Sociedades científicas, sanitarias y políticos de distintos ámbitos se han echado encima de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, quien este miércoles sorprendía con una declaración en línea con negacionistas del cambio climático como el presidente de EEUU, Donald Trump, al decir que "ningún madrileño ha muerto por culpa de la contaminación" y que la alarma de salud pública por el cambio climático "no es real".

Apenas 24 horas después de sus declaraciones en una entrevista en la cadena SER, la política ha recibido duras críticas e incluso petición de dimisión por parte de la Asociación Madrileña de Defensa de la Salud Pública si no rectifica sus palabras. "Los madrileños no nos merecemos a esta presidenta", han afirmado a Europa Press.

Desde la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, su presidente, Joan Ramón Villalbí, afirma de forma pragmática que "la lucha contra el cambio climático avanza pese a esa subespecie de políticos como Ayuso o Trump, quienes prefieren ignorar y no dedicar esfuerzos a reducir la contaminación e incluso la utilizan como arma política. Pero bueno, nada nuevo salvo el desparpajo de Ayuso".

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) apenas tardó unos minutos en responder a Ayuso a través de twitter con una recopilación de estudios sobre mortalidad y contaminación.

Más de 400 muertes diarias, según los estudios más conservadores

"La relación entre contaminación y mortalidad está muy clara y bien documentada", explica Villalbí, quien incide en "que el efecto no sea eminentemente visible supone que algunos políticos no tomen en serio los riesgos ambientales, que sin embargo están más que demostrados".

Uno de los investigadores que más ha trabajado este campo es Julio Díaz, del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, quien aseguraba recientemente a El Independiente que los fallecimientos - unos 15.000 anuales - son apenas “la punta del iceberg”. “La mortalidad es lo más grave pero es solo el vértice de la pirámide. Por debajo hay cáncer de mama y pulmón, infartos e ictus, ansiedad y depresión, obesidad y diabetes, problemas respiratorios e incluso partos prematuros”, explica el científico que evalúa desde hace años la relación entre mortalidad y enfermedades y contaminación precisamente en la Comunidad de Madrid.

En un estudio realizado entre 2000 y 2009, Díaz y su equipo cifraron en 311 las muertes diarias por problemas circulatorios relacionados con la contaminación y en 109 los fallecimientos por causas respiratorias también ligadas a la polución. Eso supone más de 9.000 muertes al año y este estudio es de los más conservadores.

Más zonas verdes, menos muertes prematuras

Tras la polémica en la capital por la modificación de Madrid Central a Madrid 360, la presidenta de la Comunidad ha defendido que Madrid "está haciendo las cosas correctamente" y que no se debe crear "una alarma de salud pública porque no la hay".

Sin embargo, los datos confirman la necesidad de seguir ganando espacio para los peatones y perderlo a los vehículos. Apenas hace unas semanas, The Lancet Planetary Health publicaba un macroestudio sobre ocho millones de personas en siete países y confirmaba que, en todos los casos, los espacios verdes urbanos protegen de la muerte prematura, especialmente por infartos, ictus y enfermedades respiratorias. El resultado era claro: por cada 2% más de espacios verdes, el riesgo disminuía un 4%.

También hace unos días se publicaban en España las causas de muertes el año pasado y se reflejaba como las causas respiratorias son de las que más aumentan, hasta un 4% en 2018. Y la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Neumología achacaba las causas a la contaminación y el tabaco. Y Madrid, junto al resto de grandes ciudades, es una de las ciudades donde más contaminación se respira.