Si alguien esperaba algún gesto de Pedro Sánchez que indique que piensa cambiar de socios, la sesión de constitución del Congreso de los Diputados este martes ha dejado claro que no es su intención. PSOE y Unidas Podemos han actuado en una clara unidad de acción, se han aplaudido y han colaborado con los independentistas de JxCat y ERC para hacerse con la mayoría de la Mesa del Congreso, órgano de gobierno de la Cámara, frente a PP, Vox y Ciudadanos, divididos y debilitados frente al sólido bloque de izquieras, que podrá aplicar el rodillo en las consideraciones de la Mesa.

Como resultado, PSOE se hace con tres puestos y suma mayoría con otros tres de Podemos, frente a los 2 que logra el PP y el único de Vox. El partido de Inés Arrimadas se queda fuera entre acusaciones mutuas de dirigentes populares y de Vox sobre quién es el culpable de esa minoría. Si los dos grandes partidos de la derecha se hubieran puesto de acuerdo, Ciudadanos habría tenido un puesto en la Mesa y habrían quedado 5 de izquierdas frente a 4 de derechas.

Lo cierto es que el PSOE ha favorecido la entrada de Vox al votarse a sí mismo para asegurarse la vicepresidencia del Congreso dados los problemas de salud de la presidenta, Meritxell Batet. El PSOE ha querido garantizarse que, en caso de recaídas, no fuera Ana Pastor (PP) quien ocupe la Presidencia de la Cámara. Que entrara Vox en la Mesa ha sido secundario para los socialistas frente a este hecho.

La bronca entre PP y Vox ha divertido a Pablo Iglesias, que lo ha expresado gráficamente en un mensaje en la red social Twitter donde invita a comer palomitas mientras ve cómo discuten el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el líder de Vox, Santiago Abascal.

El bloque de la izquierda ha funcionado como una máquina perfectamente engrasada. La elección de Batet como presidenta se ha producido con 166 votos a favor, los de PSOE, Unidas Podemos, Más País, PNV, Partido Regionalista de Cantabria y Coalición Canaria-Nueva Canarias. Frente a ella, Ana Pastor (PP) ha logrado el apoyo de 140 diputados. En esa votación no participaron los independentistas catalanes ni los vascos, que emitieron votos nulos con consignas separatistas.

En la vicepresidencia tercera, los independentistas se han dejado de consignas y JxCat y ERC han respaldado a la candidata de Podemos, Gloria Elizo, para darle ese puesto extra al bloque izquierdista, demostrando su unidad de acción.

Tras esta primera colaboración, los negociadores socialistas se reunirán a las 16h con representantes de JxCat para persuadirles de que se abstengan en la investidura de Pedro Sánchez. Acto seguido se sentarán con dirigentes de Esquerra Republicana de Cataluña, cuya abstención resulta decisiva para que el candidato socialista siga en la Moncloa.

Los republicanos separatistas dejaron clara su postura el lunes en el Congreso. El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, explicaron ayer que exigen una negociación sin las prisas impuestas por el PSOE para formar Gobierno antes de Navidad y en la que se hable del derecho de autodeterminación en Cataluña. «Nuestra propuesta es el ejercicio del derecho a la autodeterminación, que tenga un calendario y garantías, que son las condiciones que hemos expuesto reiteradamente», aseguraron.