La mayoría de las comunidades autónomas empezaron el curso la semana del 6 de septiembre. La segunda vuelta al cole en pandemia arrancaba más segura pero sin los alumnos de primaria e infantil sin vacunar, los menores de 11 años.

El regreso a las aulas se producía de nuevo con mascarillas pero con una menor distancia social y vuelta al número de alumnos por aula previo a la pandemia. Había incertidumbre sobre si la situación provocaría un repunte de contagios en el único grupo de edad no vacunado, pero cuatro semanas después ese aumento no se ha producido.

En las últimas cuatro semanas la incidencia en los niños de cinco a 11 años - el grupo etario que figura en los informes diarios de Sanidad - se ha reducido de 209 a 91, a menos de la mitad. En comparación con el total de incidencia la disminución es menor (ésta ha pasado de 176 a 52), pero hay que tener en cuenta que los niños menores de 11 años son el único grupo donde no hay aún ningún vacunado.

Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, celebra el dato: "Todos teníamos miedo a lo que generaría la variante delta en esa población al no estar vacunada y los avances nos dicen que las cifras van por buen camino, lo cual, sin tirar las campanas al vuelo, nos da tranquilidad en un entorno donde cada día baja más la incidencia acumulada y el panorama es muy positivo".

Coincide Salvador Peiró, doctor en Salud Pública, que "eran esperables los brotes en menores de 12 al inicio de curso porque la incidencia que había era mayor cuando empezaron las clases, pero también que se irían controlando con las medidas en los coles y la vuelta a la 'normalidad' de sus padres tras un verano, digamos, 'vivido como si no hubiera pandemia". En base a ello, Peiró cree que ahora lo esperable es "mantenerse bajos, con brotes aquí y allá. Y también algún superbrote de cuando en cuando, previsiblemente vinculado a algún evento desarrollado en interiores, que podría originar una afectación poblacional mayor en algún territorio. En coles lo mismo".

El mantenimiento de las mascarillas puede ser una de las claves en la ausencia de repunte, como reflejaba un reciente estudio en EEUU que comparaba el número de brotes en colegios según las normas sobre el uso de mascarillas, que allí no son obligatorias en todos los lugares. Según el informe, que siguió lo ocurrido en más de un millar de centros educativos con niños hasta 12 años, la probabilidad de brote era 3,5 veces mayor donde no se había establecido el uso obligatorio de mascarilla.

Sin embargo, Peiró recuerda que en países muy vacunados como Reino Unido o Israel las tasas de contagios están actualmente elevadas con la variante Delta y cree, por tanto, "es una situación nueva en la que hay que ir guiándose por los propios datos".

Para March también es importante "mantener la vigilancia, seguir con la vacunación en población mayor de 12 años aunque vayamos a un ritmo más lento y sigamos controlando lo que pasa en los colegios, con los niños y el profesorado cuando sigan pasando los meses y su inmunidad pueda ir bajando y pueda generar algún problema añadido. Todo ello nos da tranquilidad ante la situación de la posible vacuna para niños de 5 a 11 años, a cuya población no se ha valorado totalmente los beneficios frente a los costes que pueda tener la misma".