Julio Mayol, jefe médico del Hospital Clínico San Carlos, uno de los más importantes de Madrid, está en primera línea de batalla desde hace semanas y ahora está involucrado en un proyecto de la OMS para encontrar algún fármaco que sea efectivo contra el coronavirus. Tiene muchas dudas y muchas certezas sobre la pandemia: duda de que se pueda encontrar una vacuna y tiene la convicción de que el Gobierno español actuó muy tarde.

"Las decisiones que se tomaron no han sido buenas retrospectivamente. Pero la OMS lo avisaba mucho antes de que esto pasara. Cuando todo el mundo habla de capitán a posteriori han de recordar las portadas de los periódicos con lo que decía la OMS en el mes de febrero", dice en conversación telefónica con El Independiente el doctor Mayol, que además es profesor de Cirugía de la Universidad Complutense de Madrid.

Pregunta: ¿En qué consiste el proyecto de la OMS en el que está participando el hospital Clínico?

Respuesta: Estamos ante una pandemia con un virus que no tiene tratamiento actualmente. Y para poder frenar las consecuencias en los pacientes, necesitamos a corto plazo un tratamiento efectivo. Como costaría mucho un medicamento específico nuevo, se están probando diferentes fármacos que ya están en uso clínico y que tienen efecto antiviral. Lo ensayos hasta ahora han sido de bastante mala calidad, así que ahora buscamos un estudio rápido pero de calidad suficiente que permita tener a muchos pacientes de muchos sitios en en poco espacio de tiempo con muchas opciones de tratamiento. Y comparar si algunos de los fármacos tiene efectos positivos. En unas pocas semanas, tendremos primeros resultados.

La vacuna del coronavirus es una esperanza, pero es pura esperanza, no tenemos todavía resultados robustos para afirmar que seguro que la tendremos.

P. ¿Hasta qué punto es fiable este estudio?

R. La desventaja es que no es un estudio de una gran rigurosidad, pero la potencia es tremenda: va a poder ofrecer respuestas rápidas en poco tiempo para saber qué funciona y también qué no funciona. Esto segundo es muy importante para que no sigamos consumiendo medicamentos que no tengan utilidad. Para poder participar hay que ser mayor de 18 años, se les informa y dan su consentimiento para participar. La respuesta están siendo muy positiva: los ciudadanos son extremadamente colaboradores en una situación tan dramática. Su participación puede suponer un cambio para muchos.

P. ¿Qué nos puede decir de la vacuna?

R. La vacuna no es una solución a corto plazo, sino para la segunda oleada o para las repeticiones cíclicas que haya. Es algo para el futuro. La vacuna previene de un contagio, pero una vez que alguien lo tiene, ¿cómo se le trata? Ésa es la idea de este proyecto de la OMS.

P. ¿No es muy atrevido dar pronósticos de cuándo estará la vacuna?

R. Puede que nunca la encontremos, como ha pasado con el SIDA. O puede ocurrir lo que pasa con la gripe, que cada año cambia. La vacuna del coronavirus es una esperanza, pero es pura esperanza, no tenemos todavía resultados robustos para afirmar que seguro que la tendremos. Tener éxito a la hora de buscar una vacuna depende mucho de las características de virus y de cómo funciona. Del SIDA no tenemos vacuna y se han dedicado esfuerzos tremendos durante años. Sin embargo, el tratamiento del SIDA sí ha sido muy efectivo y en algunos casos ha conseguido eliminar la presencia del virus en la sangre del afectado. Hace que la expectativa de vida del paciente cambie completamente.

P. ¿Qué es lo que más les ha sorprendido a los expertos de este nuevo coronavirus?

R. Yo no soy virólogo, soy clínico, pero lo más importante del COVID-19 es su gran capacidad para infectar. Es muy infectivo y se transmite muy fácilmente. Además, es extremadamente inteligente porque pasa muy desapercibido en personas jóvenes que se mueven mucho y afecta más gravemente a las personas más frágiles. Muchos jóvenes lo viven sin síntomas y eso hace que el virus pueda moverse mucho e infectar a mucha gente.

"Esta crisis en España es como el cuento aquel de Que viene el lobo. Has avisado tanto que la gente al final desconfía"

P. ¿Cómo está siendo la respuesta de los anticuerpos? ¿Tenemos la certeza de que una persona que se ha recuperado sea ya inmune?

R. No estamos totalmente seguros. Hubo un estudio de la Academia de Ciencias de China que probó en macacos la inmunidad que genera el virus. Y los macacos desarrollaron inmunoglobina y se volvieron resistentes, pero no sabemos cuánto porque han pasado sólo tres meses y no sabemos lo que puede durar la inmunoglobina. En humanos parece que el 80% de la gente que ha sufrido el virus desarrolla inmunidad, pero no sabemos cómo será a corto y largo plazo. Porque ademas puede mutar, aunque todavía no lo ha hecho significativamente.

P. España siempre presume de tener uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo. ¿Cómo se explica entonces que estemos en el podio mundial de contagios y muertos?

R. Lo primero que hay que tener claro en este punto es que no es una crisis sanitaria. Es una crisis social y de salud pública. Lo de crisis sanitaria lo dicen ministros y hasta el presidente del Gobierno y no, la responsabilidad no es del sistema sanitario. El sistema sanitario está sufriendo las consecuencias. Esto es un problema de las decisiones que se han tomado en materia de salud pública. Tengamos eso claro, porque al final el lenguaje lo pervierte.

P. ¿Y cómo se explican semejantes datos?

R. La clave ha estado en no haber parado la diseminación en etapas tempranas. Imaginemos, aunque no sea real, que el 2% de los infectados mueren: eso al ciudadano le parece poco, porque son 2 personas de cada cien. Pero si hablas de un millón, son 20.000. Eso nos cuesta más entenderlo. El problema no es el fracaso del sistema sanitario, sino el fracaso de las medidas de salud pública que se tomaron para frenar la diseminación del virus. Es una crisis de toma de decisiones de salud pública, que corresponden a quien corresponden por ley. La Constitución en su artículo 43 no habla de la sanidad, sino de la salud pública y deja claro que la responsabilidad es de los poderes públicos.

P. ¿Y qué han hecho bien esos poderes públicos?

R. Las decisiones que se tomaron no han sido buenas retrospectivamente. Pero la OMS lo avisaba mucho antes de que esto pasara. Cuando todo el mundo habla de capitán a posteriori han de recordar las portadas de los periódicos con lo que decía la OMS en el mes de febrero. Era a priori y no a posteriori. La OMS nunca ha hablado a posteriori. En España hemos ido por detrás del virus, nos ha forzado a tomar decisiones. No digo que haya sido por mala voluntad, yo creo en la buena voluntad, pero no se han tomado las decisiones a priori. Aquí se dijo explícitamente en una rueda de prensa que aquí no iba a haber contagiados. Por tanto, alguien confundió su estimación.

Si actúas demasiado pronto, cualquier medida parece exagerada. Si actúas demasiado tarde, es un absoluto fracaso. Pero en las pandemias es preferible sobreactuar"

P. Dijeron que tomaban decisiones en base a la ciencia

R. Todos nos confundimos. Yo mismo puedo decir que un paciente no tiene un tumor y resulta que luego lo tiene. Pero cuando uno se confunde en un tema de salud pública con una pandemia... el resultado es diferente al diagnóstico de una persona sola.

P. Entonces, ¿se podría haber evitado mucho de haber hecho caso a la OMS?

R. Es que la OMS no habló nunca a posteriori. Avisó hace tiempo del peligro de esta pandemia y está en las portadas de todos los periódicos. Aquí en España algunos medios se han vanagloriado de ir en contra de las decisiones de la OMS y con presentadores muy conocidos que tienen mucho alcance.

P. ¿Cree que ha influido mucho el hecho de que las anteriores pandemias, como el SARS de 2002 o el MERS de 2012, no llegaran a España? Como la compra masiva de aquellas vacunas contra la gripe aviar que luego nunca se usaron...

R. Ha dado en la clave. Es un problema muy importante. Es como el cuento aquel de Que viene el lobo. Has avisado tanto que la gente al final desconfía. En Asia se ha controlado antes porque no se subestima. El problema de las pandemias es que si actúas demasiado pronto y bloqueas la pandemia, cualquier medida parece exagerada. Si actúas demasiado tarde, es un absoluto fracaso. Pero en las pandemias es preferible sobreactuar, y por eso avisó la OMS. Los sesgos cognitivos de los humanos nos hacen fijarnos más en los fracasos. Comprar de más parece un despilfarro y además te van a acusar, lo que genera sesgos cognitivos a la hora de tomar decisiones en las personas que están en el poder.

P. ¿Qué conclusiones se pueden sacar de nuestro sistema sanitario? ¿Hay que invertir más?

R. En medicina siempre tenemos una sesiones en las que analizamos las consecuencias de lo que hemos hecho para aprender de cara al futuro. Cuando pasemos esto, tendremos que sentarnos tranquilamente y no hacer análisis lineales. Es un problema muy complejo y no responde sólo a un factor. El sistema sanitario de Corea, por ejemplo, gasta menos que nosotros del PIB en sanidad, siendo de nuestro tamaño y una economía similar, mientras que EEUU gasta el 18 % del PIB y su sanidad es un desastre. No podemos hacer análisis lineales y monofactoriales de todo esto, requiere de análisis profundos. Lo importante es que el responsable que esté al frente en la próxima pandemia no tome una decisión equivocada por miedo a las consecuencias. 

P. En caso de falta de material, ¿cómo se toma la decisión de a quién va, por ejemplo, un respirador? Hay un debate mundial ahí sobre los ancianos y los jóvenes...

R. Esto es un debate continuo y a nosotros nos ayuda el comité ético. Los profesionales siempre tomamos decisiones en función de las características de los pacientes, pero fuera de la pandemia también. Se ha tomado muchas decisiones tomando en cuenta que la población a la que más hemos tratado era la más frágil y la que menos posibilidades tiene de llevar una vida de calidad después de esto. En mi hospital las decisiones se ha tomando por criterios científicos y clínicos y nunca por escatimar recursos.