El sol del desierto ya ha caído. El tráfico comienza a rugir por las infinitas carreteras saudíes y la carcajada de lo que es ya un grupo de amigos destaca entre la diplomacia propia del acceso al lujoso hotel Hilton de Riad, donde se concentra el Real Betis. Lo que el Betis ha unido difícilmente se separará. Tres de Sevilla, uno de Málaga y uno de Barcelona. Hasta cuatro escalas. Miles y miles de kilómetros y cientos de euros. Todo por "algo único": ver cómo su Real Betis Balompié se juega la Supercopa de España en Riad (Arabia Saudí). "Si fuera en Australia iríamos igual", coinciden estos aficionados.

Capi de Carmona (Sevilla), Manolo de Ronda (Málaga), Pau de Morón de la Frontera (Sevilla), Marc de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Dioni de San José de la Rinconada (Sevilla) y Blete de San Lúcar de Barrameda (Cádiz), estarán presentes "casi de casualidad" en la semi final de los verdiblancos con el FC Barcelona. Capi, presidente de la Peña CarmoBetis, cuenta que la primera vez que se les pasó por la cabeza venir a la Supercopa "fue poco después de ganar la Copa del Rey", en abril de 2022.

La idea de cruzar medio mundo para acompañar al Betis no cuajó, sin embargo, unas cervezas durante un viaje a Helsinki, por supuesto que también con aroma verdiblanco, dieron el último empujón a Manolo, el más veterano del grupo -que va de los 20 a los 40 años-, a tomar la inicativa. "Estaba en Finlandia en la previa del partido contra el HJK con otros chavales. Nos calentamos y no dudé, pero de los allí presentes solo yo saqué el viaje", cuenta Manolo. Desde aquel impulso de septiembre pasaron varios meses en los que este malagueño no contaba con la compañía con la que finalmente vibrará en el King Fahd Stadium. "Pensaba que alguno de los que fueron conmigo a Helsinki me acompañaría, pero no. Cogí los vuelos y el hotel por mi cuenta y a dos semanas de venir supe que estos chicos también lo hacían".

La conexión entre estos seis futboleros, como no puede ser de otra manera, tiene como corazón el Benito Villamarín. Dioni y Blete se conocen de la universidad, mientras que el resto entabló relación durante sus visitas al templo de Heliópolis y en sus escapadas con el equipo, aunque ninguna como esta. "Yo también venía solo", puntualiza Marc, de apenas 20 años, "pero en la escala de Roma me encontré al resto, excepto a Manolo que venía por otro lado", explica con sorna, ya que Manolo salió de Málaga e hizo escala en Palma de Mallorca, Barcelona, Milán y Jeddah antes de aterrizar en Riad. "El Betis nunca ha tenido un viaje así", añade.

Seguir al Betis a Oriente Medio duplica o triplica el precio de cualquier otro desplazamiento. "Hemos reservado todo hace menos de dos meses" indica Capi. Marc, que consiguió unos vuelos tan baratos que llama la atención de Manolo "160 euros ida y vuelta", '¿160', ¡Qué cabrón!', ha gastado 160 euros en vuelos, 180 euros en el visado y 180 euros en el alojamiento, 520 euros "sin contar lo que me deje aquí". "Más o menos todos llevamos el mismo presupuesto, menos Manolo, que tiene una pedazo de suite...", bromea Pau.

La barrera económica no ha sido la única que han tenido que sortear estos béticos. "Lo del visado ha sido increíble" apunta Dioni. "De ese tema casi mejor no hablar", añade Manolo. "Se puede decir que hemos llegado sin visado", desvela Blete. Las prisas con el desplazamiento no dieron el tiempo suficiente a que la burocracia funcionase y, con todo pagado y listo para volar, estos seis béticos no tenían visado. "El Betis se ha metido para arreglarnos el tema en dos días, sino nos habríamos quedado sin entrar", agradece Capi. Las risas se vuelven a apoderar de la conversación al recordar el momento de despegar sin visado. Según asegura Dioni, el visado estaba solicitado pero no estaba aprobado: "Cuando aterrizamos no sabíamos si lo teníamos. Al salir nos dijeron desde el club que iban a intentar ayudarnos y al llegar comprobamos que ya estaba hecho". "El Betis ha permitido que cuatro inútiles estén en Riad", concreta Pau.

El trato de la dirección del Real Betis hacia este peculiar grupo ha permitido que los incondicionales compartiesen un rato con sus ídolos. Pau destaca que el club se ha portado fenomenal. "Nos ha dejado visitar a los jugadores en el hotel y hasta nos han invitado a que tomáramos café con ellos". Además, el Betis ha regalado la entrada a los cerca de 40 béticos desplazados a Arabia Saudí, "a todos menos a Manolo" avisa Dioni. "Soy el gilipollas del grupo, está claro", lamenta el malagueño, que resiste una última embestida de su amigo Pau: Habrá pensado, cómo he pagado poco en el viaje...".

El hecho de que la Supercopa de España se celebre en Arabia Saudí no agrada del todo a estos béticos, que también valoran el lado exótico del viaje; "Es una pena que no puedan venir muchos amigos y la marea verdiblanca, pero si no fuera por el Betis no conoceríamos estos sitios, además, a dos pasos de ganar otro título...", argumenta Capi. "Yo si ganamos... ¿Aquí no nos podemos meter en una fuente no?", se cuestiona en alto Dioni, que concluye con una promesa: "Si gana el Betis me tatuo la Supercopa al lado del que tengo de la Copa del Rey".