Llegó en patera a las costas de Almería el pasado 23 de mayo, y ahora trae de cabeza a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Extremadura con una orden de busca y captura tras su pista. Poco más se sabe del 'paciente cero' que ha puesto patas arriba la localidad de Navalmoral de la Mata (Cáceres), donde se ha llegado a temer incluso porque la Junta hiciese retroceder al pueblo a la fase previa a la nueva normalidad o que, incluso, se decretase el cierre de la localidad, opciones que, por el momento, permanecen del todo descartadas en el Ejecutivo autonómico.

El fugado ha dejado un reguero de 21 infectados, uno de los rebrotes más importantes de los actualmente activos en toda España, y ha provocado el aislamiento preventivo de más de medio centenar de personas en una localidad de más de 17.000 habitantes, mientras que el inmigrante, del que se desconoce si sigue siendo portador del virus, continúa en paradero desconocido.

La "desinformación" y la tensión racial se han convertido en protagonistas en una historia con muchas aristas, con errores de base y, por el momento, sin asunción de responsabilidades. El origen magrebí del fugado ha desatado además una ola de xenofobia en Twitter y otras redes sociales de la que dan cuenta los propios vecinos de Navalmoral, entre los que se mezcla una sensación de indignación, inquietud y preocupación no sólo por la vuelta del virus a sus calles, sino también porque esto termine convirtiéndose en "una caza de brujas contra inmigrantes" por comentarios vistos en redes que podría causar "un daño irreparable a la riqueza multicultural de Navalmoral".

Habla sobre ello Felipe, un vecino de la localidad que asegura que cunde la "incertidumbre" por lo sucedido, aunque en el pueblo se sigue haciendo vida normal. "La gente no tiene miedo, sí respeto", señala, aunque eso sí, no se habla de otra cosa. Y como él, José Manuel, concejal de Juventud en la localidad cacereña, lamenta la desinformación que ha habido alrededor de este tema en que "el pueblo y el Ayuntamiento han sido los últimos en enterarse".

El protagonista de la fuga de Navalmoral llegó a Cáceres gracias a una iniciativa extraordinaria autorizada por la Secretaría de Estado de Migraciones y organizada por la ONG Fundación Cepaim, la responsable de su traslado, cuando todos los movimientos interprovinciales estaban prohibidos por el estado de alarma, aunque el decreto permite el traslado de refugiados por tratarse de ayuda humanitaria considerada esencial. Con todo, aún sigue sin aportarse luz sobre por qué no se realizó a los inmigrantes el test en Andalucía para asegurar que no se expandía el virus por España, ni sobre si la responsabilidad debía recaer sobre la Junta de Andalucía, Delegación de Gobierno en Extremadura o la propia ONG.

Informan de que el hombre llegó a Extremadura asintomático, pero el positivo de uno de sus compañeros de travesía enviado a Soria activó todas las alarmas en la región, por lo que se le practicó la PCR y resultó portador del Covid-19. Para entonces, ya llevaba una semana en una casa de acogida gestionada por Cepaim en Navalmoral de la Mata, y había mantenido contacto al menos en tres casas diferentes y en una mezquita. Según Hoy Extremadura, la organización se defiende alegando que el contagiado no hizo cuarentena en Almería porque no tenía síntomas, y que no se le practicó la prueba PCR porque cuando entró en el país no era aún obligatorio testar a los inmigrantes.

En el Ayuntamiento lamentan no haber tenido información en todo el proceso, ni de la autorización del traslado ni de la propia fuga que, aseguran, conocieron primero por redes sociales, y censuran la opacidad mantenida por la Delegación del Gobierno en todo lo sucedido.

Advierten además un detalle: Vox publicó un comunicado el pasado 24 de junio, un día antes de que la fuga del 'paciente cero' trascendiese a los medios de comunicación de la mano del consejero de Sanidad de la Junta de Extremadura, José María Vergeles, en el que no sólo exigía "contundentes responsabilidades ante unos hechos lamentables", sino que informaba ya de la fuga del inmigrante.

Lo sucedido ha dejado una sensación de "nervios e incluso enfado" en la localidad morala porque "al final la gente lleva cuatro meses encerrada y no quiere volver atrás por una imprudencia", destaca José Manuel, quien ha llegado a observar incluso un "conato de manifestaciones" contra el colectivo magrebí impulsada en redes por simpatizantes de Vox.

El episodio se ha viralizado en redes sociales, donde se han vertido todo tipo de comentarios, "algunos muy feos" que ha llamado la atención del propio consistorio. De hecho, la alcaldesa de Navalmoral, Raquel Medina, pidió en una comparecencia frenar el "brote xenófobo" porque "nadie se contagia porque quiere".