Compró un inmueble por valor de 180.000 euros, usaba ropa de lujo y realizaba viajes internacionales costosos. Este era el alto nivel de vida del que disfrutó un camarero que ha sido detenido por apropiarse de casi 840.000 euros desde 2016 de la recaudación de un conocido restaurante de Dénia (Alicante) donde trabajaba.

El arrestado, de 36 años, trabajaba en ese establecimiento desde hacía nueve años y a partir de 2016 era el único encargado de las finanzas de la empresa debido a la relación de confianza y a que los dueños debían ausentarse periódicamente por motivos médicos, según ha informado este miércoles la Policía Nacional en un comunicado.

Aprovechando la confianza depositada en él, ideó un sistema para sustraer parte de la recaudación diaria sin ser detectado: manipulaba los asientos de los tickets por cada servicio dispensado y después, en el día de descanso, cuando se encontraba cerrado el restaurante, borraba su rastro.

Todo se destapó cuando a principios del año pasado cambiaron el sistema informático de facturación en el restaurante. Tras utilizarlo durante cinco meses se observó que había una pérdida de dinero que ascendía a casi 100.000 euros. Entonces, los propietarios del negocio pusieron este hecho en conocimiento de la Policía Nacional.

Gracias a la investigación realizada por la Brigada Local de Policía Judicial de Dénia se pudo comprobar que el dinero "desaparecido" había sido apropiado indebidamente por uno de los camareros de confianza.

Dado que el sospechoso trabajó durante bastantes años en el local, las pesquisas determinaron que se había apropiado de más dinero en años anteriores.

Los investigadores analizaron los registros económicos desde que el detenido se hizo cargo de las finanzas en 2016 y se constató que, desde ese año, se había apropiado de casi 840.000 euros.

Tras verse descubierto, el camarero admitió los hechos y devolvió los casi 100.000 euros que había detectado el nuevo sistema informático, dinero que se había apropiado desde 2020 hasta que fue despedido.

En el registro de su domicilio, los agentes hallaron multitud de productos de lujo cuyo precio de mercado sumaba aproximadamente 46.500 euros, como una cazadora valorada en 8.500 euros, pantalones con la etiqueta puesta que costaban 1.500 euros cada uno, zapatos por valor de 750 euros o equipos informáticos de alta gama.

También observaron que se habían hecho diversas reformas de lujo en su vivienda, como un televisor integrado en un espejo del vestidor y la instalación de una caja fuerte, entre otras.

Además, se descubrió que había realizado viajes a destinos como Las Vegas, Los Ángeles, Emiratos Árabes, París, Argentina y México. Viajes internacionales de gran valor a los que se llevaba a sus allegados y les costeaba todo.

Igualmente, se tuvo conocimiento de la compra de un inmueble por valor de 180.000 euros. Un nivel de vida muy alejado al de una persona que oficialmente cobraba menos de mil euros mensuales trabajando como camarero.