La nueva normalidad está repleta de incógnitas. Más de medio año después del inicio de la pandemia, la incertidumbre predomina entre los ciudadanos. La población recibe día tras día indicaciones sobre lo que puede o debe hacer, o sobre aquello que es de obligado cumplimiento.

La ciencia y la tecnología han marcado el camino a seguir en muchas ocasiones, en este contexto de crisis sanitaria mundial es probable que también. Por todos es sabido que en un hogar donde se respeten todas las medidas sanitarias durante una reunión social existe riesgo de contagio.

Hay herramientas como los purificadores de aire con filtros HEPA que han obtenido grandes resultados a la hora de proteger los espacios interiores, incluso a nivel doméstico. Esta solución puede no ser la única. La radiación con luz ultravioleta tipo C se postula como otro elemento fundamental para vivir en la nueva normalidad. Los fabricantes de lámparas con luz UV-C quieren convertir su producto en una alternativa válida para el uso doméstico.

¿Elimina la radiación UV-C el Covid?

La Academia Científica Nacional de EEUU (NASEM) afirma que "se ha demostrado que la luz UV-C inactiva rápidamente el SARS-CoV-2". Signify, empresa propietaria de Philips -una de las compañías tecnológicas más grande del mundo- asegura tras un estudio conjunto con la Universidad de Boston que "las fuentes de luz UV-C de Signify inactivan el Covid-19". El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicó en mayo un informe sobre la utilización de la radiación ultravioleta tipo C para desinfección. La institución española señala que la radicación UV-C en el rango 220-270 nm es muy adecuada para la desinfección de microorganismos y de virus".

El CSIC alerta de que cualquier sombra puede producir que la radiación no penetre en la superficie. Apuntan que es necesario combinar con desinfección y ventilación. Las tres fuentes expertas coinciden en que este proceso de desinfección no pueden estar presentes ni personas ni animales, ya que pueden sufrir daños en la piel y en los ojos.

Jordi Gómez Castilla, científico del Instituto de Parasitologia y Biomedicina Lopez-Neyra ha explicado a El Independiente el funcionamiento de este tipo de lámparas. Señala que la banda UV-C "modifica la base del ácido ribonucleico (ARN) y produce una mutación que mata al virus".

Gómez asegura que desde principios de la década de 1960 "se sabe que la luz ultravioleta inactiva los virus, por lo que puede tener sentido radiar el Covid con luz UV-C". Considera que si "son ciertos los estudios estudios que señalan a la banda tipo C tienen una gran valía". Gómez argumenta que su grupo de trabajo conoce por qué se degrada el ARN específicamente y "eso es una gran ventaja".

Que la radiación UV-C funcione de manera adecuada depende de muchos factores"

Fernando Usera Mena trabaja en el Servicio de Bioseguridad del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), perteneciente al CSIC. Usera, en consonancia con las declaraciones de Gómez, expresa que "la banda 256 nm transmite la energía a los tejidos y causa mutaciones sobre el ARN y las proteínas del virus". Comenta que para que la radiación UV-C funcione de manera adecuada se tienen que dar muchos factores, "las superficies tienen que estar limpias y no puede haber ni polvo ni rugosidades que provoquen sombras e impidan la penetración de la luz".

Usera da valor a la desinfección por luz UV-C pero sólo "a una distancia muy cercana, en superficies lisas, sin sombras y desinfectadas previamente y donde la radiación llegue de manera uniforme". Estas condiciones sí se dan en laboratorios pero Usera las descarta en un entorno doméstico. "La mejor opción para desinfectar es mediante la limpieza manual y la ventilación", zanja Usera.