La Policía Nacional desplegará el próximo fin de semana en Cataluña con motivo de la celebración de las elecciones generales un contingente de antidisturbios similar al que mantuvo la semana en la que se conoció la sentencia del procés, cuando los radicales independentistas provocaron numerosos actos violentos que causaron heridas a 134 agentes.

El Ministerio del Interior inicia desde este miércoles de forma escalonada el segundo refuerzo de la Operación Ícaro al objeto de garantizar el restablecimiento del orden público y el desarrollo con normalidad de las jornadas de reflexión y electoral del domingo en caso de que los violentos secesionistas intentaran promover nuevos disturbios. Los efectivos movilizados deberán pernoctar ya este viernes en Cataluña o en territorios limítrofes.

Del 14 al 18 de octubre pasados, la semana en la que se conoció la sentencia con la que el Tribunal Supremo condenó a los líderes del procés, la Policía Nacional desplegó un total de 31 grupos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) o 'antidisturbios' procedentes de Madrid, Valencia, Sevilla, Granada-Málaga, Bilbao-Pamplona, Valladolid, La Coruña-Vigo y Zaragoza, que se sumaban a dos con base en Barcelona (Jaguar 10 y Jaguar 20).

La Policía moviliza 30 grupos de la UIP ante el riesgo de nuevos disturbios o el intento de ocupar los colegios electorales el 10-N

La Dirección de la Policía movilizó también a cinco grupos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), creadas en su día para aliviar la carga de trabajo de las UIP y preparadas para hacer frente a situaciones de desórdenes públicos de media y baja intensidad. Ese refuerzo representaba unos 150 funcionarios más, que se unían a los 1.050 antidisturbios.

Al bajar la intensidad de las algaradas callejeras, todos los grupos regresaron a sus bases la pasada semana para 'airearse' después de encadenar jornadas de trabajo maratonianas en un clima de máximo estrés ante la virulencia empleada por los radicales, sin que el relevo cubriera el 100 % de los grupos que llegaron a movilizarse en un principio.

Fuentes policiales consultadas por este diario cifran en una treintena el número de grupos de UIP que estarán disponibles en Barcelona y otros puntos de Cataluña este fin de semana, con una media cada uno de unos 35 agentes. La dotación teórica de cada uno de estos grupos es de 50 funcionarios, pero ninguno de los movilizados hace dos semanas superaba los 41 efectivos.

La Guardia Civil también envía más efectivos

A ello se suman dos grupos operativos de UPR procedentes de Madrid y Córdoba -integrado cada uno por 30 policías- y una decena de subgrupos operativos -de 12 componentes cada uno- con bases en Valencia, Albacete, Valladolid, Gijón (Asturias), León, Castellón, Toledo, Salamanca, Logroño y Santiago de Compostela (La Coruña), según se detalla en un oficio interno enviado el pasado 31 de octubre a los jefes superiores de Policía de Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Asturias, La Rioja, Galicia y Andalucía Occidental.

En paralelo, fuentes de la Guardia Civil han cifrado el refuerzo en unos 200 agentes, pertenecientes mayoritariamente a los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) y a las Unidades de Seguridad Ciudadana (USECIC). Éstos se suman a los ya enviados a mediados de octubre -en torno a un millar- y a los que no se les ha ofrecido relevo desde entonces, según las mismas fuentes.

El refuerzo policial se justifica ante la posibilidad de que los radicales pretendan paralizar los colegios electorales mediante su ocupación en un intento de deslegitimar los resultados de los comicios en Cataluña. El Gobierno en funciones ha garantizado que la Policía actuará para prevenir la comisión de "delitos electorales" si se convocaran actos que contravengan lo dispuesto en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) durante la jornada de reflexión o el mismo 10-N.

Policías piden que "se les deje trabajar"

Las fuentes confían en que, en caso de disturbios, "se les deje trabajar" y se les permita emplear medios no autorizados hace dos semanas pese a la gravedad de los actos violentos a la hora de repeler las concentraciones, como el camión que lanza chorros de agua. Éste se envió a Barcelona, permaneciendo desde días antes del 14 de octubre en las dependencias policiales de la Zona Franca.

"La proporcionalidad debe adecuarse al calado del ataque que se recibe y no puede haber tanta pasividad en la respuesta por criterios políticos, no policiales. Eso insufla de valentía a los instigadores, porque transmite cierta sensación de flaqueza por parte de la fuerza policial y hace que los violentos se crezcan", señala un agente de los antidisturbios.

En el marco de la denominada Operación Minerva, que ha conllevado la activación de la alerta a su nivel máximo, la dirección operativa de los Mossos d'Esquadra viene ordenando en las últimas semanas a las distintas comisarías generales la modificación de sus planificaciones para disponer del máximo número de agentes ante el desafío del independentismo radical. La jornada electoral del domingo no escapará a ese refuerzo.