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La 'lista de precios' hospitalaria: 986 euros por noche, 2.700 el parto, 174 ir a urgencias...

Resistencia antibiótica: el segundo registro en hospitales españoles confirma la gravedad. EP

No, no es gratis. Cada noche de hospital ronda los 1.000 euros, cada consulta en el ambulatorio algo más de 200 euros, curar una fractura de fémur, puede alcanzar los 8.000 euros y los tratamientos más costosos pueden superar los 135.000 euros. La mayoría de españoles jamás abonará estos precios, será su derecho a un servicio público el que lo sufragará a través de sus impuestos y mediante los presupuestos públicos. Pero no todos tendrán esa fortuna. En nuestro país hay quien por diversas circunstancias tendrá que hacer frente a la ‘factura’ de cada una de las prestaciones que actualmente recoge el catálogo de la sanidad pública.

El mantenimiento de la sanidad pública es costosa para las arcas públicas y para quien tenga que pagarla. El acceso a la misma es universal pero hay quien estará obligado a costársela de su bolsillo. Se trata de los usuarios que no tengan la cobertura adecuada. En esa lista figuran los ciudadanos extranjeros no residentes en España, que en el mejor de los casos verán sufragados los servicios por su país de origen si cuenta con convenio que lo incluya.

También los seguros miran con lupa estas listas de tarifas que las administraciones autonómicas fijan y que deberán abonar a muchos de sus asegurados en situaciones como los seguros escolares, de caza o de accidentes. Los centros concertados con la red pública y que tienen que conocer a cómo se paga cada uno de los servicios asistenciales que se les deriva de la red pública los tienen como un referente inevitable en sus conciertos.

La lista de precios de servicios médicos en hospitales y centros asistenciales de nuestro país los marca el libro de tarifas. En él se detalla una larga lista del coste en el que se estima cada una de las prestaciones recogidas en la Cartera de Servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y que se fijaron en el decreto 1030/2006.

Este viernes uno de los servicios públicos más reconocido de nuestro país, el Servicio Vasco de Salud, Osakidetza -que junto al de Navarra encabeza el ranking elaborado por la Federación de Asociaciones por la Defensa de la Sanidad Pública de agosto de 2019- ha hecho pública su lista de precios y alguno de ellos es llamativo. El ingreso de un día en un hospital se cuantifica en 986 euros. Si el ingreso hospitalario no incluye estancia de jornada completa el precio desciende a cerca de 300 euros. Un precio que incluye la alimentación, asistencia médica y los cuidados de enfermería que se requieran. Si el ingreso hospitalario se hace en alguna unidad especializada la tarifa es mucho más alta: 1.713 euros por día.

Ambulancia; 845 euros

Otro de los servicios es el traslado de enfermos en ambulancias medicalizadas. En el caso en el que el paciente, su país o su compañía de seguros tuviera que hacer frente a ese gasto por haber sido asistido en Euskadi, el traslado en ambulancia supondría un desembolso de 845 euros. Una tarifa que abarca trayectos de hasta 100 kilómetros.  

Acudir a urgencias, además de una necesidad, en ocasiones supone una saturación de los servicios. De tener que pagar la tarifa que la mera atención en este servicio se aplica, al menos en el País Vasco -sólo el año pasado se atendieron casi 2 millones de urgencias, un 6,5% más que el año anterior- su saturación se reduciría: 174 euros por ser atendido.

Pero sin duda, es la larga lista de intervenciones recogidas en el catálogo de prestaciones la que llama la atención por el elevado coste que conlleva muchas de las atenciones médicas que recibimos en el sistema público. En la tarificación el nivel de gravedad dentro de una misma patología o dolencia es la que determina la horquilla de precios que se cobrará a quien esté obligado al pago. Así, una meningitis abarca un abanico de precios que va desde los 2.500 a los casi 17.000 euros de coste médico y una apendicitis ronda los 4.000 euros. Sucede lo mismo con la implantación de un marcapasos, que supone un coste de entre los 11.000 euros del caso más leve hasta los 24.000 en los pacientes más complejos.

En el caso de los partos, en el caso más ordinario la tarifa por asistencia al parto se establece en los 2.700 euros pero pude ascender hasta los 21.000 a medida que se complique. En la larga lista de precios que establece el Servicio Vasco de Salud son los casos de neonatos los que mayor demanda de recursos requieren. Así, el nacimiento de niños con un peso inferior a los 1.500 gramos pueden suponer un desembolso de hasta 135.000 euros en prestaciones médicas y de enfermería de alta especialización.

Gasto per cápita

El caso vasco es quizá singular por el elevado nivel de gasto que absorbe en comparación con otros sistemas sanitarios del país. En Euskadi el gasto per cápita en sanidad alcanza los 1.731 euros por habitante en el sistema público, el más alto de España, muy superior al de comunidades como Andalucía o Madrid donde la cifra es de 1.220 y 1.278 euros respectivamente. También los vascos, tras Madrid (750 euros) son los que tienen un gasto por habitante más alto en sanidad privada, con 687 euros.

Este año el presupuesto de Osakidetza ha alcanzado algo más de 2.990 millones de euros. Una partida que no hace sino crecer año tras años en gran medida por el cada vez mayor envejecimiento de la sociedad vasca. Abrir cada día los centros y hospitales públicos del País Vasco supone un desembolso de 8,2 millones de euros.

Un coste que, pese a que no permitir suprimir las listas de espera si logra reducirlas de modo importante. Si la media de espera en España para ser operado es de 115 días –a finales de 2019 algo más de 668.000 españoles se encontraban a la espera de una intervención-, en Euskadi esa cifra es menos de la mitad, 48 días, sólo un día más que en La Rioja y Madrid, las comunidades con menor lista de espera quirúrgica.     

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