El presidente de la Generalitat, Quim Torra, exigió este lunes una transferencia de fondos de 30.000 millones de euros para Cataluña de los fondo Covid-19, una vez confirmado que España será una de las principales beneficiarias de las ayudas de la Unión Europea por la pandemia. Una cifra fijada como la principal reivindicación de la Generalitat ante la Conferencia de Presidentes convocada por Pedro Sánchez este jueves. Torra siempre ha dejado claro que lo único que quiere del Gobierno son recursos económicos, ha rechazado las ayudas en forma de recursos humanos -ya fueran del ejército, rastreadores- o materiales, más allá del dinero.

La cifra coincide con el coste del plan de recuperación presentado por Torra y Pere Aragonés una semana antes y que ya apuntó el president cuando se conoció la cifra final de fondos europeos que recibirá España, 72.000 millones de euros en subsidios y 68.000 millones de euros en créditos.

Pero la exigencia planteada por Torra ante la Conferencia de Presidentes autonómicos supone un salto adelante desde las primeras cantidades en las que el gobierno catalán cifró los costes de la pandemia para esta comunidad.

La primera proyección de Salud

La conselleria de Salud cifró el 31 de marzo en 1.800 millones de euros el coste del coronavirus para el sistema sanitario catalán. El Govern aprobó ese día un fondo de 80 millones para dotar al departamento de recursos extras con los que afrontar la crisis sanitaria. Era el coste calculado entonces para afrontar el refuerzo del sistema sanitario, que llegaría a triplicar su capacidad de críticos durante el punto crítico de la pandemia.

A final de abril, después de tres semanas de confinamiento riguroso y con la perspectiva de una larga travesía hacia la normalidad, Aragonés lanzaba la reclamación de un fondo Covid para las autonomías. Un fondo del que esperaba recibir para Cataluña 4.000 millones de euros.

"Es el Estado quien tiene acceso al BCE, al endeudamiento y a una mayor capacidad de recaudar impuestos", apuntaba el vicepresidente económico de la Generalitat para concluir que "quien asume el poder tiene que asumir la responsabilidad", ha aseverado. Un cheque en el que la Generalitat incluía no solo el gasto sanitario, sino también el coste económico del confinamiento y las restricciones derivadas de la crisis sanitaria.

El 17 de mayo, Torra trasladaba esa exigencia a la reunión de presidentes autonómicos que Pedro Sánchez convocó todos los domingos durante el confinamiento. El Gobierno ya había asumido la necesidad de un Fondo de Reconstrucción, y Torra cifraba en esos 4.000 millones las necesidades catalanas.

La promesa de ese Fondo de Reconstrucción de 16.000 millones abrió una carrera entre comunidades por la captación de recursos que llevó a Torra a elevar la apuesta. El 3 de junio, el president daba un doble salto mortal para elevar la cifra a 15.000 millones de euros, con los que esperaba no solo cubrir los gastos extraordinarios y la caída de ingresos, sin inyectar además recursos en los sectores económicos más perjudicados por el confinamiento.

De esos 15.000 millones, Torra explicó que 5.000, provenientes del fondo que prepara el Gobierno, serían destinados a sufragar la factura sanitaria. En Vicepresidencia matizaron, sin embargo, que esa cifra de gasto es una previsión de lo que se pueda gastar hasta diciembre y que va más allá del ámbito sanitario -que dos meses antes habían cifrado en 1.800 millones de euros-. Ahí, Torra incluía también 460 millones por ayudas de ámbito social. Y los 4.000 millones de mayo se habían convertido en 5.000 por la caída de ingresos de 2.415 millones.

Un crédito Mede divide a Torra y Aragonés

El presidente catalán reclamaba entonces otros 5.000 millones procedentes de los fondos europeos para reactivar la economía catalana. Una cifra que el presidente catalán se proponía doblar con otros 5.000 millones en forma de créditos Mede, para los que solicitó la ayuda del Gobierno. Sin embargo, la oposición de Aragonés a ese endeudamiento hizo que la petición del crédito -harto improbable, porque solo están previstos para estados miembros- no saliera adelante.

A principios de julio, el Gobierno se comprometió a transferir 3.225 millones a la administración catalana de los 16.000 millones del Fondo de Reconstrucción. Pero el Govern  tachó la cifra de insuficiente para afrontar los gastos y caída de ingresos. 

El ejecutivo catalán elevó esta cifra hasta los hasta los 4.972 millones de euros. Una factura en la que Aragonés coló todos los contratos firmados durante la pandemia, además de una discutida partida de 15,5 millones de euros para compensar la caída de ingresos publicitarios en TV3.