Estos días está bajo el foco mediático. La oposición enarbola su honor e historia y el Gobierno apela a la necesidad de remodelar y modernizar su estructura bajo razones de confianza. En medio, un cúmulo de destituciones, dimisiones y causas judiciales que siembran de incertidumbre la relación del Gobierno y la Guardia Civil. El caso ‘Pérez de los Cobos’ o ‘Marlaska’, según quién lo cite, ha vuelto a dejar cuanto menos perpleja, y en no pocos casos agitada, a buena parte de la base y cúpula de la Guardia Civil. En mitad de la polémica han visto cómo el ministro del Interior prometía la equiparación salarial acordada en tiempos de Rajoy en un intento por calmar a un Cuerpo inmerso en una inesperada pugna política.  

La cúpula que Grande-Marlaska ha renovado de modo precipitado es responsable de un Cuerpo militar integrado por casi 78.500 hombres y mujeres. Son muchos pero lejos de los que integraban la Guardia Civil no hace muchos años. Sólo en la última década, la Benemérita ha perdido 5.128 efectivos. Una mengua de recursos que se inició en el último año de José Luis Rodríguez Zapatero, en 2010, y que se acrecentó durante el periodo de Gobierno de Mariano Rajoy.

Fue durante un Gobierno socialista, el de Zapatero, cuando más creció en efectivos la Guardia Civil. Lo hizo en algo más de un 20%. Aquel Ejecutivo incorporó a cerca de 14.500 efectivos. El PP, en cambio, redujo en más de 5.500 los agentes y es ahora, con Fernando Grande-Marlaska al frente del Ministerio del Interior, cuando se ha retomado levemente –casi 500 agentes más en los últimos tres años- la senda de crecimiento que Rajoy sólo activó en su último año de Gobierno.

En 2004, cuando Zapatero accedió al poder, la Guardia Civil contaba con casi 67.000 agentes. El final de ETA y la amenaza terrorista estaba aún lejos y en aquellos años el Gobierno optó por ampliar la plantilla de agentes todos los años. Anualmente el Cuerpo se fue completando con la incorporación de entre 3.000 y 4.000 guardias civiles más. En 2010, un año antes de que ETA anunciará el cese de sus acciones terroristas, el Cuerpo alcanzó su máximo número de efectivos: 83.644.

Euskadi, un 23% menos

La disminución de plantillas y de despliegue de la Guardia Civil en la última década en nuestro país es generalizada. En todas las Comunidades Autónomas hay hoy menos agentes de los que estaban destinados a comienzos de 2010. Sin duda, el caso más llamativo es el de Euskadi, donde el final del terrorismo supuso un adelgazamiento de unidades de la Guardia Civil importante, de algo más del 23%. Actualmente en el País Vasco siguen destinados 2.192 agentes de la Benemérita, según datos oficiales. Hace una década había casi 700 más.

Otro de los casos significativos es el de Navarra. Por el momento el repliegue de efectivos, pese al final de ETA, ha sido menor que en Euskadi. En los últimos diez años en esta comunidad se ha reducido en 238 el número de agentes. Navarra no cuenta por el momento con una policía integral, como sí lo es la Ertzaintza, pero está camino de ello. La Policía Foral asumirá pronto –el compromiso es que se complete este año- las competencias de Tráfico, ahora compartidas con la Guardia Civil, y espera a medio plazo absorber también las relativas al Medio Ambiente y seguridad ciudadana, ahora exclusivas de la Guardia Civil. El acuerdo entre el Gobierno navarro y el español para avanzar en la cesión de estas competencias a la Policía Foral supondrá una profunda reordenación de la implantación del Cuerpo en Navarra.   

El adelgazamiento de agentes ha sido pronunciado los últimos años en otras comunidades, especialmente Castilla y León, Galicia, Asturias o La Rioja, donde el recorte de agentes desde 2009 supera el 8%. Con una reducción algo menor, de en torno al 6% de agentes, figuran Andalucía, Comunidad Valenciana, Extremadura o Murcia y aún menor en Canarias y Castilla La Mancha. En otros casos el número de guardias desplegados ha permanecido prácticamente inalterable desde hace diez años, como es el caso de Cataluña y Madrid. Tan sólo Aragón registra en 2020 un despliegue más elevado de lo que lo tenía hace una década.

Andalucía, destino prioritario

Sin duda, el destino prioritario sigue siendo Andalucía. Es ahí donde está desplegado el mayor número de efectivos, casi uno de cada cinco guardias civiles tiene destino en alguna de las provincias andaluzas. En esta comunidad autónoma el dispositivo es de cerca de 15.000 guardias civiles, fundamentalmente en Cádiz, Málaga y Sevilla. Sólo en Andalucía hay más guardias civiles que en toda la Comunidad Valenciana y Madrid juntas. Estas dos comunidades autónomas son las siguientes en el ranking del despliegue autonómico, con 6.977 y 6.853 efectivos respectivamente. Castilla y León se acerca con 6.632 agentes y Galicia con 5.133.

En otra escala se encuentran las comunidades intermedias en número de guardias civiles: Aragón (3.162), Canarias (3.382), Castilla La Mancha (4.986) y Cataluña (3.369). Finalmente, el despliegue se completa con Asturias (2.005 agentes), Extremadura (2.772), Murcia (1.989) y La Rioja 1.188. Ceuta y Melilla suman en conjunto otros 1.150 guardias civiles.