El Tribunal Supremo (TS) podría haber dado un espaldarazo inesperado a Quim Torra y sus aspiraciones de seguir al frente de la Generalitat, por lo menos hasta concluir este 2020. El mismo Quim Torra que el pasado 29 de enero anunciaba su intención de convocar elecciones anticipadas por la falta de confianza en sus socios de ERC se encuentra ahora más cómodo que nunca al frente de la Generalitat. Y sus socios de Esquerra, mucho más interesados que JxCat en la convocatoria de elecciones, confiaban en la amenaza de la inhabilitación pendiente de confirmar por el Tribunal Supremo para avalar su reclamación de un calendario electoral ya.

Pero fuentes del Tribunal Supremo confirman que el alto tribunal se inclinaría por admitir el recurso interpuesto por Quim Torra contra la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que lo condenó a un año y medio de inhabilitación por desobediencia a la Junta Electoral Central. Y esa decisión no se adoptará, probablemente, hasta el próximo otoño.

Los abogados de Torra, capitaneados por Gonzalo Boye, agotaron el plazo del recurso, presentado a finales de febrero, contra la decisión del TSJC, y el Tribunal Supremo tenía a partir de entonces 8 meses para decidir si admitía o no el recurso. Una cuestión que aún no se ha definido, aunque el TS parece inclinarse ahora mismo por admitir el recurso. De este modo, el TS tiene hasta octubre para pronunciarse, y después se abriría otro período para entrar al fondo del asunto y respaldar, o no, la condena de inhabilitación dictada por el Tribunal Superior de Cataluña.

Esto situaría a Torra a las puertas de fin de año, con la crisis del coronavirus presumiblemente controlada y margen más que suficiente para que JxCat reordene su espacio y prepare el próximo envite electoral con Esquerra. Un envite para el que los de Carles Puigdemont no están de momento en absoluto preparados.

División en la ex convergencia

La dimisión de Marta Pascal, que este lunes anunció su decisión de abandonar definitivamente la militancia del partido que dirigía en 2018 -cuando fue defenestrada por Carles Puigdemont- ha sido el último contratiempo para JxCat. El anuncio llega una semana después de que la plataforma de Poblet anunciara la formación de un nuevo partido, el Partido Nacionalista Catalán, con aspiraciones de ocupar el antiguo espacio convergente, mientras JxCat y la dirección del PDeCat siguen bloqueados en la negociación de su nuevo partido.

En este contexto, ERC ha presionado en los últimos días para reclamar que Torra cumpla su amenaza y anuncie la fecha de las elecciones. El president aseguró que lo haría tras aprobar los presupuestos, y las cuentas se aprobaron en el Parlament hace ya tres semanas. Desde entonces, ERC ha liderado a los partidos de la oposición exigiendo la clarificación del calendario electoral, que también reclaman el PSC y los Comuns. Y esgrime la espada de Damocles del Supremo para argumentarlo. "Vamos a permitir que la justicia decida de nuevo" no dejan de insistir desde Esquerra.

Pero Torra se resiste ahora a la convocatoria, y sueña incluso con agotar la legislatura. De hecho, los nuevos tiempos del Supremo se lo permitirían. Si se admite el recurso y se confirma la sentencia del TSJC a finales de año, el president aún podría recurrir ante el Tribunal Constitucional, que no tiene límite de tiempo para responder a ese recurso. Mientras, Torra podría agotar un mandato que concluye en diciembre de 2021, siempre que sea capaz de retener durante ese tiempo el apoyo de ERC.