Tim Roth, uno de los actores fetiche de Quentin Tarantino, aparece anunciado en los títulos de crédito de su última película, Érase una vez en Hollywood, pero después no aparece en la película porque fue eliminado en el montaje: "La típica broma de Quentin", se ríe el británico.

En una entrevista con Efe en el Festival de Cine de San Sebastián, donde este sábado presentaba la película de clausura, The Song of Names (La canción de los nombres) que protagoniza, el actor londinense ha contado que se enteró de que Tarantino le había eliminado del montaje final cuando fueron sus hijos a ver la película.

"A Quentin le gusta tener a sus actores clave cerca, los mismos siempre, y sí, grabamos una escena que no cuento, por si al final la quiere mostrar", explica a Efe

"Tuvo que elegir"

La cosa, dice, "es que cuando llegamos al montaje, el primer corte era de ocho horas, y tuvo que elegir. Decidió seguir a Brad (Pitt), a Leonardo (Di Caprio) y a Sharon Tate (Margot Robbie), y la escenas de los demás quedaron fuera"."Incluso sacó a personajes a los que se sigue en la película, fue brutal, una masacre -se ríe-, pero está bien, fue divertido".

Roth, que ha trabajado en Reservoir Dogs (1992), Pulp Fiction (1994), Los odiosos ocho (2015) y Four Rooms (1995), entre otras cintas del estadounidense, vio la que creía terminada en la sala de montaje del director.

Y resulta que su hijo, que era asistente de Brad Pitt en la cinta, llevó a su hermano a ver el filme a Hollywood "en el cine que aparece precisamente en la película, y cuando mi nombre salió dijeron 'corten'", cuenta entre risas.

"Me encantó, no me había dicho que lo iba a sacar. Es la típica broma de Tarantino, así que de todos modos, 'estoy' en la peli, me encanta", asegura con deportividad.