Pedro Sánchez y el 'nuevo' Ciudadanos siguen dando pasos en la senda de la cooperación. Y el de hoy, en el marco de una cumbre celebrada en el Palacio de la Moncloa, resulta decisivo. La reunión de este viernes sella definitivamente la mano tendida que ofreció Inés Arrimadas al comienzo de la crisis sanitaria y que ha mantenido a lo largo de seis prórrogas del estado de alarma, además de alumbrar otros acuerdos, como el 'sí' al Ingreso Mínimo Vital o al decreto de 'nueva normalidad', sin perder de vista los Presupuestos.

Las novedades más destacadas del encuentro, según la versión de Moncloa, son el compromiso renovado de analizar una serie de reformas que "mejoren nuestro sistema de salud pública" y, por otro lado, y en consonancia con lo pactado también con ERC, establecer mecanismos "que permitan a España protegerse ante posibles rebrotes de la pandemia" sin necesidad de recurrir al estado de alarma. Además, ambas partes acuerdan, en este sentido, la creación de una comisión de evaluación donde participarán el conjunto de las fuerzas políticas que quieran sumarse.

Ciudadanos y Moncloa han revisado asimismo los acuerdos alcanzados en las últimas semanas de los que se "ha constatado por ambas partes su cumplimiento", de modo que quedan emplazados a "seguir manteniendo un diálogo constructivo".

Una delegación del Gobierno, encabezada por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha recibido al portavoz parlamentario y sustituto de Inés Arrimadas al frente del partido liberal, Edmundo Bal. El objeto del encuentro será abordar "aspectos relacionados con las medidas necesarias para garantizar una salida ordenada del estado de alarma, así como alternativas en caso de rebrote de la pandemia". La interlocución con el Ejecutivo fue una de las condiciones que consiguió arrancar Ciudadanos en la última negociación con el Gobierno, en el marco de su apoyo al decreto de nueva normalidad, que ambas partes rubricaron el pasado martes.

Sin embargo, no es tanto el fondo como la forma. Lo que podría haberse hablado por la vía telemática o telefónica, como se ha venido haciendo hasta ahora, se convierte en un encuentro al más alto nivel, con todos los focos puestos en una cita que marca un punto de inflexión no sólo en el devenir de Ciudadanos, sino también en el de la propia legislatura.

De la parte del Gobierno, la vicepresidenta primera ha estado acompañada por la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darías; el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla; y el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños. Por su parte, Edmundo Bal ha estado acompañado del actual núcleo duro de Ciudadanos, en este caso de la secretaria general del partido, Marina Bravo; el vicesecretario general primero, Carlos Cuadrado; y el vicesecretario general adjunto, José María Espejo. Estos dos últimos son los que se han encargado de fraguar los acuerdos más recientes con el Ejecutivo.

En una entrevista previa a la reunión, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha elogiado el giro del partido liberal, que ante la gravedad de la crisis sanitaria, han sabido ser "muy útiles" y reaccionar ante un "varapalo electoral impresionante" dando peso a sus 10 escaños en el Congreso de los Diputados. Calvo ha afirmado en Canal Sur Radio que, si Ciudadanos "quiere ayudar", el Ejecutivo "tiene claro que cuanta más gente mejor", y "no solo por ayudar a la aritmética parlamentaria, sino porque se necesita esa misma actitud".

Sánchez juega a dos barajas

La escenificación de la cita de este viernes no es casualidad. No ha existido foto parecida con ningún partido político desde que comenzase la pandemia. Con este gesto, el Ejecutivo ha decidido apostar por Ciudadanos antes que sentar a ERC en la solicitada mesa de diálogo, que los republicanos llevan requiriendo desde hace meses para solventar sus intereses relacionados con el conflicto independentista.

La cumbre afianza la relación entre PSOE y Ciudadanos, a pesar de que los naranjas hayan repetido por activa y por pasiva que no son los nuevos socios del Gobierno y que sus encuentros se deben a acuerdos "puntuales" de Estado, pensando en el "interés común" de todos los españoles.

La casi recién estrenada sintonía de Moncloa con el partido naranja despierta recelos no sólo entre los socios de investidura de Sánchez -ERC ya advirtió la pasada semana que si Inés Arrimadas entraba en la "ecuación" de los Presupuestos Generales del Estado, ellos saldrían de ella- sino también en Unidas Podemos, donde no han escondido su preferencia por seguir adelante con sus aliados habituales, con el 'Gobierno Frankestein' que diría la derecha: ERC, PNV y EH Bildu.