"Hemos puesto en marcha juntos una coalición multigeneracional y multirracial que no solo ha ganado en Nevada, sino que va a arrasar en todo el país". Bernie Sanders se ha dirigido a sus seguidores en San Antonio, Texas, una vez conocidas las proyecciones de varios medios informativos de EEUU que le dan como seguro vencedor en los caucus de este estado.

En segundo lugar figura el ex vicepresidente Joe Biden, seguido por Pete Buttigieg, ex alcalde de South Bend, y en cuarto la senadora Elizabeth Warren. El escrutinio está siendo muy lento, debido a las modificaciones realizadas tras el caos del recuento en Iowa. Pero la ventaja de Bernie Sanders es clara.

Nevada es el primer estado en esta carrera por la nominación demócrata donde la composición racial es diversa. El 30% de la población en Nevada es latina y el 10% afroamericana, al contrario que Iowa y New Hampshire, estados con claro dominio de población blanca. Más del 50% de los hispanos se han inclinado por Sanders.

En Iowa ganó Pete Buttigieg, el más joven de los contendientes con 38 años, y en New Hampshire el veterano Bernie Sanders, quien tendrá 79 años cuando se celebren las elecciones en EEUU el próximo 3 de noviembre. A principios de octubre pasado fue operado de urgencia del corazón.

La siguiente etapa, Carolina del Sur, el 29 de febrero, también es multirracial, lo que sitúa a Sanders y Biden como favoritos. Apenas se han puesto en juego hasta ahora unas decenas de delegados de los 1.990 necesarios para lograr la nominación, pero el comienzo es muy relevante, especialmente para los menos conocidos como Buttigieg.

Hace cuatro años fue en Nevada donde despegó la candidatura de Hillary Clinton, ex secretaria de Estado y ex primera dama con Bill Clinton. Bernie Sanders se quedó entonces a las puertas de la nominación con el 46% de los delegados.

Está tan confiado Sanders que pasó el día del caucus en Nevada haciendo campaña en Texas. En un tuit se ha mostrado desafiante con el presidente Trump: "No se lo digáis a Trump, porque se pondrá nervioso, pero vamos a ganarle en Texas".

Pero será el 3 de marzo, el llamado Supermartes, cuando voten 14 estados que suponen un tercio de los delegados, el día clave para saber quién se perfila como el rival de Donald Trump en esta contienda electoral por la Casa Blanca.

A la espera del Supermartes

El milmillonario Mike Bloomberg, que no compite en los primeros cuatro estados, arrancará de cero en el Supermartes, cuando se la juega a todo o nada. El ex alcalde de Nueva York se incorporó a la carrera electoral en noviembre pasado y por ello decidió renunciar a competir en esos simbólicos primeros cuatro estados.

Bloomberg es quien cuenta con más dinero para afrontar la nominación. Y es dinero que aporta de su fortuna personal, que asciende a unos 62.000 millones de dólares, según Fortune. El ex alcalde de Nueva York, que ha hecho su fortuna gracias a los servicios de información financiera, es centrista. De hecho, concurrió con los republicanos para la alcaldía de la Gran Manzana.

También son moderados Pete Buttigieg, la senadora Amy Klobuchar, y el ex vicepresidente Joe Biden. El segundo puesto de Joe Biden en Nevada ha sido recibido con gran alegría por el ex vicepresidente, que aspira a mejorar sus resultados a partir de ahora. La gran fortaleza de Biden es que cuenta con el apoyo de hispanos y afroamericanos.

"A pesar de lo que ha dicho la prensa esta semana, estamos vivos, estamos de vuelta y vamos a ganar", ha escrito el ex vicepresidente en su cuenta de Twitter, en un homenaje a Bill Clinton (que se presentaba a sí mismo como the Comeback Kid). El impeachment contra Trump jugó de alguna manera también contra Joe Biden, ya que salía a relucir el sospechoso papel de su hijo en una empresa en Ucrania.

Izquierdistas son el senador Bernie Sanders, a quien apoya la popular congresista Alexandria Ocasio-Cortez, y la senadora Elizabeth Warren, que cuenta con el respaldo de Julian Castro, ex secretario de Vivienda con Obama. Sanders, que es el mayor de los candidatos, es muy popular entre los más jóvenes.

El senador por Vermont, que se define como socialista demócrata, se presenta como el estandarte de un movimiento que va más allá de su propia personalidad. "Juntos hemos empezado una revolución política", clamaba Sanders ya en 2016, cuando quiso ser el rival de un Trump por quien nadie apostaba como ganador.

Creo en una sociedad civilizada democrática en la que la atención a la salud es un derecho humano", dice Sanders

Sanders define el socialismo democrático así, según cita Vox: "Creo en una sociedad civilizada democrática en la que la atención de la salud es un derecho humano. El gobierno debería hacer que eso se cumpla. Creo que cada joven en este país, independientemente de sus ingresos, tiene derecho a obtener la educación que necesita". Suele decir que su modelo es Dinamarca, un país muy alejado del comunismo. Es decir, su modelo es una sociedad igualitaria.

Aun así Trump y sus fieles describen a Sanders como un comunista y, si finalmente es el rival demócrata, atizará el miedo al comunismo para impedirle llegar a la Casa Blanca. Trump parte como claro favorito, dado que ya está en la Casa Blaca, y que de momento la buena situación económica le favorece