El movimiento revisionista ha puesto en su punto de mira a varios personajes históricos, contra cuyas estatuas han emprendido varias acciones violentas, especialmente en Estados Unidos. Es el caso de los monumentos erigidos en honor a Cristóbal Colón. Sus imágenes llevan años siendo víctimas de los activistas, aunque, tras el asesinato de George Floyd, se han incrementado los ataques hacia ellas. Las han decapitado, derribado e, incluso, las han arrojado a un lago en Richmond (Virginia).

Sin embargo, no ha sido el único español que ha sufrido la ira de los manifestantes en este último mes. Un grupo de extremistas celebró una protesta frente a la estatua del conquistador Juan de Oñate en la localidad de Albuquerque, en el estado de Nuevo México, que acabó en un tiroteo en cual resultó herida al menos una persona.

Por el momento, han sobrevivido las estatuas de personajes históricos españoles tan importantes como el Cid Campeador, que cuenta con efigies en Nueva York, San Diego y San Francisco, así como los exploradores y conquistadores Hernando de Soto, que colaboró en el descubrimiento de la costa de Nicaragua y cuya estatua se encuentra en Bradenton (Florida); Juan Rodríguez Cabrillo, que participó en la fundación de la ciudad de Oaxaca (México), representado en punta Loma, cerca de San Diego; el soriano Tristán de Luna y Arellano, que ostentó el cargo de gobernador de La Florida, que en la actualidad cuenta con una imagen en el Luna Park, Pensacola (Florida); y el ex gobernador de Puerto Rico Ponce de León, cuya figura se encuentra reproducida en San Agustín (Florida).

El Golden Gate Park, un espacio conocido por el gran número de estatuas que alberga, ha sido el último escenario estadounidense de estas infracciones. Los activistas radicales mancillaron este sábado el busto del escritor Miguel de Cervantes, en el que han escrito en rojo la palabra "bastardo", y derribaron la efigie de San Junípero Serra.

La imagen de este santo, situada en España en la plaza Sant Francesc de Palma de Mallorca, apareció este lunes con pintadas de "racista" después de que la edil de Justicia Social, Feminismo y Lgtbi+, Sonia Vivas, de Podemos, abogara por retirar "pacíficamente" la estatua del religioso de la ciudad.

José Miguel Serra y Ferrer, nacido en el municipio mallorquín de Petra, fue un misionero franciscano que, tras la expulsión de los jesuitas de la Baja California, se encargó, junto a sus compañeros de orden, de las misiones en esta región. Cuando las tropas españolas se lanzaron a la conquista de la Alta California en 1769, Serra y otros compañeros se unieron a ellos y participaron en el descubrimiento de Monterrey (México). Los franciscanos llevaron a cabo labores evangelizadoras con los indígenas.

Años después colaboró en la fundación de las ciudades estadounidenses de San Diego (1769) -llamada de esta forma en honor a San Diego de Alcalá San Carlos (1770)-, San Antonio (1771), San Francisco (1776) -que debe su nombre a San Francisco de Asís- y San Buenaventura (1782).

Serra se enfrentó a las autoridades militares con el objetivo de defender a los indígenas de los territorios conquistados, por lo que quedarían invalidados los argumentos que los manifestantes esgrimieron para volcar su estatua el pasado sábado. Lejos de ser un racista o un genocida, este religioso luchó por la supervivencia de los ciudadanos locales, según indicó la embajada de España en Estados Unidos en un hilo de Twitter.

En base a esa labor, en 1934, la Iglesia inició un proceso de beatificación de Serra, que finalizó en 1988, cuando Juan Pablo II le otorgó esta condecoración y, desde entonces, pasó a nombrarse Fray Junípero Serra. Ya en 2015, el Papa Francisco decidió canonizarle. San Junípero Serra tiene el honor de ser el único español en contar con una estatua en el Capitolio de EEUU, en representación del estado de California.

San Junípero se ha trasladado a una de las series más exitosas de Netflix, Black Mirror, ya que su nombre aparece en varios capítulos de la serie. De hecho, los creadores de esta ficción distópica bautizaron así al que para muchos es considerado el mejor episodio de sus cinco temporadas, que recibió dos Premios Emmy en 2017.