El CIS de Tezanos funcionó mucho mejor que en las elecciones andaluzas, donde fracasó estrepitosamente. Su gran acierto fue predecir la magnitud de la debacle del PP, y en general se mantuvo en la línea de unas encuestas que en estas elecciones generales no han defraudado tanto. De hecho, la media de encuestas se queda bastante cerca del resultado real que arrojaron las urnas, relativamente dentro del margen de error. Pero la encuesta de Tezanos no fue la mejor ni la más acertada de las que se publicaron durante la campaña. De hecho, en intención de voto fue la octava encuesta que más se acercó al resultado final. En escaños, la novena.

La encuesta realizada por el Instituto DYM para El Independiente, publicada el pasado 21 de abril, a siete días de las elecciones, fue el sondeo que mejor supo predecir la intención de voto de los españoles. Se desvió sólo 5,1 puntos del resultado final total, en porcentaje, de los cinco grandes partidos. El sondeo, como la gran mayoría, no reflejó del todo la desmovilización que acabó por hundir al PP, pero prácticamente clavó los resultados de PSOE (29, +0,3% respecto al resultado real), Ciudadanos (15,5, -0,4), Unidas Podemos (13,7, -0,6) y Vox (10,4, +0,1%).

También se quedaron por debajo del 6% de desviación total los sondeos de IMOP para El Confidencial (5,5%, también impreciso con el PP y en parte con el PSOE) y los de Metroscopia para 20 minutos (5,8%, sobrevalorando al PP y Vox e infravalorando especialmente a Ciudadanos).

La macroencuesta del CIS de Tezanos se desvió un 7,3% del resultado final. Y aunque afinó con el PP, al que colocó en el 17,2%, muy cerca de su resultado final, infravaloró bastante a Ciudadanos (2,3 puntos de desviación), a Podemos (1,4% por debajo de su resultado) y se creció con Vox, en la línea del resto de encuestadoras: colocó a los de Abascal en un 11,9% del que el partido ultraconservador se quedó lejos. Las tres encuestas que más se desviaron en las últimas semanas de campaña fueron las de Celeste Tel para El Diario, NC Report para La Razón, GAD3 para ABC y Top Position para MadridPress. Todas ellas sobrevaloraban mucho al Partido Popular y ninguna supo medir bien el peso de Vox en las urnas.

En cuanto a escaños, la clasificación cambia algo por uno de los factores que más han dificultado el análisis demoscópico durante la campaña: valorar correctamente cómo iba a afectar la división de la derecha al reparto de escaños por provincia. En este sentido, cualquier variación en los resultados del PP podía variar enormemente el mapa de asientos del Congreso de los Diputados, sin que eso tuviera que traducirse necesariamente en subidas de Ciudadanos o de Vox.

Quien más supo afinar fue el sondeo de 40dB para El País realizado entre el 14 y el 19 de marzo, todavía muy lejos de la cita electoral. Esa encuesta daba 122 escaños al PSOE, 76 al PP, 55 a Ciudadanos, 40 a Podemos y 31 a Vox. Un resultado bastante cercano al final y del que sólo se desvía en 21 asientos, una vez tenidos en cuenta los escaños conseguidos por la coalición Navarra Suma y por Compromís, que en 2016 formaba parte de las confluencias de Podemos.

Un resultado muy parecido al que daba una semana más tarde Metroscopia para 20 minutos y el grupo Henneo, con una desviación de sólo un resultado más. De los sondeos recientes, publicados ya durante la campaña electoral, el más acertado fue el realizado por IMOP para El Confidencial entre los días 7 y 13 de abril. Aunque elevaba al PSOE hasta 135, se acercaba bastante al resto de formaciones y daba 70 escaños al PP, 53 a Ciudadanos, 37 a Podemos y 25 a Vox.

El sondeo de DYM para El Independiente se desvió algo más debido al batacazo del PP, aunque el resultado final está prácticamente empatado, por ejemplo, con el de la macroencuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas.