"Readaptar" y "repriorizar" los acuerdos con Unidas Podemos. Estos fueron dos de los términos que empleó ayer la portavoz gubernamental y titular de Hacienda, María Jesús Montero, al ser interrogada sobre las futuras cuentas del Estado y las exigencias planteadas por los presidentes de las principales empresas del país. Un giro de guión inesperado tras el que subyace una diferencia de fondo con los socios del Gobierno, esto es, la necesidad de poner coto "a las medidas de gasto donde se ha realizado un gran esfuerzo", según fuentes gubernamentales.

Esto es, cerrar el grifo tras el despliegue social ingente que se ha realizado para responder a la pandemia del Covid-19, lo que puede llevar a nuevas discrepancias internas con Pablo Iglesias. Sin embargo, el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha aceptado la mayor, esto es, que nos encontramos ante un nuevo escenario. Así lo asumió cuando dijo que "es obvio que después de la peor epidemia en cien años uno tiene que analizar lo que había acordado previamente. Unidas Podemos como el PSOE nos presentamos a las elecciones con sendos programas que fueron escritos antes del coronavirus", sin conocer los efectos económicos y sociales "de una epidemia tan grave". Otra cosa es que ese replanteamiento, que busca sin duda, atraer a Ciudadanos para que facilite la aprobación de las cuentas de 2021, vaya en la misma línea.

Recuerdan en Moncloa el Ingreso Mínimo vital, pensado para más avanzada la legislatura, y que comenzarán a cobrar 250.000 personas este mismo mes, pero que alcanzará a otras 600.000; los 16.000 millones no reembolsables que recibirán las Comunidades autónomas; los ertes: las moratorias por impago alquiler, cuyo pago asumirá el Estado en aquellos casos en que el inquilino siga sin poder abonar las mensualidades atrasadas; los subsidios para trabajadoras del hogar; la prestación extraordinaria por el cese de actividad de los autónomos o las ayudas a la automoción, medidas que han disparado el gasto público del Estado.

Montero sí ve camino para avanzar por la vía de los ingresos

Y Montero, junto al equipo económico del Gobierno, cree llegado el momento de no poner más a aprueba las costuras de ese gasto público desbocado. Otra cosa es que los 140.000 millones de euros de fondos europeos que recibirá con toda probabilidad España en subvenciones y préstamos se dirijan a paliar las consecuencias que la crisis ha tenido para el sistema sanitario o para reflotar sectores estratégicos como el turismo y el transporte aéreo, pero creen que no es conveniente ahondar en la vía del gasto, a lo sumo, sí en la de los ingresos.

Porque en lo que sí admiten tener todavía un camino que recorrer, conforme al contenido del acuerdo de legislatura con Unidas Podemos, es en el de la reforma del modelo fiscal. Apuestan ambas formaciones por un aumento de la progresividad que pasa porque las grandes fortunas "contribuyan a un sistema fiscal más justo y progresivo" y, en materia de IRPF, por incrementar dos puntos los tipos impositivos sobre la base general para los contribuyentes que tengan rentas superiores a 130.000 euros y cuatro puntos para la parte que exceda de 300.000 euros. Además, el tipo 45 estatal sobre las rentas de capital se incrementará en 4 puntos porcentuales para dichas rentas superiores a 140.000 euros, según reza el acuerdo de coalición.

Sin embargo, también en este punto hay discrepancias respecto a lo que Unidas Podemos llama el "impuesto a los ricos", una nueva figura fiscal por la cual se gravaría entre el 2 y el 3,5 por ciento a los patrimonios de más de un millón de euros. El sector socialista del gobierno, con María Jesús Montero y Nadia Calviño a la cabeza, no lo tienen nada claro.

Montero llegó a minimizar el acuerdo con su socio al afirmar que se trata de «una hoja de ruta que guía las actuaciones de este Gobierno», pero «debe tener capacidad de adaptación al entorno y al momento concreto». «Debemos ‘repriorizar’ sobre lo priorizado», agregó en un juego de palabras para concluir que "no debemos hacer como si la pandemia no hubiera ocurrido. Hay muchas lecciones que nos tienen que reorientar y tener los pies en el suelo».

ERC insiste en que no irá de la mano con Ciudadanos para aprobar las Cuentas del Estado

La intención de la ministra es tener presupuestos en octubre previa aprobación de la senda de estabilidad y en un momento en que Europa tiene mucho que decir sobre unas aportaciones que, sin duda, condicionará. La negociación no va a ser nada fácil, admiten en Moncloa, sobre todo por los "vetos cruzados" que ha denunciado la ministra. De hecho, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, considera que "una cosa es ceder y otra un chantaje. Lo siguiente es querer cargarse la mesa de diálogo, la fiscalidad justa y el Ingreso Mínimo Vital. Ciudadanos ex Vox en la fase 1". Además, para los Grupos de la oposición ese será el momento en que se pondrá a prueba la solidez del Gobierno de coalición.