Pablo Casado ha salido de su cita en Moncloa de este miércoles "más preocupado de cómo entró", según señalan fuentes del entorno del líder del PP, tras una hora de reunión con Pedro Sánchez. Todavía se preguntan en el primer partido de la oposición cuál era la intención real del presidente del Gobierno en funciones al organizar esta ronda de consultas más allá de "ganar tiempo" y escenificar un unidad post- sentencia que no acaba de tener contenido y que sólo se explica "si está muy confiado o lo tiene muy agarrado".

Porque las mismas fuentes aseguran echar de menos concreciones por parte de Sánchez para impedir la ola de violencia que ha tomado las calles de las principales ciudades de Cataluña, más allá de insistir que tienen contemplados "todos los escenarios", tal y como el propio jefe del Ejecutivo transmitió el pasado sábado en el Palacio Real en conversación informal con los periodistas. Cree el líder popular, según los mismos medios que es exigible "tomar decisiones cuando antes".

Casado insistió en la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional para que el Estado coordine provisionalmente a todos los cuerpos policiales, incluidos los Mossos, aunque esta vez, a diferencia del 1-O, su actuación está siendo proactiva en la defensa de la seguridad ciudadana. Sin embargo, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, no ha hecho una condena explícita de la violencia, es más, en lugar de permanecer en su despacho de la Generalitat tras presidir ayer una reunión con su vicepresidente, Pere Aragonés; su portavoz, Meritxell Bundó, y el consejero del Interior, Miquel Buch, agarró la pancarta para sumarse a una de las columnas que avanza hacia Barcelona.

Doble requerimiento a Torra

Por ello, el líder popular cree que se dan las condiciones para hacer un doble requerimiento a Torra, al objeto de recordarle, entre otras cosas, la advertencia que el Tribunal Constitucional le hizo llegar respecto a sus responsabilidades penales en caso de desoír sus resoluciones. La segunda, por acuerdo del Consejo de Ministros, seguiría el modelo de la que en 2017 le cursó el ejecutivo de Mariano Rajoy previa a la aplicación del 155.

Sin embargo, el presidente del PP ya no hace bandera del artículo constitucional que permite intervenir una Comunidad autonóma. Y no lo hace porque una reciente sentencia del TC ya ha dejado claro que su aplicación no puede ser preventiva y, además, hay que marcar un plazo temporal de vigencia de dicha intervención. En Génova admiten que la comparación "con la suspensión de autonomía de Ulster" no es la adecuada, aunque admiten que, en caso de gobernar "la aplicaremos si hace falta".

En definitiva, desde el PP, cuyo líder está dispuesto a ir de la mano de Sánchez en todas las medidas "excepcionales" que tome para restaurar la normalidad democrática en Cataluña, dicen "echar de menos un poco de hoja de ruta de Sánchez", al que aseguran no ver "ni lineal ni coherente".

En sus declaraciones públicas, tras su cita de una hora con Sánchez, Casado abogó por «hacer cosas de inmediato, pero sobre todo lo que hay que hacer es que la situación no desborde al propio Gobierno de España». «Le he dicho -agregó- que cuenta con todos los mecanismos necesarios para hacer frente una escalada de violencia inadmisible», como la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional para que Quim Torra «no esté en la cadena de mando» del Estado al objeto de evitar la violencia en las calles. «Pero para ser creíble, Sánchez debe romper con los independentistas".

Sánchez viaja a Bruselas por lo que pueden descartarse "medidas excepcionales" en breve

Sánchez acude mañana y pasado a la reunión del Consejo Europeo -que debatirá sobre el Brexit- por lo que no es previsible la adopción de ninguna medida extraordinaria, al menos, con el presidente fuera del país, sin posibilidad de presidir el Consejo de Ministros de este viernes. Además, Casado asistirá también a la tradicional cumbre previa que celebran las formaciones políticas representadas en el Grupo del Partido Popular Europeo.