El final de Sálvame era la Crónica de una muerte anunciada, pero la manera en la que se llevó a cabo, sin comunicaciones internas previas según confirmó recientemente La Fábrica de la tele, no. Se ponía así punto y final a una era del entretenimiento y del corazón en la que casi todo valía, en la que llorar en un plató era rutinario, en la que los colaboradores se tornaban protagonistas en cuestión de segundos y en la que el humor del equipo aportaba una naturalidad que hacía difícil distinguir entre lo guionizado y lo espontáneo.

Ese final a trompicones hizo que los colaboradores se erigieran casi como mártires y regalaron unas últimas entregas creativas y mucho más amables que la mayoría de los programas que emitieron los 14 años anteriores: tasando el plató, con un Sálvame azúcar que se reía de sus detractores o actualizando los currículos de los participantes.

Se despidieron sin un líder que parecía imprescindible pero que al final no lo era tanto, Jorge Javier Vázquez, y por muy poco tiempo. Pusieron rumbo a EE.UU y dieron el salto a Netflix en una propuesta que, pese a que a veces resulta forzada, cuenta con la complicidad con el espectador de sus colaboradores de siempre y, a su vez, con la extrañeza y de verles en una producción casi cinematográfica, un valor añadido.

El hueco que dejó Sálvame lo ocupó Ana Rosa Quintana con la vuelta al cole. Y quizá sea el resultado de esto uno de los datos más llamativos de la crisis de Telecinco: la que fuera reina de las mañanas (con perdón de Mª Teresa Campos) no consigue domar las tardes. Pese a que era previsible que el público de Sálvame no se quedaría a TardeAR con ella al ser una propuesta totalmente distinta, se esperaba que la comunicadora le rascara algunos espectadores de su excompañera, Sonsoles Ónega, en Antena 3. Y no solo no ha pasado eso, sino que en varias ocasiones ambas han sido adelantadas por una serie diaria, La Promesa.

TardeAR registró su mínimo histórico desde su estreno con la investidura de Pedro Sánchez, con un 7,1% de share y 635.000 espectadores, cifras más propias de secundarias como La Sexta o Cuatro y determinantes por el perfil tan politizado que ha tenido Ana Rosa los últimos años.

Por el contrario, consiguió su máximo histórico el pasado 22 de diciembre, con un 12,3% de share en un programa presentado por Frank Blanco en ausencia de Ana Rosa Quintana.

Pero la suya no es la excepción que confirma la regla, sino todo lo contrario: sigue la tendencia a la baja de Telecinco, con fiascos como el de Cuentos chinos, al que apenas se le dio tiempo de reflotar; en un año que ha pasado a ser la tercera opción más vista tras una imbatible Antena 3 y una TVE que está sabiendo aprovechar su marca, pero también recuperando a Terelu Campos, Jordi González, Alba Carrillo o Rocío Carrasco, antaño rostros recurrentes en Mediaset.

A la espera de saber si TardeAR termina la temporada, es evidente que Telecinco ha optado por una carrera de fondo centrada en el rebranding más que en conseguir audiencias a corto plazo, apostando por los informativos y por un entretenimiento más light, una dirección contraria a la que le distinguía. 

Precisamente los informativos de Telecinco han ocupado decenas de titulares las últimas semanas, por la emotiva despedida del querido Pedro Piqueras y por el fichaje de Carlos Franganillo para sustituirle como presentador y director del informativo nocturno.

La renovación, que culminará cuando se muestre el plató que en la actualidad están construyendo, atraviesa el resto de ediciones: dos mujeres estarán al frente de Informativos Telecinco 15:00 horas (de lunes a viernes): Ángeles Blanco con Isabel Jiménez.

Además, Ángeles Blanco se pondrá al frente de Informativos Telecinco 21:00 horas cuando Carlos Franganillo esté fuera de plató. David Cantero, José Ribagorda y Leticia Iglesias presentarán Informativos Telecinco Fin de Semana.

Mediaset renueva sus informativos
Mediaset renueva sus informativos

Por último, al frente de la edición matinal de Informativos Telecinco estarán Laila Jiménez y Arancha Morales. Pero los cambios han llegado a la cúpula y, el pasado martes 19 de diciembre, Mediaset compartió que Borja Prado había presentado su dimisión como presidente y miembro
del Consejo de Administración de Grupo Audiovisual Mediaset España
Comunicación, una decisión que será efectiva a partir del próximo 31
de diciembre, por discrepancias empresariales, entre otras cosas, por el interés del empresario español por comprar Prisa Radio.

Será 2024 cuando el grupo de comunicación de Fuencarral culmine todos los cambios empezados este año y recoja —o no— los resultados de los mismos. Pero también cuando vuelvan algunos de los formatos más icónicos de la cadena, como Supervivientes, La isla de las tentaciones y Gran Hermano Dúo.