“Cuando hablamos de alimentación, en mi consulta se palpa la tensión generacional. Aún siguen primando las creencias ancestrales”. Lucía Galán, más conocida como "Lucía, mi pediatra", sostiene que “dar a los niños una buena alimentación no es tan difícil como nos hacen creer, no hay que pensar que estamos envenenando a nuestros hijos por darles de vez en cuando una galleta”.
"Hace tiempo que está demostrado que la dieta blanda no aporta ningún beneficio a los niños"
Galán desmitifica muchas de las ideas erróneas que aún se mantienen sobre la alimentación. “Hace tiempo ya que está demostrado que tras la dieta los niños deben comer lo que quieran dentro de una dieta sana, la dieta blanda con arroz y pescado hervido no aporta ningún beneficio”, explica la pediatra, que aún tiene que aclarar a muchas madres que “el agua con azúcar no es bueno en las diarreas, ni tampoco hervir agua con miel y coñac para tratar las faringitis”.
La pediatra explica en El viaje de tu vida (Planeta) que con la alimentación de los niños “hay que tener la mente abierta. Las recomendaciones van cambiando y es de los pediatras la responsabilidad de estar actualizados y transmitirlo a los padres”. Así, Lucía Galán explica las últimas evidencias científicas, como que el gluten debe introducirse a los seis meses o que desde el principio de la introducción de alimentos, son más recomendables los cereales integrales.
Afrontar una enfermedad crónica infantil
En una de las historias de “padres valientes que han abierto su corazón”, Galán cuenta la historia de Mateo, un niño con artritis idiopática juvenil, una enfermedad crónica que irrumpió en su vida a los 20 meses.
“Una enfermedad no entra en la hoja de ruta de los padres, es muy difícil aceptarla, primero siempre hay una fase de negación, de solicitud de segundas y terceras opiniones”, cuenta la pediatra, “pero tras ese período de duelo llega la aceptación y surgen padres fuertes y guerreros”.
Galán asegura que el ejemplo de padres como el de Mateo es “inspirador para los que lo hemos tenido más fácil” y recomienda dos cosas a los padres que se vean en una situación similar. “Lo primero, estar unidos, porque se trata de una carrera de fondo en la que hay que dosificar las fuerzas, y también buscar un buen asesoramiento en unidades de referencia, para no caer en manos de quienes puedan dar falsas esperanzas o tratar de estafar en algún sentido”, aconseja.
Aceptar a los niños tal como son
En ese Viaje de tu vida que es la maternidad y la paternidad para Galán, es común “hacerse ideas de perfección absoluta, somos fantasiosos por naturaleza pero la vida no funciona así, la perfección no existe ni en los hijos, ni en nosotros mismos ni en la salud o la pareja”. Ante estas ideas, la realidad es que “al final te das cuenta de que tus hijos no son como te habías imaginado. Tampoco son como tú ni como tú hubieras querido ser. Y éste es un proceso complejo del que hay que salir”.
La pediatra se dio cuenta, en su propia experiencia, de que a los hijos “hay que acompañarlos en lo emocional, limar sus asperezas con el único objetivo de que no les limiten en la vida y, sobre todo, potenciar sus puntos fuertes. Porque lo que este mundo necesita son niños que se conviertan en adultos que se dedican a lo que les apasiona”, incide.
Este libro, en el que la pediatra abre su corazón y el de las familias que lo han hecho para ella, Galán anima también a los padres a “aceptarse como padres imperfectos que somos todos”.
Cuando los problemas vienen antes que los niños
El viaje de Galán no empieza con la llegada de los niños, sino mucho antes. La pediatra habla también de las dificultades a las que se enfrentan muchas parejas que no consiguen concebir. “Cuando se toma la decisión de ser padres, lo último que se le pasa a la pareja por la cabeza es que vayan a tener problemas. Por eso el shock es grande y se produce mucha frustración. Se sufre la incertidumbre de no saber cómo va a terminar la historia”.
La pediatra habla, a través de un caso real, de los problemas que vive la pareja y de la dificultad para mantenerse fuertes. “En mi experiencia, es una situación que coge a las parejas con fuerza y de la que suelen salir airosos, aunque a veces tenga un coste emocional”, afirma Galán.
Ese coste viene también ocasionado por los abortos, una realidad de la que la pediatra cree que “no se habla lo suficiente y habría que normalizarlo”.
El posparto masculino
Otro de los tabúes que la pediatra trata en su libro es el del posparto masculino. Algo de lo que tampoco se habla, pero “afecta a entre un cuatro y un 10% de los hombres. No es justo tras el nacimiento, suele ser unos meses después y se manifiesta en irritabilidad y agresividad porque el hombre no consigue encontrar su sitio”, afirma Galán.
La historia de una pareja real sirve también de ejemplo para que los lectores puedan conocer más sobre esta realidad. “De esto no me hablan los padres, me lo cuentan en la consulta las madres y a posteriori, cuando tenemos confianza”, explica Galán, que cree que lo primero que se necesita es que “los padres lo reconozcan para que puedan tratar de remontar y, si ven que no lo consiguen, pedir ayuda”.
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