Jamás hubo tanta prisa. Tampoco nunca las prioridades y las condiciones lo facilitaron tanto. La crisis sanitaria y económica ha acelerado como nunca el proceso de conformación del próximo Gobierno en Euskadi y de constitución del Parlamento Vasco de la que será la XII legislatura en el País Vasco. El hoy lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, no ocultó desde el primer momento su deseo de acortar al máximo los plazos y ponerse a trabajar con el nuevo Ejecutivo a la mayor brevedad posible.

La nueva legislatura será, con toda probabilidad, la más rápida en arrancar. Cuando el pleno de investidura de la Cámara vasca proclame, como todo apunta que será, a Urkullu como lehendakari para el que será su tercer mandato consecutivo, habrán transcurrido menos de dos meses desde las celebración de las elecciones. Si se cumplen los pronósticos optimistas que maneja el PNV y el propio lehendakari, a comienzos de septiembre toda la burocracia habrá concluido y la nueva legislatura habrá comenzado a andar.

El escenario más optimista sitúa la proclamación de Urkullu para finales de agosto, el más realista, para la primera semana de septiembre. Cualquier de las dos opciones supondría un tiempo récord y alejado del habitualmente largo, en ocasiones incierto y siempre tedioso proceso de conformación de una nueva legislatura.

La norma del Parlamento Vasco establece que acreditado al menos un tercio de los 75 nuevos parlamentarios electos, los plazos empezarán a correr. Mañana serán los 10 representantes electos del PSE quienes se presentarán en las oficinas parlamentarias y el viernes lo harán los 31 representantes del PNV. Los 41 escaños superan con creces el tercio requerido para activar de manera inmediata la maquinaria que debe desembocar en la constitución del Parlamento de Vitoria.

Menos de dos meses

Desde este viernes, y antes de dos semanas, probablemente antes del 8 de agosto, la presidenta de la Diputación Permanente deberá convocar el pleno de constitución en el que los 75 parlamentarios tomarán posesión de sus escaños.

A partir de ahí, se abre un periodo para el estudio de posibles incompatibilidades. Tras ser resueltas, antes de tres semanas, se elevarán a pleno las actas que acreditan a los nuevos parlamentarios vascos antes de la última semana de agosto. A partir de ahí, se podría convocar el Pleno de Investidura que proclamará a Urkullu como lehendakari. En él no se descarta que la izquierda abertzale también presente a su candidata, como ya hiciera durante el pleno de investidura de 2016, Maddalen Iriarte, pese a no tener opciones de prosperar.

El proceso se confía en que pueda culminar a comienzos de septiembre y, en cualquier caso, antes de que se cumplan dos meses desde la celebración de las elecciones de 12-J. En elecciones autonómicas anteriores los procesos se han prolongado más. El plazo más habitual ha superado los dos meses y en algunos casos incluso ha alcanzado los tres meses.

Antes del inicio de la campaña electoral, el PNV y el actual Gobierno vasco subrayaron la idea de no demorar mucho el proceso previo de constitución para poder comenzar a trabajar en la reconstrucción económica y social de Euskadi lo antes posible. La necesidad de aplazar las elecciones y la decisión de convocarlas finalmente en pleno mes de julio obligará a llevar a cabo el proceso en pleno mes de agosto, históricamente un mes inhábil en términos parlamentarios. El objetivo de Sabin Etxea y de Urkullu es que el nuevo curso pueda arrancar con el nuevo Gobierno designado y en marcha.

PNV, 11 de 12 legislaturas

Por ello el PNV ha evitado incluso la celebración de la tradicional ronda de partidos para buscar apoyos de cara a la legislatura que ahora comienza. El lunes tanto Urkullu como el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, encabezaron una reunión con quien será, con toda probabilidad, el socio de Gobierno del PNV. La reedición de la coalición con la que han gobernado esta legislatura que ahora concluye ha sido la prioridad para ambas formaciones.

Actualmente PNV y PSE gobiernan en coalición no sólo El Ejecutivo vasco sino también las tres diputaciones forales y los ayuntamientos de las tres capitales vascas. Pese a que el PSE ha evitado por ahora confirmar que optará por la coalición y deja abierta la puerta a un acuerdo de legislatura, parece poco probable que finalmente prospere esta opción.

La XII legislatura será la decimo primera en la que el PNV está presente en el Gobierno, con sólo un mandato ausente, el que lideró el lehendakari Patxi López gracias al apoyo del PP, entre 2009 y 2012.
Ahora, los dos partidos han constituido comisiones técnicas para definir un programa de gobierno y dar forma a un documento guía para la labor de los próximos cuatro años. Sin duda, la cuestión económica y el impacto de la crisis económica derivada del Covid-19 será el eje central.

La creación de empleo ya ha avanzado Urkullu que será la cuestión esencial. Su objetivo volverá a ser fijar el desempleo en el País Vasco por debajo del 10%, tal y como se encontraba antes de la pandemia.