Penúltimo episodio de Corinna y el rey, el podcast en el que la antigua amiga entrañable del emérito Juan Carlos relata su versión de lo sucedido y aporta revelaciones polémicas. En esta ocasión, Corinna habla de cómo Juan Carlos y los servicios secretos presuntamente intentaron involucrarla en graves crímenes financieros y también relata cómo el ex jefe de Estado supuestamente intentó ponerla en contra de toda su familia, sobre todo de sus hijos.

Pero comencemos por el principio. Al final del episodio de la semana pasada, Corinna dejaba caer que se iba a encontrar con el comisario Villarejo pensando que éste estaba conduciendo una investigación interna sobre las actuaciones de Sanz Roldán. La reunión se produjo en el apartamento de ella en Belgravia, uno de los barrios más exclusivos de Londres, y la primera impresión de la alemana era que él era "un buen tipo". "Sentí que no tenía a nadie", explica Corinna para justificar su conversación con el comisario y su franqueza con él.

Vampiresa o mujer desencantada

Villarejo, que también es entrevistado en el podcast, reconoce que acudió al encuentro pensando que ella era una "vampiresa", una mujer corroída de ambición y ávida de dinero, pero que sin embargo se encontró con una mujer "desencantada", muy diferente a lo que se hubiera esperado.

Villarejo en principio se presenta como alguien que quiere ayudarle, ofrecerle una salida. En el transcurso de la conversación, sacó un supuesto documento clasificado del servicio secreto. Según Corinna, parecía auténtico o, al menos, no debía ser "falsificación barata". En él se podía leer claramente que se la quería acusar de malversación usando el fondo de infraestructura hispano-saudí que se había constituido años antes. Se había falsificado una residencia de ella en Madrid para poder acusarla en un tribunal español y se habían usado documentos y archivos bancarios que Corinna inmediatamente entendió que habían salido de su apartamento de Mónaco.

"Totalmente criminal"

Por lo que supo entonces Corinna, o al menos así lo relata en el podcast, Juan Carlos no sólo estaba detrás de todo aquello, sino que le habían planteado varias opciones y él había optado por la dos ("totalmente criminal", es decir, ir hasta el final contra Corinna con una causa judicial).

Según la versión de Corinna, Villarejo no solo le facilitó toda esta información, sino que llegó a ganarse su confianza, aunque a ella le sorprendió que siempre le estuviera preguntando por el dinero que Juan Carlos presuntamente le entregó como un regalo. Tampoco se podía esperar que la estuviera grabando, pero lo estaba haciendo --en el podcast se reproducen trozos de las cintas--.

Mientras Corinna recibía esta polémica información, ella seguía de algún modo vinculada con Juan Carlos. O, al menos, seguía encargándose de reformarle y decorarle que el emérito había adquirido en Londres gracias a la generosidad de la familia real de Omán. Según Corinna, se necesitaron cuatro millones de libras para "demoler lo que había y rehabilitar el espacio completamente". Ella se responsabilizó del proyecto porque pensó que ni "no cooperaba, las consecuencias serían más severas".

Campaña de desprestigio

Sin embargo, en cuanto acabó el proyecto le esperaba una sorpresa. A través de unos correos electrónicos se enteró que se había producido un cambio de titularidad del inmueble a un ciudadano británico de origen libanés cuyo padre era un empresario con intereses en España. Aquel cambio le indicó a Corinna que Juan Carlos "de nuevo la estaba usando para ocultar sus activos".

Pero no solo se trataba de eso. Juan Carlos comenzó una campaña contra Corinna para apartarla de sus personas más cercanas, como sus familiares y, en especial, sus hijos. Hizo correr que era "una ladrona, desleal, no digna de confianza". Lo hizo presuntamente en un grupo de whatsupp titulado "La manada" en donde estaban los dos ex maridos de Corinna y también los dos hijos de ésta. Entre otras acusaciones, Juan Carlos llegó a decir cosas como que "todo lo que [Corinna] tiene en la vida lo ha robado".

Como consecuencia, la relación entre Corinna y sus hijos pasó por un momento muy delicado, sobre todo con su hija, Anastasia, con la que ya arrastraba problemas. Según la propia Corinna reconoce, la relación entre ambas era "tensa", pero aún así la alemana se quedó de piedra cuando se enteró que Anastasia había sido invitada al yate de Pepe Fanjul, amigo de Juan Carlos, y que los rumores, probablemente malintencionados, apuntaban a que habían tenido lugar "cosas inapropiadas". Corinna se hundió en la desesperación.

Problemas legales

Las cosas no quedaron ahí. En el verano del 2018, tres años después de la primera reunión de Corinna con Villarejo, llega una gran crisis. Meses antes, en el noviembre del 2017, Villarejo había sido detenido por cohecho y blanqueo de capital. Se hizo público que Villarejo colaboraba con Sanz Roldán y que su objetivo con Corinna no era ayudarla, como ella había pensado, sino recuperar documentación que ella tenía. El juez de la Audiencia Nacional hace llamar a Corinna a declarar para saber si ella había requerido servicios del comisario.

En paralelo, se filtraron audios a la prensa en donde aparecía Corinna hablando en castellano y explicando que Juan Carlos la usaba para ocultar sus bienes dado que ella vivía gran parte del año en Mónaco. También en las cintas se escuchaba cómo Corinna explicaba que Juan Carlos había puesto algunos de sus bienes a nombre de uno de sus primos, Álvaro de Orléans. "La gente me miraba como si fuera una traidora", explica Corinna en el podcast. "Los medios fueron hostiles".

Poco a poco fueron saliendo a la luz más revelaciones polémicas. Como, por ejemplo, la presunta "Operación Farinelli", por la cual se habría querido inyectar hormonas femeninas al rey Juan Carlos para controlar su libido. O, de alguna forma, "castrarlo".

Pero aún quedaba otro susto: un fiscal suizo comenzó una investigación sobre posibles crímenes fiscales. Sobre Corinna comenzó a planear una posible acusación de blanqueo de dinero, un crimen castigado con hasta cinco años de cárcel.

La situación llegó a ser tan desesperada y angustiosa que Corinna llegó a escribir a Felipe VI para alertarle de "la estrategia para acusarla falsamente". Y le vino a decir algo así como "deberíamos sentarnos y tener una conversación franca sobre lo que ha hecho tu padre". Pero Zarzuela no contesta.

Semanas después, sin embargo, es Juan Carlos quien la llama al móvil y le pide que se vean. Ella está tan nerviosa que llega a contratar seguridad israelí. La conversación es tensa y Corinna llega a sospechar que él intenta grabarla (él no hacía más que inclinarse hacia delante y preguntarle por el dinero).

Días después, aparece en la prensa que Corinna ha querido chantajear a la Casa Real. Ella, por su parte, decide que ha llegado el momento de llevar el caso a la justicia británica.