-La Mancha. Subidas increíbles para los naranjas.